Javier Bardem ejerce de astro rey del nuevo universo, lineal y barcelonés, que Alejandro González Iñárritu hace girar en Biutiful, película con la que el actor español ganó el premio al mejor actor en Cannes por un papel que le obligó a "quitarse hábitos hasta hacerse casi transparente".

"Sólo tenía que rezar y entregarme", ha resumido el actor, a quien González Iñárritu (Babel, Amores perros) ha descrito como el "sol de Biutiful".

Y es que todo gira al servicio de las habilidades interpretativas de Bardem, quien interpreta a un personaje que vive entre el apadrinamiento y la explotación de inmigrantes ilegales, entre el amor a una esposa bipolar y el abandono que sufren sus hijos. Entre el diálogo con los muertos y el avance de su propia metástasis.

Biutiful, el primer trabajo del director sin su antiguo guionista, Guillermo Arriaga, es, en definitiva, una demostración de "que no todo lo bello es hermoso", ha reconocido éste.

La sordidez de una Barcelona subterránea e infecta le sirve para plasmar el fenómeno de la emigración ilegal, que ha calificado como "la esclavitud del siglo XXI". "Son ignorados, invisibles y explotados legalmente por su propia ilegalidad", ha resumido.

Vista y aplaudida en Cannes el pasado mayo, Biutiful llega este fin de semana a las pantallas españolas y suena ya a Óscar para un actor que ya lo ganó con No es país para viejos y un director que lo rozó con Babel.

"Ya estamos comprando a todos los votantes", ha bromeado Bardem, para luego reconocer que los Óscar tienen algo de "mercantilismo" y que entrar en la promoción para ellos "a uno le haría pensar que trabaja para eso", cuando en realidad su objetivo es "contar historias".

Asimismo, Bardem, que es portavoz de la Plataforma 'Todos con el Sahara', ha considerado que las últimas movilizaciones tras el desmantelamiento del campamento de El Aaiún en Marruecos han servido para "ponerle cara a la agresión que está sufriendo el pueblo saharaui desde hace más de treinte años".

"Se ha conseguido de alguna forma que el Parlamento Europeo se retratase e hiciese lo que tiene que hacer, que es denunciar la situación en Marruecos".

"Hay una gran parte de la sociedad española que está en contra de la actitud del Gobierno y pide una resolución pacífica del conflicto", ha añadido.