El hispano-filipino Francisco Larrañaga, que el pasado 6 de octubre llegó a España para terminar de cumplir la condena que se le impuso en Filipinas por el secuestro, violación y asesinato de dos hermanas en 1997, no cumplirá totalmente la pena hasta el 25 de enero de 2027, según la Audiencia Nacional.

Así figura en la liquidación de condena, realizada por la sección primera de la sala de lo penal de ese tribunal, que ha calculado que a Larrañaga -condenado primero a muerte y luego a dos cadenas perpetuas, equivalentes en Filipinas a 40 años de prisión efectiva- le restaban por cumplir en la fecha de su entrega 6.321 días.

Sin embargo, y si a ese tiempo se suman los 14 años, 9 meses y 29 días que, según el Ministerio de Justicia de Filipinas, el preso ya había cumplido en ese país -incluidos los beneficios penitenciarios-, el total de la condena excedería en más de dos años de los 30 de tiempo máximo de cumplimiento efectivo previstos por la ley española.

Según la Audiencia Nacional, a las personas condenadas en el extranjero, como es el caso de Larrañaga, sólo se les pueden aplicar redenciones de condena "desde la fecha de entrega a España" y siempre que las apruebe el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria.

En este caso, y como los hechos son posteriores a la entrada en vigor del Código Penal de 1995, que suprimió las redenciones, Larrañaga no tendría derecho a ninguna, aunque sí podrá ser clasificado en tercer grado y, por tanto, terminar de cumplir su condena fuera de la cárcel.

Larrañaga fue declarado culpable por primera vez en 1999 y condenado a cadena perpetua, aunque cinco años después el Tribunal Supremo de Filipinas elevó la condena a la pena capital y confinó al recluso en el corredor de la muerte. A raíz de la abolición de la pena capital en el país asiático en 2006, la condena fue conmutada por cadena perpetua, equivalente a 40 años de prisión de cumplimiento efectivo.