Ikea quiere abrir en Alicante y no en otras ciudades de la provincia. Y además, tiene que ser en Rabassa. Así lo hicieron saber ayer a la alcaldesa, Sonia Castedo, quien una vez más reiteró que hará todo lo que esté en su mano para allanarles el camino.

En su reunión de ayer, los directivos de la multinacional sueca en España reafirmaron «su apuesta absoluta» por implantarse en esta ciudad «a pesar de todas las ofertas de municipios de toda la provincia», según Castedo.

La reciente suspensión cautelar del Plan Rabassa, donde se incluirá el complejo de Ikea, por parte del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) no les ha disuadido. «Confían en que sólo cause un retraso de unos meses», añadió la alcaldesa, que confirmó la presentación de documentación que acredite que sí hay recursos hídricos para esta urbanización, en contra de la argumentación del tribunal.

Los servicios jurídicos municipales trabajan para reconducir este contratiempo para los intereses del equipo de gobierno. Castedo anticipó ayer que les quedan resquicios como una modificación puntual del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU).

Mientras tanto, seguirán las reuniones con representantes del comercio local y el sector del mueble para buscar un consenso.

«Otros que critican la implantación de Ikea no han perdido el tiempo y les han ofrecido suelo para que se vaya a sus municipios», criticó Castedo, que no quiso mencionar nombres, pero sí precisó que algunos son «cercanos» a Alicante.

Con 140.000 metros cuadrados, el proyecto presentado por Ikea para Rabassa prácticamente triplica el tamaño del mayor centro comercial actual en la ciudad, el Plaza Mar 2 (Alcampo). Incluirá medianas superficies (tipo MediaMarkt o Leroy Merlin) y un aparcamiento de gran capacidad. Hasta ahora, los portavoces del comercio se han mostrado en contra por las dimensiones de este complejo y la saturación de grandes superficies.