Hijos de torero, futbolistas o estrellas de la televisión: Segura vuelve a rodear de estrellas a Torrente para arrasar por cuarta vez en la taquilla.

Ayer  fue la primera proyección: ¿Qué le ha dicho la gente?

Que es cojonuda... Pero, cuando hago una película, siempre creo que es una obra maestra: solo el tiempo y el público te dicen la verdad.

¿Salvará el año al cine español?

Mi único objetivo es no defraudar a los que se van a gastar una pasta en ver mi película. Esa es mi misión: que la gente se divierta y que mis inversores no se arruinen, para que me ayuden a hacer otra. El único que puede salvar al cine español es su público, queriéndolo más.

¿Por qué no lo quiere? ¿Por qué está muy politizado?

No soy de ningún partido político, porque para llevarme decepciones me basto conmigo mismo, así que me toca los genitales que me digan que si soy de los de la ceja o un titiritero... Soy un ciudadano de a pie, y me duele que se haya demonizado al cine español. ¿Que está subvencionado? Sí. Y las hidroeléctricas, los periódicos o los agricultures, pero es a nosotros a los que les ha tocado la china.

La gente adora a Torrente: ¿Ganaría unas elecciones?

Creo que la pasión por Torrente es una catarsis, un exorcismo... Pero sí, tal y como está España, Torrente podría ser presidente. Pero sería un horror y yo me iría de este país.

¿Por qué se quiere a Torrente?

Porque la gente es muy rara. ¿Sabes la cantidad de veces que me han dicho que Torrente es genial? No, es un tarado: es una parodia, una crítica, no una apología. Si se le coge cariño es por su patetismo y porque es un paria. Porque se cree de puta madre, pero en realidad nadie lo quiere. Es un idiota, así que sí que podría presentarse a presidente.

Están Belén Esteban o María Patiño. ¿Quiénes le dijeron no?

Loles León, por prejuicios: me dijo que ella no salía en la misma película que Belén. También lo intenté con Mario Conde, que habría sido un villano brutal, un malo mítico.

¿A muchos les gusta su cine, pero no lo reconocen?

Son oleadas de opinión: de pronto, y aunque gustes, te conviertes en un apestado. Te señalan con el dedo y ya no molas. Mucha gente dice que mis películas son zafias, cutres y groseras, pero es el personaje el que lo es. Mis películas son impecables: la música, el montaje, la fotografía... Están muy bien hechas.

Torrente 4: Crisis letal. ¿Quería hacer cinéma vérité?

Hay muchos mensajes en la película, pero no es cine de catequesis. Se habla de pobreza e inmigración, pero con cachondeo: todo se puede decir con humor ácido y cabrón.

¿Y existe un límite?

Si al escribir pienso que me estoy pasando..., me descojono y lo meto. Algunos chistes tienen que pasarse, aunque sin ofender. El humor es riesgo.

¿Salvará al cine la Ley Sinde?

Me encanta ver cine en una sala porque reírte con mil personas al lado es mejor, pero no voy a atacar a los internautas. La Ley Sinde no me gusta: para defender mis derechos no hay que demonizar ni quitar libertades a nadie.