Rabat repatria a los de Malí y Senegal y lleva al sur al resto

Entre 300 y 600 inmigrantes, según las ONG, eran trasladados ayer en buses, esposados, sin agua ni comida.
Un grupo de subsaharianos, esposados, gritaba ayer por la ventanilla pidiendo agua, a su paso por Bou Arfa (Marruecos).
Un grupo de subsaharianos, esposados, gritaba ayer por la ventanilla pidiendo agua, a su paso por Bou Arfa (Marruecos).
Chema Moya / EFE
Un grupo de subsaharianos, esposados, gritaba ayer por la ventanilla pidiendo agua, a su paso por Bou Arfa (Marruecos).
Marruecos sólo repatriará a sus países a unos 350 inmigrantes de Senegal y a otros 600 de Malí, después de haber alcanzado acuerdos con las respectivas embajadas. Sin embargo, el resto, 300 subsaharianos, según Médicos sin Fronteras, y 600, según SOS Racismo, eran conducidos ayer en autobuses hacia un lugar no determinado del sur de Marruecos, en el Sáhara occidental y cerca de la costa atlántica.

Las ONG, que siguen a los convoyes, denunciaron que los inmigrantes viajan esposados, hacinados, y sin agua ni comida. Los autobuses pararon en una estación de Bou Arfa para repostar y varios ocupantes, presa de la desesperación, intentaron escapar por la ventana, momento que captaron las cámaras.

Médicos sin Fronteras teme que terminen siendo abandonados en el desierto, cerca de Argelia o Mauritania, donde más de mil ya deambulan perdidos. Según aseguran las ONG, unos 2.400 subsaharianos han sido trasladados a esta zona desde el miércoles, y al menos cuatro personas «con nombres y apellidos» han muerto.

Pese a las imágenes, Rabat lo niega todo e insiste en que está reagrupando a los inmigrantes en Uxda (noroeste) para repatriarlos según se alcancen acuerdos con sus países.

Protestas en Madrid y Sevilla

El ministro español de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, y la secretaria de Estado de Cooperación, Leyre Pajín, viajaron ayer a Rabat para agilizar la repatriación de los inmigrantes. Mientras, cientos de personas salieron a la calle en Madrid y en Sevilla en contra de la política del Gobierno, y para recordarle que «los inmigrantes son personas con derechos». Por su parte, el líder del PP, Mariano Rajoy, pidió, desde Melilla, alternativas al Ejecutivo.

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