Noemí Casquet: "Hemos experimentado solo un 30% de nuestra sexualidad"

La periodista, escritora y divulgadora Noemí Casquet, en el Teatro Alcalá.
La periodista, escritora y divulgadora Noemí Casquet, en el Teatro Alcalá.
José González | PREVISIONES 20M
La periodista, escritora y divulgadora Noemí Casquet, en el Teatro Alcalá.

Noemí Casquet es periodista y escritora. Ha publicado siete libros sobre liberación sexual, placer y deseo desde una perspectiva feminista. Su trilogía Zorras fue best seller en España y ha sido adaptada a la pantalla en Atresplayer, como una serie que fue nominada a Mejor Serie Extranjera en la Berlinale. 

A día de hoy es considerada la mayor influencer especializada en sexo, con 2,4 millones de seguidores en Instagram y 1 millón en TikTok. Ahora, su gira Origen trae un espectáculo que mezcla sexo, espiritualidad, ciencia y sensaciones, a ciudades como Madrid, Sevilla, Zaragoza, Barcelona, Bilbao y Valencia. En varias ciudades ya ha agotado entradas, en otras, hay disponibles. Después Origen volará a México, Colombia, Argentina y Chile.

¿Qué se va a encontrar el espectador en Origen?Algo que se ha hecho muy pocas veces… de hecho, nunca. Lo que más nos está costando a la hora de comunicar es explicar lo que significa Origen, porque la gente no sabe dónde localizarlo. Creo que durante mucho tiempo hemos tratado el sexo de una forma morbosa y sensacionalista, incluso llevado al absurdo, a lo cómico, que está bien reírse de todo eso, pero también se necesita una educación sexual y ahí es donde entra Origen. En realidad es una charla inmersiva donde durante una hora y media vas a poder experimentar un montón de cosas desde tu butaca y vas a ser partícipe de una sexualidad ancestral que básicamente es como el resurgir de prácticas sexuales de antiguas civilizaciones, que te acompañarán en tu sexualidad moderna y la pueden modificar a un nivel muy profundo, como se modificó la mía.

Entrevista a Noemí Casquet

Pensamos que esto del sexo es algo de ahora, pero por reproducirse o disfrutar existe desde que el hombre es hombre… incluso antes.Realmente es que llevamos reproduciéndonos y follando toda la existencia de la humanidad. Por algo estamos aquí. Como dice mi abuela, “se ha derramado mucha leche” (risas). A lo largo de todos esos milenios se han escrito muchas cosas sobre sexo y hemos olvidado muchísimas cosas sobre el sexo y al final nos han acabado manipulando hacia una sexualidad en la que follamos en base a un imaginario colectivo.

¿Cómo es eso?Follamos en base a como nos dicen que tenemos que follar y nada más. Hemos experimentado un 30% de nuestra sexualidad, por así decirlo, una sexualidad muy física, muy genital. Pero la sexualidad tiene muchísimo poder y te puede llevar a estados alterados de consciencia, por ejemplo, a expandir el placer por el cuerpo o incluso también a tu propia identidad, a saber qué eres, a reforzarte, porque ahí está el origen de nuestra existencia. Y hemos sido tan gilipollas la humanidad que hemos hecho un tabú de eso mismo. De eso va un poco también Origen, de recordar todo esto.

Una de las cosas que promete Origen es que desde la butaca y en un ambiente colectivo se experimenten ‘ciertas sensaciones’ ¿Puede hacernos spoilers?Se va a mantener la ropa en todo momento. La orgía es al final (risas). Todo se va a hacer desde la butaca, excepto en algún momento que pediremos algún voluntario simplemente para que se vea desde el escenario. Pero todo sin sexo explícito. El sexo explícito será desde otro punto de vista, para aprender ciertas técnicas en este sentido, pero el resto va a ser una experimentación de lo que se puede hacer a través de diferentes conceptos de la activación del cuerpo, la sensorialidad, diferentes movimientos que podemos hacer para elevar los orgasmos... Al mismo tiempo, el uso de la respiración para activar o desactivar el orgasmo. Todo eso lo vamos a aprender y hacer desde la butaca en Origen.

