Digital 21 vs Ana Curra: las personalidades extremas se atraen

  • ¿Qué resulta de sumar un piano de cola y música electrónica orgánica? La unión de uno de los artistas multidisciplinares más versátiles del panorama patrio y de la indiscutible reina del pospunk en España, cuya vuelta era anhelada por muchos, es un trabajo arriesgado, nada convencional y lleno de matices.
Ana Curra y Digital 21.
Ana Curra y Digital 21.
Alberto García Alix
Ana Curra y Digital 21.

Todos los factores de esta suma apuntan a un resultado arrollador. Digital 21 y Ana Curra sacan a la luz por fin su esperadísimo álbum conjunto, un experimento que editará Pias a finales de marzo con un envoltorio de lujo: las fotografías de Alberto García-Alix que aparecen en estas páginas ilustran el libreto del disco. El fotógrafo fue testigo del estreno en directo de algunos de los temas que componen Digital 21 vs. Ana Curra en el Auditorio de Palma de Mallorca y ha querido participar en el proyecto poniendo imagen a su música, captando perfectamente la esencia orgánica del álbum.

La culpa es de Ordovás

Miguel: Este proyecto ha sido un largo proceso a través del tiempo. Ana me conoció hace cinco años porque Jesús Ordovás [personaje imprescindible del periodismo musical español] le hizo llegar a Ana mi versión de Quiero ser Santa. Tuvimos varias tomas de contacto a raíz de un homenaje que se pensaba hacer a la figura de Eduardo Benavente, en el que yo estaba invitado a colaborar y para el que avisaron a Ana en el último momento. Ella no se sentía muy cómoda, porque le hubiera apetecido tener más implicación desde el principio en ese acto. Estuvimos hablando y finalmente decidimos no hacerlo, pero sirvió para conocernos más a nivel personal. Más tarde hicimos pequeñas colaboraciones, compartiendo algunos conciertos... Creo que la idea en firme de hacer algo los dos surgió hace aproximadamente dos años.

Ana: De hecho, la primera vez que tocamos juntos fue en la sala Sol, en la fiesta de despedida de Jesús Ordovás. Luego actuamos juntos en las fiestas del Orgullo Gay y poco después Miguel me planteó la idea de hacer un disco. Fui a verle en directo, me gustó, y empecé a barajar la posibilidad, pero llevaba mucho tiempo retirada y por motivos personales no me sentía preparada... Pasaron bastantes meses, en los que hubo mucho contacto y mucha conexión en el terreno personal. Hace un año, momento en el que me sentí con fuerza y ganas, comenzó en firme la colaboración.

En el principio fue un piano de cola

Miguel: Mi propuesta a Ana fue fusionar mi experiencia como creador de electrónica, con la suya como profesora de piano en el conservatorio y sus vivencias en el punk rock. No queríamos hacer nada que sonase blando. Huíamos de la idea de un trabajo simple con piano, caja de ritmos y dos samplers. Hemos grabado un disco de unión de piano de cola con electrónica orgánica hecha con instrumentos reales. Eso es lo que se encuentra el público en el directo: piano de cola, guitarra, sitar, theremin... Fusionamos todos nuestros universos musicales: clásico, punkrock y electrónico.

Ana: Para mí fue decisivo ver a Miguel en directo para definir mentalmente el proyecto. No me apetecía hacer un disco de piano clásico con cualquier tipo de

electrónica. Tuve que constatar que en su propuesta musical había una visceralidad, una animalidad, una experimentación, un reto nuevo, algo que me motivara realmente y que Miguel me pudiera aportar. Necesitaba algo que conectara con mis raíces. Por eso ha sido un proceso tan largo, porque teníamos que comprobar

que era una propuesta viable y que podíamos hacerlo sin traicionarnos musicalmente ninguno de los dos.

Y las piezas ensamblaron

Miguel: Para que todo se articulase de forma coherente en la grabación, fue definitiva la experiencia previa vivida en los ensayos. En ellos, teníamos la sensación de estar los dos en un planeta lejano, fuera de la realidad. Nos daba seguridad constatar que las canciones, sonando a bocajarro y sin mezclas de estudio aún,

ya funcionaban. En la grabación, cada canción tiene un tratamiento especial. Por ejemplo, las dos más desnudas del disco, que son Boreal y Bach, en los ensayos y el directo eran perfectas, pero en el estudio no conseguíamos que sonasen como queríamos, que transmitiesen la misma sensación de intimidad, de recogimiento, de silencio, de contemplación, de conseguir la esencia... y tuvimos que grabarlas en vivo, con el portátil de directo.

