El preso hispano filipino Francisco Larrañaga llegó a las 23.34 horas de este martes a la terminal T2 del Aeropuerto de Madrid Barajas para cumplir en España el resto de la condena a cadena perpetua impuesta en Filipinas por secuestro, violación y asesinato de dos hermanas en 1997.

El avión procedente de Manila, y con escala en Amsterdam, aterrizó en Barajas a las 23.34 horas y en el aeropuerto madrileño le esperaban, entre otras personas, su tía Tota Cardona, su prima Maisha Ortoll, y su abogado, Javier Viada, además del diputado Juan Moscoso.

El traslado comenzó este lunes, cuando salió de la prisión New Bilibid, al sur de Manila, con la escolta española que lo ha conducido a Madrid, y en principio estaba previsto que Larrañaga fuera conducido a la comisaría de la Policía Nacional en la terminal T4 donde podría reunirse con sus familiares antes de ser trasladado a la prisión de Soto del Real en Madrid.

El abogado de Francisco Larrañaga, Javier Viada, confía en que su cliente pueda ser integrado en un tercer grado o una prisión atenuada "lo más rápido posible" una vez que ha llegado a España para terminar de cumplir la condena impuesta en Filipinas. Viada espera que la Justicia española reduzca la pena del joven y se mostró "muy optimista y esperanzado" en que la Audiencia Nacional reduzca su condena.

Condenado a muerte

Larrañaga fue declarado culpable por primera vez en 1999 y cinco años después el Tribunal Supremo de Filipinas le condenó a muerte, aunque tras la abolición de la pena capital en el país asiático en 2006, ésta fue conmutada por cadena perpetua, equivalente a 40 años de prisión de cumplimiento efectivo.

El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, agradeció este martes al Gobierno de Filipinas su "eficaz" colaboración para hacer realidad el traslado a España del preso.

Moratinos valoró el esfuerzo hecho por la presidenta filipina, Gloria Macapagal, y por los Ministerios de Asuntos Exteriores y Justicia del país asiático para que Larrañaga pudiera salir del país en virtud del acuerdo recíproco de cumplimiento de condena en el país de origen del preso.