¿Cómo han creado en la escenografía y el vestuario para lograr ese ambiente?Hemos querido llevarlo al minimalismo de esa ancestralidad. Va a ser una escenografía bastante sencilla, con telas blancas, donde vamos a proyectar ciertas cuestiones. Todo se va a basar mucho en la iluminación y en la música que ha creado Belanuit, que es una música impresionante que nos va a acompañar en ciertos momentos a través de los ejercicios. Mi traje está hecho a mano a ganchillo por una amiga que se llama Sheila y también evoca mucho esa comodidad y también esa ancestralidad. Todo es muy minimal, pero al mismo tiempo también sin perder esa esencia de la grandeza que hay en cuando miramos atrás.

Noemí Casquet, en el Nuevo Teatro Alcalá.
Noemí Casquet, en el Nuevo Teatro Alcalá.
José González | PREVISIONES 20M

¿Origen es un espectáculo para iniciados en este tipo de sexo o puede venir el señor Manolo, de 55 años, con su parienta?Es necesario que venga el señor Manolo con su parienta, sin duda alguna, porque creo que Origen es para todo el mundo. Tanto para personas que tienen 80 años y pensaban que ya no había sexualidad en ellos, como para personas que tienen 16 o 18 y que empiezan en sus primeros pasos hacia la sexualidad. Incluso te pondría edades más tempranas, pero entiendo que muchos padres tengan cierto rechazo. Creo que es importante que venga todo el mundo, porque pensamos que el sexo es está condicionado de una forma y en realidad tiene muchas formas y hay mucha información que falta. Cuando pensamos que a los 50 ya lo hemos experimentado todo o a los 70 estamos esperando ya que la vida se pase o a los 18 tenemos esa presión de tener que estar manteniendo relaciones sexuales constantemente cuando no tenemos ni idea de cómo funciona nuestro cuerpo. Creo que ahí es necesaria la información y el conocimiento y sin duda la experiencia. Entonces, para personas que ya estén iniciadas en ciertos caminos, pues evidentemente Origen les va a gustar porque van a saber de qué estoy hablando y van a poder integrar más herramientas, pero también es sobre todo para personas que no tenían ni idea y que son escépticas del mundo de la espiritualidad y demás. Este conocimiento no requiere de una religión o una ideología, requiere simplemente de un cuerpo humano.

¿Buena parte de este condicionamiento del que nos habla es culpa del porno?Hay diferentes culpables. El porno, sí claro, es uno de los condicionantes, porque a día de hoy es nuestro educador sexual, pero también el cine convencional, por ejemplo, que llega antes del porno y en el que vemos ciertos prejuicios o vemos ciertas dinámicas. La literatura, la música... es decir, toda la cultura en general que nos rodea, es el condicionante de nuestro imaginario colectivo, junto con las instituciones como puede ser la institución familiar, el cómo vivimos el sexo en nuestra familia, el cómo se vive en la escuela, el cómo se vive con nuestros compañeros. Es decir, el porno es simplemente una herramienta que ha sustituido una educación sexual que falta a nivel institucional, pero no es el culpable de todas las cuestiones. Los culpables y las culpables somos nosotros mismos como sociedad que hemos permitido que eso sea así y no estamos haciendo nada para que cambie.

Mezcla espiritualidad y ciencia, ¿hacen un buen combo?Espiritualidad y ciencia llevan más tiempo juntas que separadas. Realmente fue a partir del Siglo de las Luces que se empezó a separar todo y a estigmatizar muchísimo la espiritualidad. Pero es que la espiritualidad va a donde la ciencia todavía no llega. La ciencia responde a lo material y la espiritualidad responde a la no materia, a lo intangible. Creo que eso es algo que parte mucho del ser humano, nuestra fe y nuestra espiritualidad, aunque se haya de algún modo corrompido mucho a través de las religiones y se haya manipulado a través del miedo, el dolor, etcétera.