Ana: Estoy de acuerdo: los ensayos y los directos que dimos previos a la grabación fueron definitivos. Ambos trabajamos en solitario y somos muy nuestros con nuestra obra. Cuando nos reuníamos y veíamos que esos proyectos encajaban, que nos estábamos divirtiendo, ensimismando y que se nos iba la bola, necesariamente aumentaba la complicidad, nos dejábamos hacer y tomábamos confianza. Eso permitía que todo encajase de una forma natural y fluida.

Un disco con dos caras

Miguel: Hay dos partes perfectamente definidas en el directo y que se reflejan en el disco: una está pensada para teatros y museos y otra para directos en salas y festivales. La primera de ellas es más espiritual, y la otra, más visceral y energética. A nivel emocional es el engranaje de dos personalidades extremas, que conectan perfectamente y con muchísima intensidad, tanto en el disfrute como en el dolor.

Ana: Este disco es un recorrido por todos los estadios del ser humano, del más frágil al más animal. Cualquier persona tiene todos estos matices en su forma de ser, en su estado anímico. Hacemos un viaje por todos los colores, así que es un disco pensado para escucharlo entero. Por ejemplo, en Guernica recreamos la guerra como reflejo del momento histórico que estamos viviendo. Réquiem es un tema de un dramatismo total y de vivencias personales, en el que mis muertos están presentes, como en todo lo que hago... También está la vida, la revolución, como en Arrebato. Y las experiencias de amor-desamor bajo el título de Mi único amor. La búsqueda de la luz es Respirando, en el que se da una tregua al propio ser humano. Es un disco muy honesto, que parte de nuestra verdad. Hemos intentado que esta veracidad no se desvirtuara, evitando la teatralidad.

... pero de la misma moneda

Ana: En el disco estamos los dos en todo momento. Todas las canciones han pasado por el tamiz de los dos, hemos opinando sobre la creación del otro y hemos buscado un punto común.

Miguel: Cualquiera que conozca nuestros trabajos, al escucharlo puede pensar que hay cosas que suenan a Digital 21 y otras a Ana Curra, pero no se muestra la individualidad. Hay letras mías y letras suyas pero todo, letras y música, es una experiencia compartida. Funcionamos como un grupo, con todo lo que implica.

Homenaje a Bach

Miguel: El disco lo componen diez cortes y al final hemos hecho un regalo extra de dos temas más que funcionan como bonus tracks y sí, son dos versiones: una de Bach y otra de los Stooges y Parálisis Permanente. Las pensamos como una cara B de un single pero, como ya no hay singles, al final decidimos incluirlas en el disco. Se nos han quedado fuera algunas canciones que sí interpretamos en directo.

Ana: Hemos tenido la osadía de versionar a Bach y a los Stooges, que también fueron revisitados por Parálisis Permanentes. Cuando hablo de osadía me refiero a que, para nosotros, por una parte tanto monta, monta tanto uno como los otros, aunque haya gente que no esté de acuerdo; y por otra, soy muy consciente de que los puristas de Bach nos pueden tirar piedras... Ambos forman parte de nuestro universo sonoro, nos apetecía homenajearlos y lo hemos hecho sin ningún prejuicio.

¿El regreso de Ana Curra?

Miguel: Yo siempre tengo mil proyectos entre manos, pero ahora mismo lo que toca es volcarnos y vivir este disco. No es un proyecto paralelo, es el último proyecto de Digital 21, el quinto disco de mi carrera, y el último disco de Ana Curra, número trece en su trayectoria musical.

Ana: Hoy por hoy tenemos el gran privilegio de que podemos seguir haciendo cosas, juntos o por separado. Este disco me ha dado fuerzas para plantearme la posibilidad de hacer algo en solitario y esto se lo debo a Miguel, pero aún no hay nada definido. Lo que importa es el momento presente y, en él, este disco es mi foco de atención. Como decía Miguel, es un disco totalmente coherente con nuestras trayectorias y que él puede sentir como absolutamente suyo, y yo, como absolutamente mío.

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