Salen a la luz más vestigios judíos de Sevilla 350 años después

Trabajos de restauración del retablo mayor de la iglesia sevillana de Santa María la Blanca.
Trabajos de restauración del retablo mayor de la iglesia sevillana de Santa María la Blanca.
Raúl Caro/EFE
Trabajos de restauración del retablo mayor de la iglesia sevillana de Santa María la Blanca.

Se la conoce como la iglesia de las tres religiones, porque en ella se pueden encontrar huellas del pasado musulmán, judío y cristiano. Es el templo de Santa María la Blanca, situada en la calle del mismo nombre, junto a la Puerta de la Carne, donde desde el pasado mes de noviembre se están llevando a cabo trabajos de restauración en el ábside y en el retablo mayor. Unas intervenciones que ahora han dejado al descubierto restos del hejal, el "sanctasanctórum" del judaísmo, al ser el espacio donde, en unas hornacinas, se guardan los libros sagrados de la Torá y los elementos litúrgicos necesarios, según la tradición ortodoxa judía.

Así lo explicaron este martes el arquitecto José María Rincón, director de la obra, y José Antonio Valiente, responsable del seguimiento arqueológico, que confirmaron que los restos hallados están en un "muy precario estado de conservación" por la naturaleza de los sistemas constructivos originales y por su "falta de conservación en estos más de 350 años".

La localización del muro trasero de la antigua sinagoga ha obligado a desmontar "pieza a pieza" el retablo mayor barroco, obra de Martín Moreno entre 1657 y 1658, lo que "nos permite disfrutar de un panorama de una zona de la iglesia que solo estará visible durante unos meses". Aunque el hallazgo, admitieron los responsables de la obra, no les ha pillado tan de sorpresa, toda vez que "sabíamos que estábamos trabajando en un espacio en el que los principales historiadores que han estudiado el edificio en los últimos años –Óscar Gil, Teodoro Falcón y Rafael Gómez– situaban el límite trasero de la sinagoga".

Parte del muro trasero de la sinagoga que ha quedado al descubierto en la intervención de Santa María la Blanca, en Sevilla.
Parte del muro trasero de la sinagoga que ha quedado al descubierto en la intervención.
Raúl Caro/EFE

Para remontarse a los orígenes de esta iglesia hay que echar mucho la vista atrás. El templo se configuró primero como una mezquita de barrio de reducidas dimensiones, y así se mantuvo hasta 1248, año de la Reconquista, cuando Fernando III cedió a los judíos tres mezquitas para que fuesen sus sinagogas, entre ellas esta, ubicada en plena judería de la ciudad. Pero durante el periodo en el que fue templo judío sufrió muchas remodelaciones. En el siglo XIV se colocaron las bancadas para acoger a los fieles en el rezo, "se anuló el muro de Quibla (muro de una mezquita orientado a la Meca) y se colocó el hejal".

El templo se convirtió en iglesia cristiana en 1391 y entonces continuaron los cambios. El muro derecho perpendicular se recortó unos 30 centímetros para la colocación de las escaleras de acceso a la trasera del altar mayor y así, "el hejal pasó a ser prebisterio y a colocarse en él la mesa de altar". Los expertos creen que en ese momento "también se eliminó toda la decoración que el hejal debió tener y que no nos ha llegado a nuestros días". La última "gran transformación barroca" de la iglesia se produjo en la segunda mitad del siglo XVII, cuando se configuró la actual capilla mayor.

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