Humanos y fe, una historia larga...Una de las vertientes naturales del ser humano es la fe. Al final, el mirar a las estrellas y pensar qué hay más allá. Y creo que eso lo puede responder la ciencia, pero tiene que ir de la mano también de una forma holística de ver el cuerpo humano, el ser humano más allá de lo que son partes u órganos, y de una forma integrada y también con el plano emocional.

Hablemos un poco de Noemí. ¿En qué momento se dio cuenta de que la sexualidad era tu trabajo o su vocación?Llevo 14 años dedicándome a la sexualidad, ahora tengo 32, así que empecé desde los 18. Básicamente mi llamada no fue como tal, sino que simplemente estuve haciendo siempre lo que hago ahora, es decir, con 14 años tuve mis primeras experiencias sexuales con mis amigas. De repente me preguntaban muchas cosas. Yo he tenido mucha, mucha confianza siempre con mi madre y ella era mi fuente de información. Yo iba a mi madre y le decía “Mamá, ¿cómo hago una mamada?” Mamá, ¿qué es un orgasmo? Y mi madre, sin ningún tipo de prejuicio, me lo contaba y me explicó lo que es el placer y me explicó un montón de cosas. Todas esas cosas las llevaba a mis amigas y se las explicaba a ellas.

¿Ha habido prejuicios en su carrera por elegir esta rama?A los 18 empecé la universidad y la carrera de Periodismo y los primeros meses teníamos que presentar un blog. Yo ya tenía uno y lo especialicé en sexualidad y estaba todo el mundo muy expectante. Cuando lo presenté delante de toda la clase, el profesor me dijo básicamente que había hecho eso para llamar la atención del público masculino. En otras palabras, me llamó guarra delante de todo el mundo y pensé ¿cómo me está llamando guarra por algo que nos ha traído a la vida, que es absolutamente natural y es nuestra sexualidad? Así que ahí me hice la promesa de dedicarme el resto de mi existencia a intentar cambiar eso. Y eso hago ahora, ya no con mis amigas, voy a fuentes un poquito más antiguas que mi madre y llego a un número un poquito mayor que mis amigas, pero sigo haciendo lo mismo. Al final soy un canal.

Noemí Casquet, en las calles de Madrid.
Noemí Casquet, en las calles de Madrid.
José González | PREVISIONES 20M

Me da la sensación de que hay más divulgadoras sobre sexo que divulgadores...Aquí hay muchas diferentes vertientes... La primera es que nosotras podemos asumir mejor la vulnerabilidad que un hombre y decir y hacer ciertas cosas, así que lo tenemos como más fácil en ese aspecto. Por otro lado, también nuestra sexualidad se ha visto muy condicionada a lo largo de la historia, ha estado en otro lugar, por lo tanto, es una forma también de reivindicar nuestro espacio, nuestro placer y que se sepa a nivel de la sexología moderna que se empieza a investigar. Pero también existe el prejuicio y el patriarcado de que no es lo mismo que un hombre te esté hablando sobre cómo hacer una paja, a que una mujer lo haga. Si ves a una mujer hablando de sobre ese tema, pues a lo mejor te sientes menos violentado. Incluso también se activa tu deseo...

¿Ha notado reticencias por eso?Hace mucho tiempo estaba trabajando en una tienda erótica que era también una especie de productora pornográfica. Te hablo de hace diez años. De repente les dije “oye, ¿y por qué no ponemos a un hombre a hablar también de sexo?” Porque yo no voy a hablar de cómo hacerme una paja si no tengo polla. Y la respuesta fue “no, no, no, es que a mí me gusta que me lo diga una mujer, un tío que me va a decir a mí tal y cual”.

