Entrevista

María José Barahona, investigadora sobre prostitución: "Todavía no hay voluntad política para conseguir la abolición"

fotografo: Jorge Paris Hernandez [[[PREVISIONES 20M]]] tema: Entrevista a María José Barahona. Catedrática universidad experta prostitución
María José Barahona lleva estudiando la prostitución desde hace más de tres decadas. 
Jorge París.
fotografo: Jorge Paris Hernandez [[[PREVISIONES 20M]]] tema: Entrevista a María José Barahona. Catedrática universidad experta prostitución

María José Barahona es pionera en investigar en España sobre la demanda de la prostitución. En 2003 llevó a cabo el estudio Una aproximación al perfil del cliente de prostitución femenina en la Comunidad de Madrid, y esta misma semana ha participado en una conferencia de la Comisión para la Investigación de Malos tratos a Mujeres para sensibilizar sobre el tema y rebatir los mitos que lo rodean.

Actualmente directora en el departamento de Trabajo Social y Servicios Sociales de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), charla con 20minutos en la misma semana en que el debate de la prostitución se trasladaba al Congreso de los Diputados, donde todos los grupos acabaron rechazando una ley del PSOE que endurecía el castigo a los proxenetas. Dice Barahona que la sociedad española sí está preparada para abordar este debate y zanjarlo, pero sostiene que persiste todavía una falta de voluntad política que propicia que no se avance en ese sentido. 

Ha sido una semana convulsa en cuanto al tema de la prostitución. El martes el Congreso tumbó una ley del PSOE contra el proxenetismo... ¿qué opina?Las votaciones son una cosa y la ley es otra. Yo lo que creo es que no puede sancionar el proxenetismo, porque ya está sancionado desde siempre con nuestro Código Penal. Es lo único que podemos decir que es unánime en el mundo. Unos países son regulacionistas, otros prohibicionistas, otros abolicionistas… es decir, tienen distintas posturas. Pero da igual la postura que tengan, el proxenetismo, la explotación sexual de mujeres, está siempre penado. Por lo tanto, decir que hacemos una ley que va a condenar el proxenetismo… eso ya lo tenemos. ¿Las votaciones? Pues eran previsibles.

¿Y la ley en sí?Pues no lo entiendo muy bien. Entiendo que puede ser una estrategia política. Pero aquí, cuando hablamos de prostitución, las estrategias políticas no existen. Porque lo que sirve es la atención a las mujeres. Estamos hablando de seres humanos. No tiene que haber estrategia política, si no decisión política para acabar con la violencia patriarcal. Y por eso estas mujeres están donde están. Esto no es una decisión voluntaria, esto es una deriva estructural. Hay feminización de la prostitución. Y, ¿por qué hay feminización de la prostitución? Porque hay feminización de la pobreza.

¿Se usa la abolición de la prostitución como bandera política y electoralista?

Yo defiendo la abolición de la prostitución. Y la defiendo por una razón fundamental: que es el único sistema que realmente apoya, defiende y avala la situación de las mujeres. Y va contra lo que es la industria del sexo, que es tanto quien está ejerciendo directamente las acciones, como pueden ser los proxenetas; y va mucho más allá con los empresarios. La abolición es la única posición que apoya a las mujeres y va en contra de quienes están favoreciendo la expansión. Que, por una parte, son los que pagan por sexo; y, por otra parte, son los que lideran la industria del sexo. Entonces, la voluntad política no existe. Yo creo que hay demasiados intereses, y los intereses nunca están centrados en las víctimas.

¿Se convertirá España en un país abolicionista en algún momento?Yo creo que sí. Nosotros hemos firmado un convenio abolicionista. Lo que pasa es que la voluntad política no existe. Porque temen las consecuencias de las medidas que tomen, si son antipopulares. Mire cuántos años tardamos en sacar la ley de violencia de género. Estoy convencida de que esto es una cuestión de sensatez, no de votos. No podemos seguir permitiendo que seres humanos estén violentados de una forma tan extrema como implica la prostitución. Y quien no lo vea es porque no sabe qué es la prostitución. Es muy fácil decir: "Ah, es una remuneración por un acto sexual". No, esto no es un acto sexual. Esto tiene que ver con el sexo, sí, pero para una de las partes. Es el poder sexual de los varones, que además la sociedad ha dicho siempre que tienen una sexualidad diferenciada que se tiene que satisfacer. No, mire usted, no somos animales. Entonces esto es un ser humano contra voluntad, o una voluntad aminorada por circunstancias económicas, informativas, laborales, familiares… por muchas..

fotografo: Jorge Paris Hernandez [[[PREVISIONES 20M]]] tema: Entrevista a María José Barahona. Catedrática universidad experta prostitución
María José Barahona en una entrevista para '20minutos'.
Jorge París

