Así es Neuerkerode, el 'pueblo' alemán que creó un sacerdote en el siglo XIX para atender a personas con discapacidad intelectual

Edificio principal de Neuerkerode, Alemania.
Edificio principal de Neuerkerode, Alemania.
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Edificio principal de Neuerkerode, Alemania.

El escritor y dibujante Mikael Ross recibió en 2018 un encargo un tanto especial, crear una novela gráfica para dar a conocer Neuerkerode por el 150 aniversario del lugar. Antes de crear 'Aprendiendo a Caer', Mikael Ross como la gran parte de la gente en Alemania, no sabía nada de él, a pesar de que fue un lugar pionero en su época, pues se creó con la idea de ocuparse de personas de las que nadie -o casi nadie- se preocupaba: la personas con discapacidad intelectual.

Sus creadores, Gustav Stutzer, un sacerdote protestante, un médico y una filántropa, no lo idearon como un modelo residencial al uso, sino como una pequeña ciudad en la que las personas con discapacidad intelectual pudieran tener un proyecto de vida, apoyados por personas sin discapacidad, y allí vivir, formarse e incluso trabajar.

Hoy en día, cuando se tiende a una sociedad más inclusiva, este original modelo parece obsoleto y segregador, pero, además de que no se puede mirar el proyecto con los ojos de hoy, muchos lo defienden como un modelo válido para aquellas personas para las que, por ejemplo, una gran ciudad puede resultar un hábitat demasiado hostil. Entre ellos, el propio Mikael Ross, que convivió con sus habitantes durante casi un año y comprobó, de primera mano, cómo es la vida en este lugar. 

Dónde está Neuerkerode y cuántas personas viven allí

Neuerkerode está situado en la Baja Sajonia, dentro del municipio de Sickte. Allí conviven 840 personas adultas con discapacidad intelectual o pluridiscapacidad, 20 menores con discapacidad y unas 1.000 mal sin discapacidad que trabajan allí. Muchas de ellas no viven en habitaciones, sino en viviendas que pueden decorar a su gusto. Son, además, ciudadanos del pueblo de pleno derecho, no pacientes o simples residentes.

También existen viviendas destinadas específicamente a personas con autismo, viviendas asistidas para jóvenes, vivienda de ‘entrenamiento’ para enseñarles a ser autónomos y alojamiento para niños para pasar cortas estancias.

Imagen de viviendas en Neuerkerode.
Imagen de viviendas en Neuerkerode.
https://www.neuerkerode.de/

En Neuerkerode podemos encontrar distintos perfiles: personas con discapacidad que viven e incluso trabajan allí, personas que necesitan cuidados por un tiempo determinado, jóvenes para entrenarse en la vida adulta, niños o incluso personas que van allí a pasar los últimos momentos de su vida porque ya no pueden vivir solos y necesitan alguien que los atienda.

Además de residencias, centros para formarse, ocio y deporte, Neuerkerode cuenta con servicios como terapias, asistencia médica y cuidados profesionales, por lo que es también una gran fuente de empleo para la zona, e incluso de formación y de investigación. 

Qué se hace en Neuerkerode

En Neuerkerode, las personas, tanto las que tienen discapacidad como las que no tienen el mismo objetivo: vivir, y hacerlo con la mejor calidad de vida posible. Las personas más autónomas lo hacen en viviendas individuales y/o compartidas y las que no, tienen un mayor apoyo y asistencia

En Neuerkerode se puede simplemente vivir, o también formarse, hacer talleres de todo tipo y trabajar, tanto en programas de prácticas como trabajos remunerados, todo ello adaptado a las capacidades de cada uno.

Además, disponen de programas de ocio donde dar rienda suelta a aficiones como la música, el teatro, el arte, tiempo libre, deporte… Todo ello, como aseguran en su web, con el objetivo de que, las personas que allí viven puedan "participar en la vida social, cultural y social con asistencia y basada en sus necesidades". 

Además, también cuentan con un servicio de atención a las familias, apoyo psicológico si lo necesitan y hasta un servicio eclesiástico. Todo un "enfoque holístico de la vida" con el que intentan dar respuesta a todas las necesidades vitales de las personas. Como afirma Mikael Ross, "en Neuerkerode, yo he visto personas con hobbies, pareja, trabajo…". 

En definitiva, personas con un espacio para desarrollarse como tales sin limitaciones y sin tener que depender de su familia cercana, algo que, el propio Ross cree que puede incluso proporcionar alivio y respuesta para uno de los grandes temores -sino el mayor- de los padres de personas con discapacidad: "¿Qué pasará con él o ella el día que yo no esté para cuidarlo". 

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