¿Este es un llamamiento?Se necesitan muchísimas más voces masculinas que hablen de sexualidad, porque las femeninas vamos a llegar hasta cierto punto en términos binarios. Creo que se necesita una llamada tanto por el público masculino, para que haya una apertura de mente, de que evidentemente un hombre puede hablar sobre estos temas, como también hacia sexólogos y hacia personas divulgadores en general de sexualidad, pues es importante también que se vea y de que dejéis a un lado la vulnerabilidad. Al final a lo mejor no sabéis comeros un coño tal como pensáis en vuestra cabeza y está bien que se enseñe. Bueno, es necesario que se enseñe. 

¿Se menosprecia su trabajo por la etiqueta de ‘influencer’?No, realmente no he sentido que se menospreciaba mi trabajo porque en realidad como no soy una influencer dedicada al lifestyle ni nada de eso, se entiende claramente que soy divulgadora y tú entras a mi perfil en Instagram y es lo que ves y lo que hago. No ves otra cosa que eso. A veces estoy el gimnasio y enseño cómo me hago un moño, pero poca cosa más. Todo a lo que a lo que me dedico es a la sexualidad. Lo que sí que se ha visto durante mucho tiempo condicionado es el hecho de que yo no soy sexóloga, soy periodista y no quiero ser sexóloga porque no me quiero dedicar al ámbito clínico.Se ha criticado mucho por parte de compañeras que son sexólogas y ahora también por parte de personas que se dedican al tantra o ciertas filosofías. Y es que hay una especie como de intrusismo que no es real, pero como hay tan pocas personas periodistas que se dediquen a la sexualidad, somos menos de cinco en España, se ve como algo de intrusismo, algo extraño, Pero es que el periodismo también es esto. Se requiere el periodismo en la divulgación y en la investigación de la sexualidad y por lo tanto, en la comunicación de la misma. Yo tengo muy claro que el ámbito clínico es algo que no me interesa, sino que mi lucha es llegar a la masa, es decir, mi lucha es hacia un cambio sistémico y luego en pequeña escala es lógico que esa persona pueda ir a un sexólogo, pueda ir a un retiro de tantra o pueda ir a lo que quiera, pero mi lucha es contra un muro, no contra partes pequeñitas. Sigo teniendo mucha lucha con personas que son compañeras y eso me genera mucha incomodidad y mucha tristeza.

No se le diría nunca a un divulgador de ciencia, por ejemplo...Efectivamente, si te dedicas al periodismo deportivo no te van a exigir ser entrenador de fútbol, o de básquet o de lo que sea, ¿no? Lo mismo pasa con la sexualidad. Pero no hay suficiente periodismo en el sexo y es necesario.

En lo personal, ¿genera muchas expectativas que se dedique a esto? ¿Cuando liga piensan que será una diosa del sexo?Pues llevo viviéndolo así durante muchos años. La verdad es que las expectativas siempre que me acuesto con alguien son elevadísimas y eso me genera mucha incomodidad al final. Porque claro, estás como que quieres conectar con esa persona de ser humano a ser humano, pero de repente esa persona tiene otras expectativas sobre ti y genera dos vertientes: o se cagan y piensan que voy a estar ahí juzgando todo lo que hacen y piensan “no voy a ser capaz de tener una erección o de poder tener un orgasmo”, ya se con un coño, o una polla, porque yo soy bisexual. Y luego, por otro lado, también genera mucha expectativa en decir “guau, me va a hacer la mejor mamada o el mejor cunnilingus de mi vida”, y no tiene por qué ser así. Yo soy un ser humano, tú eres otro. Al final nos tenemos que conocer. Yo tengo mucho conocimiento sobre mi cuerpo, pero yo no tengo conocimiento sobre el tuyo. Entonces, aunque en aspectos generales sí que pueda satisfacer más o menos, en realidad a lo mejor a ti te apetece que te coja la polla más fuerte y a otra persona le apetece más flojo y eso es comunicación. En lo que sí que creo que me siento muy orgullosa es en que eso, la comunicación, es lo que me hace ser buena amante y nos podría hacer buenos amantes a todos.

