Economía: Ninguna empresa de la ciudad figura entre las cien compañías españolas con mejor reputación. El Corte Inglés e Inditex ocupan los primeros lugares en el estudio elaborado el pasado año por Merco.

‘Marketing’: Tampoco hay marcas viguesas entre las 25 primeras en el barómetro de imagen y notoriedad realizado por Ipsos Opinión. Están Peugeot y Citroën, pero no como industria.

Meteorología: Por no salir, Vigo no aparece ni en los mapas del tiempo de las televisiones nacionales. Sí salen A Coruña, Santiago o Pontevedra.

Comercio: Las calles comerciales viguesas no están entre las principales avenidas de España, lideradas por Preciados (Madrid) y Portal de l’Angel (Barcelona), según un estudio de Cushman&Wakefield.

Turismo: En la Guía Michelin no hay ningún restaurante vigués destacado con al menos una estrella. Sí están algunos de A Coruña y Santiago.

Presencia institucional: La Xunta de Galicia está centralizada en Santiago. En Vigo hay una representación importante de asociaciones y colegios profesionales, aunque menor que en A Coruña y Santiago. Lo que sí tiene Vigo es más consulados que nadie: hay 18.

Nuestros primos del mundo

El primero de los Cuadernos Audora revela aspectos poco conocidos de la ciudad. Por ejemplo, más de 35 localidades usan el nombre de Vigo en su denominación. En la mayoría de ellos, se debe al origen etimológico de vicus, el nombre con el que los romanos designaban las pequeñas poblaciones rurales. Así, en Italia hay núcleos como Vigo de Fassa o Vigo di Cadore. En otros casos, procede de un hecho histórico: la calle Vigo de Londres recuerda la batalla de Rande.