Los candidatos a la presidencia de Portugal compiten por salvar al país de la crisis que les acecha

  • Cavaco Silva y Alegre son los candidatos más valorados en las encuestas.
  • Los otros cuatro candidatos independientes apenas logran apoyos en los sondeos.
  • Todos coinciden en rechazar un hipotético rescate de la UE y el FMI.
El actual jefe de Estado, Aníbal Cavaco Silva, favorito en las encuestas sobre las elecciones presidenciales en Portugal.
El actual jefe de Estado, Aníbal Cavaco Silva, favorito en las encuestas sobre las elecciones presidenciales en Portugal.
EFE
El actual jefe de Estado, Aníbal Cavaco Silva, favorito en las encuestas sobre las elecciones presidenciales en Portugal.

Los seis candidatos a la jefatura del Estado luso, la mayoría aspirantes independientes y con poco apoyo a ese cargo no ejecutivo, se consideran decisivos para salvar a Portugal de su aguda crisis y sus enquistados problemas sociales. Los ciudadanos portugueses, llamados a las urnas este próximo domingo, tienen la mirada puesta en la crisis finaciera y la presión que los mercados ejercen sobre el país.

Las más variadas corrientes políticas compiten por ganar los comicios del próximo 23 de enero, aunque el conservador Aníbal Cavaco Silva, actual jefe de Estado y claro favorito según las encuestas, y el socialista Manuel Alegre llevan varios cuerpos de delantera al resto.

Francisco Lopes tiene el respaldo de los comunistas; el médico Fernando Nobre representa una corriente humanista de izquierda; Defensor Moura se presenta tras haber desempeñado la alcaldía socialista de la norteña ciudad de Viana do Castelo; y José Manuel Coelho, diputado regional del archipiélago de Madeira, cuenta con el apoyo del pequeño partido conservador Nova Democracia.

Frente al poquísimo apoyo que dan los sondeos a esos cuatro candidatos, Cavaco Silva, de 71 años, se presenta a la reelección como garante de la estabilidad institucional y esgrime su dilatada experiencia como principal activo en tiempos de turbulencias.

La lucha por recuperar la credibilidad de los acreedores del país ha sido también uno de los estandartes electorales de Cavaco, para quien "insultar" a los mercados, la principal fuente de financiación del país, no contribuye a mejorar su situación.

El competidor de Cavaco

Su principal oponente, Manuel Alegre, apoyado por el gobernante Partido Socialista (PS) y el marxista Bloque de Izquierda (BI), sostiene un discurso opuesto al del actual presidente.

Para Alegre, su candidatura representa "una visión más abierta y tolerante" y denuncia que el país "es objetivo de un ataque especulativo muy fuerte".

"No se trata de insultar a los acreedores. Se trata de que Portugal no quede en una posición de sumisión", considera el dirigente, quien ha avisado de que se está creando una situación "artificial" para provocar una intervención como la de Irlanda y Grecia.

Alegre, que encarna el ala más a la izquierda de su partido, también se ha esforzado en resaltar que su candidatura está al margen de "facciones" partidistas, en oposición a la de Cavaco.

Candidatos independientes a la Presidencia

El comunista Lopes, cuyo partido es la quinta fuerza del Parlamento portugués, propone una defensa acérrima en la lucha de los derechos de los trabajadores e incluye a los candidatos Alegre y Cavaco entre los responsables de la actual crisis.

En su campaña, se ha esforzado por recorrer los principales polos industriales de Portugal y ha puesto el acento en iniciativas que combatan el desempleo, especialmente el juvenil.

Las causas sociales de los más desfavorecidos también destacan en el discurso de Nobre, fundador de la organización humanitaria Asistencia Médica Internacional (AMI).

Por su parte, el antiguo alcalde de Viana do Castelo y diputado socialista, Defensor Moura, quiere poner al servicio del país su buen hacer como primer edil y la experiencia social fruto de su profesión médica.

A pesar de no tener el apoyo oficial del PS, Moura, de 65 años, se considera la única figura capaz de luchar contra la resignación que impregna el país y propone un diálogo "menos sectario" que ayude a la cohesión nacional.

Por último Coelho, con discursos al margen de lo políticamente correcto, se presenta como una apuesta radicalmente diferente al resto y se define como el 'José Mourinho' de la política portuguesa.

La crisis financiera monopoliza la campaña

El escepticismo de los inversores sobre el estado de las cuentas lusas, y especialmente por lo elevado de su déficit público, se ha convertido en el protagonista de la campaña electoral, lo que ha servido para poner a los candidatos de acuerdo en su rechazo a un hipotético rescate de la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Los rumores en torno a la posibilidad de que Portugal tuviese que recurrir a la ayuda externa se dispararon este mes cuando el país volvió a pagar más de un 7% de interés por su deuda a diez años, tal y como ya hiciera en noviembre, más de cuatro puntos por encima de la penalización sobre la deuda alemana.

La crisis de la deuda soberana provocó la reacción de los candidatos, entre ellos el actual presidente y favorito a la reelección, el conservador Aníbal Cavaco Silva, que cargó las tintas contra el Ejecutivo socialista por gastar más de la cuenta.

El presidente luso fue el más moderado en su rechazo a la intervención externa y se negó a "insultar" o menospreciar a bancos y mercados por incrementar su presión sobre Portugal.

Ante este turbio panorama, Cavaco Silva se postula como el garante de la estabilidad del país, también de cara a los mercados, y esgrime su experiencia en el cargo como argumento para intentar recabar más del 50% de los votos en los comicios del próximo domingo, y evitar así la segunda vuelta.

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