Hay que ir libres de expectativas, entonces…Es en general el sexo es un espacio seguro y de confianza. Cuando una persona se acuesta conmigo no hay peso, ni carga de expectativas de cuándo te tienes que correr, de cuando no. Intento generar mucho ese espacio para que la persona pueda estar cómoda, para que se pueda abandonar y para que se sienta también acompañada por mi parte. Y pretendo lo mismo hacia el otro lado. Así que eso creo que es lo más importante del sexo. Eso sí que lo hago y ya cada uno pues que juzgue si hago mejores o peores mamadas o cunnilingus (risas). Eso depende de cada persona.

¿Tendemos a pensar que el sexo es el orgasmo y no el camino?Sí, creo que uno de los grandes prejuicios que tenemos es esa obsesión por el orgasmo, una obsesión que entiendo, que es lógica, pero por otro lado nos falta información, porque, insisto, podemos tener orgasmos en diferentes partes del cuerpo, podemos sublimar esos orgasmos y mantener el estado orgásmico durante muchísimo tiempo, todo el que podamos mover esa energía. Buscamos un orgasmo enfocado a los genitales y de algún modo no vemos el cuerpo como algo holístico, sino simplemente el sexo. Lo vemos como lo que tenemos entre las piernas y eso es una de las cosas que nos limitan más, junto con esa obsesión del orgasmo, la presión de que no te puedes correr y tienes esa obsesión porque dices “estoy ocupando un espacio que no merezco, la otra persona se va a cansar”, y ya empiezas con la mente a dar vueltas y es horrible. Creo que no tenemos las herramientas para experimentar el placer más allá del orgasmo.

Hablemos de parejas abiertas, ¿son también un tabú? ¿Son mejores que las monógamas?Cada uno tiene sus tiempos y sus modelos relacionales. No se trata de ahora de repente vamos a ser todos no monógamos o vamos a ser todos monógamos. Yo no quiero obligar a nadie monógamo que se plantea una relación abierta, pero sí que le quiero dar información a la sociedad para que vean que eso se puede hacer, como a mí me hubiese gustado tenerla hace diez años, que es cuando empecé a tener relaciones abiertas y una información que creo que no se da basada mucho en la pareja, en crear una base. Creo que durante mucho tiempo se piensa también que las relaciones abiertas son menos profundas que las relaciones cerradas, que parece que la monogamia te da una falsa seguridad y si en realidad fuese más segura no existiría el divorcio. Hay muchos prejuicios alrededor. Parte de mi trabajo también es quitar todo ese estigma alrededor de las relaciones abiertas a través de la información, para que tú tengas ese conocimiento y digas vale, pues es que a lo mejor mi modelo relacional no es este, si no es este otro o al contrario, también que de repente puedas estar en una relación no monógama y en algunos momentos digas “ya no me siento identificada con todo esto”.

La tiranía de las etiquetas…Las etiquetas no nos tienen que constreñir en ese sentido, sino nos tienen que sostener, pero nunca pueden ser una cárcel y podemos tener la sensación de evolucionar. Pero sin duda tenemos que hacer un trabajo cultural también y en general sistémico, para que las relaciones abiertas se vean de una forma tan natural como se ve la monogamia a día de hoy. Porque de hecho en muchas ocasiones puede ser más natural, entre comillas, la no monogamia, aunque eso no significa que tenga que ser obligatorio. Es decir, que nuestra tendencia sea esa no significa que tenga que ser nuestro modelo relacional.

