Tras los malos resultados de Esquerra Republicana en las elecciones catalanas celebradas este domingo 12 de mayo, el candidato a la reelección, Pere Aragonès, ha anunciado que no recogerá el acta como parlamentario y que abandona la primera línea política "por responsabilidad".  Por lo tanto, el que ha sido el presidente número 132 de la Generalitat no optará a revalidar el cargo tras ser constituido el nuevo Parlament. Pasará a ser expresidente de Cataluña, asumiendo los privilegios que ello conlleva, pero, ¿cuáles son exactamente?

Pere Aragonès tenía un sueldo de 136.177,50 euros brutos al año, según recoge el portal de transparencia de la Generalitat. Tras dejar el cargo de presidente, el exmandatario percibirá el 80% de la retribución en asignaciones mensuales por un período equivalente a la mitad del tiempo que ha ejercido en el cargo y, como mínimo, por una legislatura. Por lo tanto, durante los próximos cuatro años, el de ERC percibirá una asignación mensual de 9.078,5 euros brutos.

Por otro lado, cuando Aragonès cumpla los 65 años (el ahora presidente en funciones tiene 41 años) podrá acceder a la pensión vitalicia, según recoge el Estatuto de los expresidentes de la Generalitat. En este caso, percibiría el 60% de la retribución mensual que corresponde al cargo de presidente. Eso sí, tanto la percepción de la asignación mensual como la pensión vitalicia es incompatible con la percepción de ingresos en otro cargo público y, también, el Parlament las podría llegar a retirar si lo aprueban dos terceras partes (90 parlamentarios) del hemiciclo. 

Además, Aragonès también puede recibir la dotación necesaria para cubrir los gastos de una oficina personal, tener tres empleados a su cargo, un coche oficial con chófer y un servicio de seguridad para proteger al expresidente.