Barcelona cambia la fase del protocolo de sequía a excepcionalidad y flexibiliza algunas medidas

Plaza Joan Fiveller en el parque de la Ciutadella de Barcelona.
Plaza Joan Fiveller en el parque de la Ciutadella de Barcelona.
Ajuntament de Barcelona
Plaza Joan Fiveller en el parque de la Ciutadella de Barcelona.

El Ayuntamiento de Barcelona ha cambiado la fase del protocolo de sequía a excepcionalidad una semana después de que el Govern haya levantado la emergencia por la crisis hídrica en el sistema Ter-Llobregat. Con el nuevo estado, el consistorio ha flexibilizado algunas de las medidas vigentes que afectaban a los servicios de la ciudad, entre ellas, el riego de la vegetación.

El arbolado y las plantas arbustivas podrán ser regadas para garantizar su supervivencia en horario nocturno y con agua potable, mientras que los jardines y los parques de la ciudad continuarán con las mismas restricciones y no podrán ser regados.

El consistorio también ha informado en un comunicado de que se garantizará la plantación de arbustos y árboles en las obras de urbanización de las calles que incorporen un sistema de gota a gota o con agua freática. En el caso de los huertos urbanos, tanto en los públicos como en los privados, se permitirá el riego de supervivencia, pero se mantendrá la campaña informativa para reducir el consumo de agua, además continuarán estando obligados a utilizar una regadera.

Piscinas municipales y limpieza

Las piscinas municipales se mantendrán abiertas durante verano porque todas disponen de un sistema de recirculación del agua, una de las condiciones necesarias para rellenarlas utilizando pocos recursos. Pero, además, también servirán de refugio climático durante los meses que más calor haga, ya que los planes de ahorro de agua en centros deportivos municipales continuarán a pesar del cambio de fase. 

Sobre la limpieza urbana, el Ayuntamiento ha detallado que en la fase de excepcionalidad se mantendrá la limpieza de las calles con el 100% del servicio con agua freática. Aun así, se mantiene la prohibición de limpiar con agua potable calles, alcantarillado, pavimentos, fachadas y similares, tanto públicos como particulares, excepto si la limpieza se realiza por riesgo sanitario o por riesgo a la seguridad viaria. Finalmente, los manantiales de las fuentes ornamentales también se mantendrán cerrados.

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