Vaya por delante una aclaración: en España, según el protocolo, solo hay una primera dama, que es la reina Letizia, igual que antes de ella lo fue Sofía de Grecia.
Al contrario que en el mundo anglosajón, en nuestro país no se utiliza esa manera de denominar a las esposas o parejas de los presidentes de Gobierno. La última, Begoña Gómez, situada ahora mismo en el centro de la diana informativa, da pie a este recorrido por sus antecesoras, contando desde el mandato del socialista Felipe González.
Carmen Romero: profesora y madre de tres hijos
Felipe González llegó a la Moncloa en octubre de 1983. Con él aterrizaban en el palacio presidencial su esposa, la también sevillana Carmen Romero, y sus dos hijos mayores: Pablo y David. Durante su mandato, el matrimonio tuvo a su tercera hija, María, a quienes muchos quisieron que sus padres la hubieran llamado Constitución, como homenaje a los nuevos vientos políticos que soplaban en el país.
Carmen Romero, que hoy tiene 77 años, no renunció nunca del todo a su trabajo como profesora de Literatura en un instituto. Discreta y tímida, trató de combinar la agenda de su marido con sus clases y la dedicación a sus hijos, a los que ocultó de la prensa con celo de leona.
No obstante, su inclinación a la política la llevó a cargos electos. Fue miembro de la Comisión Ejecutiva de la Federación de Enseñanza de UGT durante una década, diputada al Congreso por el PSOE por Cádiz durante más de catorce años y diputada al Parlamento Europeo. Romero y González se separaron tras casi 40 años de matrimonio. El expresidente se casó posteriormente con Mar García-Vaquero, cuñada del empresario Pedro Trapote.
Ana Botella: abogada, alcaldesa y madre de tres hijos
José María Aznar sucedió a Felipe González en la presidencia del Gobierno español en 1996. Abogado del Estado, un joven Aznar se asentó en la Moncloa con su mujer desde hacía casi 20 años y sus tres hijos: José María, Ana y Alonso. Ana Botella había obtenido plaza en unas oposiciones al Cuerpo de Técnicos de Administración Civil del Estado. Dejó por completo sus ocupaciones para seguir a todas partes a su marido, dentro y fuera de España. Militante de Alianza Popular desde que se casó con Aznar, se presentó al ayuntamiento de Madrid en 2003, donde fue nombrada teniente de alcalde por el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón.
La dimisión de su superior en 2011 para asumir el Ministerio de Justicia la situó como alcaldesa, la primera que Madrid ha tenido en su historia. Ella lideró la campaña de la capital para convertirse en sede de los Juegos Olímpicos. Su mal inglés y su famosa sentencia "a relaxing cup of café con leche in Plaza Mayor" ocasionaron numerosas bromas, también por su parte. Time eligió la frase como uno de los diez gazapos de políticos del año. Ahí acabó su carrera política. Sus hijos se codean con la alta sociedad y la aristocracia. El menor, Alonso, se casará en diciembre con la hija de un millonario mexicano.
Sonsoles Espinosa: soprano y madre de dos hijas
Si ha habido una 'primera dama' que haya marcado una férrea línea entre lo privado y lo público ha sido Sonsoles Espinosa, esposa de José Luis Rodríguez Zapatero. Conoció al político en la facultad de Derecho de León, pero su destino era otro. Cantante de ópera en el Teatro Real y en RTVE, entre otros sitios, y profesora de Música, Espinosa se negó en rotundo a dejar su profesión, por lo que era frecuente que, mientras su marido presidía un Consejo de Ministros, ella estuviera ensayando La Donna è Mobile con sus compañeros de coro.
Dotada de una personalidad independiente y de un estilo que no se conocía hasta entonces en la Moncloa, Espinosa denunció a un medio de comunicación por publicar fotos de sus hijas, Laura y Alba, entonces menores de edad, durante unas vacaciones de verano. Las jóvenes, dedicadas hoy al mundo de la comunicación y de la empresa, protagonizaron una foto muy comentada, con el matrimonio Obama, durante un viaje oficial de sus padres a EEUU.
Elvira Fdez. Balboa: economista y madre de dos hijos
Esta gallega, diez años más joven que su marido, el popular Mariano Rajoy, ha sido, sin duda, la mujer de un mandatario más discreta y desconocida de cuantas han estado entre despachos. Sin embargo, quienes conocen en la intimidad a Viri, como la llaman en su entorno, dicen que es simpática, divertida y ocurrente. Licenciada en Económicas, dejó su trabajo en Pontevedra y se instaló en Madrid, en el departamento financiero de una cadena de televisión. Cuando su marido accedió a la Moncloa, abandonó su puesto laboral para dedicarse a criar a sus dos hijos, Mariano y Juan. Era, eso sí, un intermedio hasta que la normalidad volviera a sus vidas, lo que sucedió en 2018.
Austera y comedida, optó por no gastar dinero en decorar una casa que era, en el mejor de los casos provisional, y pasó buena parte de su tiempo buscando en el sótano del palacio muebles y útiles desestimados por sus antecesoras. Amante de las chanzas y los comentarios coloquiales en sus discursos, Rajoy la solía citar como el baluarte de su familia y de él mismo.
Begoña Gómez: Licenciada en Márketing y madre de dos hijas
Licenciada en Marketing en ESIC en Madrid y máster en Administración de Empresas, la bilbaína Begoña Gómez, de 49 años está casada con el actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Una denuncia contra ella, que un juzgado ha admitido a trámite, ha puesto a Sánchez, afectado por este golpe contra su mujer, en una situación personal de pública tristeza. Pero, ¿quién es ella?
Gómez lleva casada con Sánchez desde 2006. La pareja contrajo matrimonio civil poco después del nacimiento de Ainhoa, su hija mayor, que ahora tiene 19 años. El matrimonio tiene otra hija, Carlota, de 17 años. Nunca se han visto fotografías de las hijas del matrimonio, ni se sabe a qué se dedican, ni qué quieren hacer en el futuro. Solo que ambas estudiaron en la escuela pública y forman una piña cerradísima con sus padres y abuelos.
Gómez, fiel seguidora de las tendencias en moda, siempre al lado de su marido, en la victoria y en la derrota, ha sufrido alguna crítica por querer 'competir' con la reina en actos que requerían la presencia de las dos. También parece cierto que Letizia y ella se profesan simpatía, quizás porque tienen parecida edad y mismos gustos por la música, el teatro, el baile, el deporte y la lectura.
La bilbaína ha absorbido parte del interés que suscita su marido, por su permanente acompañamiento, y también por negocios y colaboraciones que ha emprendido mientras están en la Moncloa, objeto ahora de escrutinio general. Su amor parece haberse ido reforzando y creciendo, hasta el punto de que el presidente se ha declarado "un hombre profundamente enamorado de su mujer".
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