La UE estudia cerrar el paso a parte del gas ruso que llega a España vetándolo cuando su destino final sean terceros países

Barco de aprovisionamiento de gas natural licuado.
Barco de aprovisionamiento de gas natural licuado.
ACN
Barco de aprovisionamiento de gas natural licuado.

La UE estudia una nueva manera de evitar que Rusia siga llenando sus arcas públicas a costa de la venta de gas natural licuado sin prohibir del todo las importaciones a sus países, que supondría romper contratos privados ya firmados. Los Estados miembros tienen sobre la mesa una propuesta para vetar la llegada a puertos europeos de metaneros cargados de GNL procedentes de Rusia que no tengan como destino final los países de la UE sino terceros países, acabando así con un comercio triangular en el que se vende en buena medida el gas ruso.

Según han adelantado medios como Politico y El País y confirman a 20 Minutos fuentes del Consejo de la UE, los embajadores de los Veintisiete empezarán a estudiar este miércoles en Bruselas una propuesta que figura en el décimo cuarto paquete de sanciones contra Rusia. Se trata de una primera discusión sobre una medida a la que le quedarán otras posteriores antes de que se tome una decisión, añaden las fuentes. No impediría que operadores de energía sigan introduciendo gas ruso en barco a los países de la UE pero sí que estos se conviertan en una parada antes de que este llegue a su destino final, cuando de trate de un país extracomunitario.

Esta medida sería una forma de poder aplicar en parte un veto al gas natural ruso que, de modo unilateral, ya es una posibilidad en la UE pero que ningún país europeo quiere aplicar en solitario. La directiva de gases renovables aprobada hace apenas unos meses incluía una disposición que indicaba que los gobiernos de la UE que así lo desearan podrían prohibir la llegada a su territorio de barcos cargados de gas procedente de Rusia y de Bielorrusia. De este modo, la UE abría la puerta a vetos nacionales sin tener que aprobar una nueva sanción para prohibir la llegada de este gas ruso -en estado líquido-, para lo que debería contar con una unanimidad difícil de conseguir.

Sin embargo, no parece que la opción unilateral vaya a tener éxito. En marzo, los dos principales importadores de gas licuado ruso, España y Bélgica, dejaron clara su negativa a proceder a esta prohibición de manera unilateral. Según indicó la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, en un Consejo de Energía de aquel mes, esto supondría que operadores privados de energía tengan que romper contratos de suministro firmados antes de que Rusia invadiera Ucrania y redirigiría el flujo de gas ruso a otros países europeos.

Las importaciones de gas licuado procedente de Rusia y transportado en barco no están sujetas a sanciones europeas que sí vetan ya la llegada de petróleo o de carbón y, al transportarse por mar, tampoco quedan afectadas por el cierre de los gasoductos que conectaban Rusia con el centro de Europa.

España, a la cabeza de recepción de GNL ruso

En este escenario, España es el país que importa más gas natural licuado. El año pasado, España, Francia y Bélgica recibieron el 80% de estas importaciones, que entre 2021 y 2023 crecieron un 11%. Según Enagás, en enero de 2024 Rusia era el tercer principal origen del gas que entra en España, después del GNL de Estado Unidos y del gas que llega desde Argelia por gasoducto y llegaron de allí 8.687 gigavatios de gas, un 26,9% más que en enero de 2023.

A pesar de su negativa a aplicar el veto unilateral al gas natural licuado ruso y de que ya en marzo Ribera constató que no había quorum entre los 27 gobiernos de la UE para hacerlo de forma conjunta, hace diez días, la vicepresidenta apuntó veladamente a la posibilidad de que hubiera otra vía, intermedia entre un veto nacional y otro total como la que han evaluado este miércoles por primera vez los embajadores europeos.

En una comparecencia ante la comisión de Transición Ecológica del Senado, Ribera señaló que "nuestra capacidad de intervención para prohibir la importación de GNL ruso no existe, salvo que paguemos el contrato que [los operadores de energía, como Naturgy] están obligados a rescindir, pero sí existe la capacidad de adopción de medidas sancionadoras por parte de la UE". "De hecho, este es un asunto que probablemente se plantee de manera inmediata", añadió.

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