Desde hace más de 80 años, el tren de Guadarrama, el único de vía estrecha que aún presta servicio en la Comunidad de Madrid, transportaba a los pasajeros de la C-9 hasta los confines de la Sierra. El tren era utilizado, sobre todo, por los vecinos de Cercedilla, especialmente discapacitados y ancianos (hay una residencia cerca), para los cuales ésta era casi su única opción de transporte público.

Esto ocurría hasta principios de diciembre, porque desde entonces el tren parte de Cercedilla con destino a Cotos y se detiene sólo en Navacerrada, dejando sin parada los otros seis apeaderos de la línea: Cercedilla Pueblo, Las Eras-Los Castaños, Camorritos, Siete Picos, Vaquerizas y Dos Castillas.

José María López, lector de 20 minutos y discapacitado, cuenta en una carta al periódico cómo el 3 de diciembre se enteró en la cantina del pueblo que el tren ya no iba a detenerse: "Pusieron los carteles un día antes de que se hiciera efectiva la orden, el 4 de diciembre", explica, "yo no veo bien, y ahora cada vez que quiero ir a Cercedilla tengo que recorrer más de dos kilómetros a pie y de noche", denuncia.

Al parecer, la decisión de Renfe se debe a la seguridad. En los apeaderos no hay taquillas ni revisores y muchas personas aprovechaban para colarse aún cuando los vagones ya estaban llenos. No obstante, desde hace años, los maquinistas no paraban cuando veían que ya no podía entrar más gente. Renfe ha reconocido que, debido al escaso número de viajeros, no salía rentable poner taquillas.

El tren de Guadarrama tiene capacidad para 170 personas, que durante el fin de semana es utilizado, principalmente, por madrileños que suben a la Sierra. Renfe mantendrá esta medida hasta el 24 de abril, aunque José María teme que se convierta "en una norma fija". De momento, en Cercedilla se están recogiendo firmas para la vuelta de estos apeaderos. Ya cuentan con las rúbricas de 400 vecinos.

Una de las estaciones afectadas por esta supresión de Renfe es la parada de Camorritos, donde hay una residencia de mayores. Para desplazarse, éstos cuentan con tres únicas posibilidades de transporte: vehículo propio, autobús (dos al día) y el tren de Guadarrama, que ya no hace parada. Este Cercanías era utilizado entre semana por muchos de estos ancianos. Pese a que el tren cuenta con una capacidad para 170 personas, de lunes a viernes registraba una media de dos viajeros al día.