¿Qué consejo le daría a jóvenes que empiezan a sentir ese despertar sexual para enfrentarse a sus primeras experiencias sexuales?El primer consejo que a mí me hubiese gustado que me dijeran, es que es algo natural, que no estamos haciendo nada malo, que forma parte de nuestra naturaleza, porque al mismo tiempo también se vive como con un estigma. Y ese estigma y la falta de información nos hace llevarlo todo al extremo. Quiero experimentarlo todo o de repente no quiero experimentar nada. Es muy importante la autoescucha. Creo que es muy importante la intuición. Si de repente sientes que no es el momento, para, no hace falta ser validado o validada por ninguna mirada. Todos hemos estado ahí. Sin duda es importante la paciencia y saber que poco a poco vas a ir experimentando, va a ir mejorando todo, vas a ir conociéndote muchísimo más. No podemos pretender que jóvenes de 14, 16 o 12 años, que es cuando empiezan, tengan consciencia de su deseo cuando no saben de qué están hablando. Hay que intenta apoyarse en en personas, en información. Yo por ejemplo, estoy en redes sociales y en mi perfil hay mucho apoyo en ese sentido. Si tienen la posibilidad de apoyarse también en familiares, pues sería lo ideal y lo más bonito del mundo. Sobre todo, que tengan paciencia y que empiecen a escucharse y a poner sus límites y a comunicarlo.

¿Qué es lo más satisfactorio de su trabajo?Me acuerdo que hice un post sobre Hazte el amor y hablaba de la masturbación y de que yo me masturbaba y de repente la gente empezó a decir “madre mía, pero te masturbas teniendo pareja” y estas cosas. Hay prejuicios todavía así, no nos hemos librado de eso, pero sí que poco a poco estamos viendo que, por ejemplo, los juguetes eróticos ya empiezan a estar en perfiles que no tienen nada que ver con la sexualidad, y podemos ver una integración de la diversidad tanto en orientaciones relacionales como sexuales, como también en identidades de género. Ha avanzado mucho en los movimientos sociales como pueden ser el movimiento LGTBI+, antirracista, feminista y creo que poco a poco estamos dando pasos en ese sentido. A nivel personal he evolucionado mucho, desde ver un sexo fruto de la sexología, que ha sido una gran base, a verlo también desde una base espiritual que es mucho más amplia y a mi me ha cambiado realmente la vida y mi sexualidad a un nivel increíble. Eso es lo que intento divulgar. Creo que sí que estamos cambiando, pero siempre digo lo mismo. Para los progresistas el cambio va a ser muy lento. Para los conservadores vamos muy rápido. Estamos encontrando un equilibrio, estamos dando un pasito, aunque tengamos la sensación de que hacemos tres hacia atrás, pero si damos tres hacia adelante y dos hacia atrás, hemos dado uno y con eso nos tenemos que quedar. Hay gente que tiene mucho miedo y con ellos también tenemos que tener paciencia. Ojalá poder ver el cambio poquito a poquito, dentro de diez años ojalá poder ver esos pequeños cambios y que poco a poco la sexualidad vuelva a ser de la humanidad y no del sistema.

¿Qué es lo más ‘cuñao’ que le han dicho cuando se han presentado a un desconocido y ha explicado a qué se dedica?¿Sabes qué pasa? En muchas ocasiones como que me presento yo de una forma muy cuñada porque a la gente como que le quita mucho el estigma. En la universidad, por ejemplo, cuando yo tenía el blog de sexualidad me decían “esta es la del blog porno”. Ahora muchas veces me presento diciendo “sí, soy la de las pajas en Instagram” y la gente se ríe.

Hace gira por Latinoamérica, ¿cómo lo viven allí, alguna anécdota?Lo más raro que me ha pasado fue en México que fui a dar una charla en un colegio súper conservador y ultra católico. Y al llegar pensé ¿qué cojones hago aquí? Me presentaron junto a una charla de la importancia del matrimonio de Dios y de Jesucristo. Eso es lo más raro que me ha pasado. Me presentó el cura, y empecé como muy conservadora en el discurso, pero luego me desaté y los chavales me empezaron a preguntar de todo. Fue muy bonito acompañarles en ese sentido. Y luego me fui de tequilas con el cura (risas). Me dijo que yo hablo de Dios también en la sexualidad.

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