¿Se debería abordar también la prostitución masculina?Cuando nosotros cambiamos los sexos en la prostitución, nos cambia toda la circunstancia. Es decir, cuando quien paga es un varón, es un cliente; cuando quien ejerce es una mujer, es una puta. Pero cuando quien paga es una mujer se piensa: “algo le pasará”, “estará enferma”, “no tiene pareja”, “es muy rara”... Y el que ejerce, que es un varón, es un gigoló. Entonces , solo lingüísticamente, fíjese la diferencia entre puta y gigoló. Luego tenemos al varón que ejerce porque recibe de otro varón. Al final hay una condena social a quien paga: es un degenerado, tiene la homosexualidad encubierta, estará casado… Pero si te das cuenta no es lo que hagas, sino quién lo haga. Porque si fuera lo que hiciera, estaría tan sancionada socialmente la mujer que ejerce la prostitución como el varón que ejerce la prostitución. Pero no es lo mismo, la condena social es a quien lo hace.

¿Considera que hay también ahí un factor cultural? ¿Tienen ellos mejores condiciones?Efectivamente. Además, cuantitativamente es muy inferior. Pero cualitativamente no tienen nada que ver las causas por las que una mujer llega a la prostitución que por las que un varón llega a la prostitución. Yo no niego que haya que tomar medidas para aquellos que de alguna manera estén obligados. Pero yo no me he encontrado a varones obligados. Y sí me he encontrado, que llevo desde 1988 trabajando con mujeres en prostitución, mujeres obligadas. Y cuando decimos obligadas no es solo la presencia de un proxeneta. Es la condición social que tenemos el conjunto de las mujeres en la sociedad.

¿Qué condición es esa?No creo que sea cuestión de sexo, moral o ética; sino la posición en la que nos simbolizan a las mujeres en las distintas sociedades. Si ya partimos de que la sexualidad nos ha naturalizado, es normal que tengan deseos sexuales que no tenemos nosotras, y más cuando atribuyen la famosa frase, que es para morirse, de “si no hubiera prostitutas habría más violaciones”, pues nos podemos estar dando cuenta de qué es lo que está pasando. Entonces es el asalto a las mujeres… porque al final, el billete que es el que tiene el prostituidor es el que le permite acceder. Pero todos los demás somos partícipes o formamos parte de ese billete con nuestro silencio. Al final no son mujeres; son objetos, son cuerpos, son anatomías. 

El martes, en el debate, surgieron reproches de que no se hubiesen tenido también en cuenta a las minorías, como las personas trans o migrantes...Por supuesto que están abocadas a este contexto por la realidad de la que parten. Ahora bien, no podemos luchar contra todos los frentes. Si se pueden integrar, fenomenal. Pero históricamente, en el siglo V antes de Cristo ya nos despojaron de toda capacidad de poder laboral, económico, de tierras etc. Y se nos redujo a un: o te casas o estás en la prostitución. Entonces no son personas, son cuerpos, son anatomías. No importa quién eres, como te llamas, ni las circunstancias. Porque si importara, sabiendo que más del 90% son víctimas de trata, no pagarían.

O te casas o estás en la prostitución... En lo primero, hemos avanzado. ¿Por qué no ha sucedido lo mismo con lo segundo?Hay una razón fundamental, que es la estructura patriarcal. Y la estructura patriarcal lleva inherente la violencia patriarcal. No hay más razón.

¿Está realmente la sociedad española preparada para entablar este debate y alejarse de la normalización de la prostitución?Sí, yo creo que está preparada. Lo que pasa es que hay cosas de las que no se hablan. De las muertes de las prostitutas no se habla. De la enfermedad mental no se habla. No se habla de los suicidios. Ni de cómo hacemos árboles caídos de la desesperación, de biografías dañadas y traumatizadas.

¿Hasta qué punto hay ahí una base de falta de investigación?Me niego a defender eso. Toda la historia de la prostitución se ha basado en significar la historia de las mujeres. Han pasado por ser patologizadas, por la miseria… siempre ha habido razones. Estudien quiénes son ellos. Dejemos ya a las víctimas como siempre, y el discurso de “algo habrás hecho para que te peguen”... ya está bien de incidir en las características de las víctimas de la violencia. Hay unos perpetradores de la violencia, estudiemos a los perpetradores. 

De hecho, usted hizo un estudio al respecto hace unos años...Esa investigación me permitió reafirmar lo que yo ya sabía, porque trabajando con mujeres en contextos de prostitución, quieras o no, estás en contacto con ellos. Los ves, hablas con ellos, etc. Uno no conoce un ámbito de intervención si no estudia todos los factores que intervienen en el mismo. Concluí con tres cosas muy importantes: que cuando a un hombre se le pregunta por la prostitución, siempre señala a ellas, nunca se incluye. Dos, que ninguno ha reconocido que el sexo con una mujer en prostitución sea igual o mejor que con mujeres no prostituidas. Todo esto de que realizo mis fantasías, lo que veo en pornografía… no. Claro, no interviene el sentimiento, no interviene el afecto. Y la tercera, es que todos los que entrevisté eran buenos prostituidores, pero todos sabían de la existencia de malos. Claro, en una investigación al azar, qué curioso que todos los que entrevisté eran buenos. Pues con esas tres conclusiones que yo obtuve que cualquier varón es un potencial prostituidor. Si no lo gozan, ni lo quieren, entonces, ¿por qué siguen? Es la presión del poder elegir. 

