El de Ignacio Garriga (Sant Cugat del Vallés, 1987) es el nombre propio que ha abierto paso a Vox en Cataluña, el ariete electoral con el que el partido de Santiago Abascal consiguió hace tres años entrar en el Parlament y con el que la formación aspira ahora a afianzar su respaldo en las elecciones del próximo domingo 12 de mayo. Sin embargo, el liderazgo del diputado catalán va mucho más allá de las fronteras autonómicas. El líder de la formación en Cataluña ha ganado galones hasta convertirse en la mano derecha de Abascal.
A sus 37 años, Garriga repite como candidato de Vox a la Presidencia de la Generalitat de Cataluña. Ya en 2021 encabezó la lista por Barcelona y ahora lo vuelve a hacer desde una posición mucho más fuerte dentro del partido. Los comicios de este domingo llegan apenas cuatro meses después de que Abascal lo aupara dentro de la cúpula nacional y lo convirtiera en enero en su 'número dos' al nombrarlo vicepresidente único de Vox y relegar a sendas vocalías a Jorge Buxadé y a Javier Ortega Smith. Garriga ya había relevado anteriormente a este último en 2022 como secretario general de la formación, cargo que actualmente conserva.
Desde la trinchera catalana, el antaño portavoz nacional de Vox, católico practicante confeso y supernumerario del Opus Dei, ha ido escalando poco a poco en el partido, al que se afilió en 2014 pocos meses después de su creación. De hecho, Garriga fue cabeza de lista en los primeros comicios a los que Vox concurrió en Cataluña: las elecciones municipales de 2015, en las que se presentó a la Alcaldía de Sant Cugat del Vallés (Barcelona), su ciudad natal.
Su primer ring político fue así el lugar donde creció junto a su familia y labró sus primeros recuerdos. De padre catalán de ascendencia belga y madre nacida en Guinea Ecuatorial, Garriga recuerda con frecuencia para defenderse de quienes lo acusan de ser racista sus orígenes, sobre todo por parte materna. Fue precisamente de su madre de quien el actual vicepresidente de Vox heredó la vocación política. "Aquí sentados no haremos nada", ha contado en más de una ocasión que le decía su progenitora, militante de Alianza Popular, para invitarlo a la acción.
Siguiendo los pasos de su madre, el actual 'número dos' de Vox se afilió a las Nuevas Generaciones del PP en Cataluña a los 18 años y formó parte del ala cercana a Montserrat Nebrera, que se postuló para dirigir a los populares catalanes en 2008. Sin embargo, aquella andadura política no llegó a buen puerto. Nebrera perdió la batalla frente a Alicia Sánchez-Camacho, que se irguió por aquel entonces como presidenta del PP de Cataluña, y Garriga abandonó el partido por "discrepancias ideológicas". El actual candidato a presidir la Generalitat apoyó de nuevo a Nebrera en Alternativa de Govern, el proyecto con el que la exdiputada popular intentó sin éxito volver a la primera línea de la política catalana en 2010.
En paralelo a ese primer coqueteo con la política, Garriga estudió Odontología en la Universidad Internacional de Cataluña y posteriormente trabajó en varias clínicas dentales. De hecho, es ahí donde el propio diputado catalán considera que está su profesión y no en la política, aunque ambas áreas distan del que él mismo reconoce que era su 'sueño' de niño. El líder de Vox en Cataluña, casado y padre de cinco hijos, bromea con que cuando en su infancia le preguntaban a qué quería dedicarse de mayor respondía que quería ser "jubilado" como su padre.
Fantasías de niñez aparte, la política ha acaparado el día a día de Garriga. "Yo a la política no vengo a estar toda la vida, lo considero como un tiempo de servicio, pero luego volveré a disfrutar de mi profesión", advertía en una entrevista en el diario especializado en información sanitaria Redacción Médica en 2020, un año después de obtener un escaño como diputado en el Congreso -el primero de Vox por Barcelona-, donde Abascal le confió la misión de defender la moción de censura presentada contra Pedro Sánchez ese mismo año. Pocos meses después, el actual vicepresidente del partido regresó a su tierra natal para ocupar un asiento en el Parlament y liderar el grupo parlamentario.
Durante su "tiempo de servicio" en política -que por el momento no tiene visos de terminar-, Garriga ha sido el encargado de guiar el avance del partido de Abascal en Cataluña, en un contexto marcado por la polarización política tras el procés. La defensa de la unidad de España ha sido desde su inicio una de las principales banderas de Vox, que se presenta como alternativa para "salvar" a Cataluña del "separatismo". Con esa promesa y con Garriga como cabeza de lista, los de Abascal consiguieron entrar en el Parlament como cuarta fuerza política con 11 escaños en 2021, un respaldo que ahora aspiran a consolidar.
Los otros dos grandes estandartes que no faltan en ninguna intervención del candidato a presidir la Generalitat son la inmigración ilegal y la inseguridad, dos asuntos entre los que dibuja una relación directa de causa y efecto. Garriga invita a los catalanes a elegir este domingo entre "inmigración ilegal o seguridad" y entre "separatismo o libertad". Fiel al argumentario del partido, el líder de Vox en Cataluña tiene por delante el reto de salvaguardar su fuerza ante el esperado avance del PP a costa de la posible desaparición de Ciudadanos.
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