OPINIÓN

Romper la cuarta pared

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este miércoles en el Congreso.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Congreso.
Agencia EFE | EFE
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este miércoles en el Congreso.

En el teatro, la cuarta pared es ese muro invisible que se crea en una función entre el actor y los espectadores. Aunque no hayas oído hablar de esa pared, es el secreto que explica la magia del teatro, pero también del cine y la televisión. Es esa frontera que hace que el actor interprete olvidando que tiene público delante y jamás se dirija a los asistentes, lo que haría perder la ilusión de la función. Al mismo tiempo, gracias a esa pared también actúa respetando a la audiencia, nunca dándoles la espalda o siguiendo siempre los movimientos de la cámara y los micrófonos en las películas.

El origen de esta imaginaria cuarta pared nace con el renacimiento del teatro. Un escenario tiene una pared del fondo, dos laterales y esta cuarta que separa a los actores del público. Una frontera mágica que hace que se obre el milagro de una ficción creíble.

En las ciencias escénicas se habla incluso de romper la cuarta pared cuando los actores se dirigen al público e interactúan con él. Rompen esa barrera para recuperar una conexión con la audiencia. Algo inimaginable en los conciertos de hace dos siglos, hoy es común en las canciones coreadas por los asistentes o en preguntas respondidas por la masa. También numerosas series o videojuegos se han apuntado a la moda de hablar al público rompiendo el encanto de la pared invisible. Ahora la economía y la política también quieren romper esa cuarta pared, para reconectar con la ciudadanía.

La semana pasada el Gobierno español aprobó la compatibilidad del cobro del subsidio de desempleo con una nómina en un trabajo por cuenta ajena. Parado y empleado a la vez, dos ingresos al mismo tiempo. La medida trae su causa en la evidencia de que las personas que cobran el paro no tienen incentivos para buscar trabajo. Con este incentivo económico, dos abonos en el banco, mucha gente podrá salir del desempleo. Un gobierno de izquierdas rompe la pared que les separa de sus oponentes que llevaban años defendiendo la medida y sobre todo de la sociedad que se beneficiará de la acción. Igualmente, el mismo gabinete ha promovido que pueda también cobrarse la pensión y seguir trabajando o en el pico inflacionario se rebajó el IVA de productos básicos, por no hablar de las ayudas a los autónomos del campo. Se rompe la pared económica e ideológica para conectar con las audiencias que votan.

Se rompe esa barrera para recuperar una conexión con la audiencia

Romper la cuarta pared también explica muchas de las decisiones del presidente Pedro Sánchez, como su carta en la red social X para reflexionar cinco días o su entusiasta apoyo a la causa palestina. Sánchez quiere interactuar con el público/votante directamente, sin partidos políticos ni medios de comunicación. Nos habla como marido y como padre. Una persona con cara y ojos que sufre ante las ofensas a su mujer, un español que no soporta tantos cadáveres de niños en Gaza. La pared rota, aunque para ello eche por tierra los usos y costumbres de la democracia, la diplomacia o las relaciones internacionales. La pared se cae para que el público le crea, poco importa la bondad de lo defendido o la coherencia con lo prometido, lo importante es el aplauso/voto. 

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