En los últimos años se ha trasladado la prostitución a las redes sociales, con plataformas que ofrecen servicios muy concretos. ¿Es más complicado controlarlo en ese ámbito?Claro, pero no es lo mismo. ¿Por qué no se puede controlar toda la pornografía y toda la prostitución que hay en pisos ocultos, etc.? Porque no se tiene voluntad política. Porque igual que Suecia puso una policía especial para detectar las IP de los ordenadores, para ver quién contactaba y cómo… aquí, en España, la prostitución se reduce a la que se ve. Que es la que daña a nuestros ojos, a nuestros hijos, nuestras calles, nuestros parques… pero esa es la más pequeña. Luego está toda la que se oculta en locales, clubes, pisos, etc. Esa no importa, porque esa no nos afecta. Ese es el problema, que solamente luchamos contra aquello que vemos, y no es lo significativo. Es quizás lo más bajo en la escala, pero no lo más significativo, ni cuantitativa ni cualitativamente.

Y ¿qué opina de la tercería locativa? El PSOE quería recuperarla en el Código Penal para castigar a quien ceda un piso, un local o un inmueble a la prostitución ajena. Se criticó mucho porque hay una parte de la población que cree que podría acabar suponiendo una revictimización para las propias mujeres.Lo que pasa es que, a la vez, se tienen que poner medidas paralelas. Lo que no se puede es cortar árboles sin tener un plan de regeneración arbórea. Claro que tiene que sancionarse la tercería locativa. De todas maneras, el martes, el PSOE presentó esta ley, pero la Plataforma por la Abolición de la Prostitución presentó hace ya dos años la ley orgánica del sistema prostitucional, que son medidas que afectan a las mujeres en el sentido del cuidado, del conocimiento, de derechos, alternativas… Se incluye la tercería, por supuesto, pero también se sanciona a los que pagan por sexo. Es que no se puede atacar una cosa sin observar el conjunto.

¿Cómo acabamos entonces con la prostitución? ¿Cuál sería para usted la ley perfecta en ese sentido?La que presentó la Plataforma. Desde las entidades feministas que trabajan con mujeres en esos contextos, que reconocen y que saben de prostitución. Defiendo tres grandes patas: apoyo, reconocimiento de derechos y protección a las mujeres víctimas; el ir contra los proxenetas y la tercería locativa y en definitiva la industria del sexo; y sancionar a los que pagan por sexo.

¿Y una reforma de la ley de extranjería?Va en paralelo, sí se recoge. Como víctima de trata. Pero claro, lo que no puede ser es que para considerarla víctima de trata y otorgarle protección tenga que desvelar tal información que sea susceptible de investigación. Estas mujeres, cuando las traen, tienen la cara de su inmediato opresor, pero nada más. Entonces, ¿qué información van a revelar? Ninguna.

Es complicado luchar contra un sistema que mueve tanto dinero...Hablamos de billones de dólares en el mundo. No estamos hablando de una industria clandestina de hachís. Pero es que la parte más importante es que el dinero que mueve es con seres humanos.

¿Es España un país de puteros?Por supuesto que sí, lo que pasa que pregunta a tu entorno, a tu realidad más próxima, y nadie te lo va a asumir. Pero somos el tercer país en demanda de prostitución del mundo. ¿Por qué vienen aquí las mujeres víctimas de trata con fines de explotación sexual? Porque hay demanda. Porque ¿usted cree que los inversores, que son los proxenetas, van a poner un producto en el mercado sin tener recompensa económica? Pues no.

¿Persiste la idea de  que el sexo es un derecho?¿Cuál es el derecho? ¿A la humillación?, ¿a la violencia? No, el sexo es una construcción sociocultural, no es una necesidad biológica. Los cromosomas no te marcan tu necesidad sexual. Es una construcción social y cultural. Cuando nosotros admitamos que el acceso al cuerpo de una mujer no tiene precio, porque es un ser humano y está la voluntad expresa, entonces empezaremos a reconocer otras cosas.

Redactora '20minutos'

Como redactora de Sociedad, sigo de cerca las informaciones de Igualdad, Educación, Sanidad y Derechos Sociales en la sección de Nacional de 20minutos desde 2021. Antes, me curtí durante dos años en la sección de Última Hora y Cierre. Me crié en Barcelona, pasé por Teruel, aunque Madrid es mi casa desde 2013, donde me gradué en Periodismo en la Complutense. Algo melómana y muy feminista, también cuento las historias de quienes tienen menos voz.

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