Reynders adelanta su salida de la Comisión y deja la renovación del CGPJ en manos de lo que decidan PP y PSOE

Reynders, junto a Bolaños y González Pons.
Reynders, junto a Bolaños y González Pons.
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Reynders, junto a Bolaños y González Pons.

La renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) es casi como el Quijote para la política española: una historia clave, pero para muchos eterna. Y más que se alargará. El comisario de Justicia, Didier Reynders, ha comunicado este lunes que adelanta su excedencia para hacer campaña para ser el próximo presidente del Consejo de Europa, por lo que aparca su mediación entre PP y PSOE para la renovación. Estaba previsto que el dirigente belga saliera el 25 de abril, pero ahora queda en el tejado de las partes cómo seguirá la negociación. 

El arbitraje de Bruselas, eso sí, se mantendría en manos de la vicepresidenta del Ejecutivo comunitario, Vera Jourova, siempre que "estén dispuestos" tanto socialistas como populares, tal como han confirmado fuentes consultadas por 20minutos. Jourova, de hecho, ya fue comisaria de Justicia entre 2014 y 2019. Hasta ahora la voz de Reynders era la única más o menos optimista con alcanzar un acuerdo, pendientes todos de una cuarta reunión que, en teoría, va a tener lugar ya en Madrid.

Sería la primera que no se daría en territorio neutral, después de los encuentros celebrados tanto en Bruselas como en Estrasburgo. Esto tiene dos lecturas. La primera, que puede servir como acercamiento importante entre PP y PSOE y la segunda que al tratarse de la capital de España la imagen mejoraría: ya no son dos partes negociando un asunto nacional en el exterior. Si nada cambia este encuentro se dará antes de que acabe el mes, aunque todavía no hay fecha confirmada. No obstante, tanto Esteban González Pons como Félix Bolaños miran más allá, aunque sea el primero el que ponga palabras a ese calendario más a largo plazo. "Después de marzo llega abril", esgrimió el popular desde la ciudad francesa tras la última reunión.

Las posiciones, en general, están todavía en un punto irreconciliable y se vio después de la tercera reunión en Estrasburgo, de la que ha pasado ya un mes. "No ha habido ningún avance", aseguró a la salida del encuentro la parte popular, con Esteban González Pons, que acusó al Gobierno de no dar "un paso adelante en favor de la independencia judicial". La ley de amnistía enturbia las conversaciones, y además las partes están enfrentadas (muy enfrentadas) en el cómo: el PP quiere que la renovación del CGPJ y la reforma del modelo de elección se hagan al mismo tiempo; el PSOE apuesta porque primero se renueve y después, en un segundo paso, se hable de reformar. Bruselas, por su parte, 'compra' esa postura pero añade un matiz importante: hay que reformar "inmediatamente" después de renovar.

Tras ese encuentro Reynders tuvo palabras para el optimismo, pero estas se han diluido como un azucarillo. "Nosotros no nos vamos a rendir ni nos vamos a cansar de seguir sentados", sostuvo Pons ante los periodistas: "Exigimos un nuevo modelo e independencia para los jueces, no será por nosotros". Desde Génova, con todo, sostienen que no tienen prisa y que su objetivo es que los políticos "quiten sus manos" de la elección de los jueces. Y no, prisas desde luego no parece que haya tampoco para Félix Bolaños. "El hecho de que estemos sentados, que estemos hablando e intentando acercar posiciones, que intentamos comprender al de enfrente y también que nos comprendan a nosotros, eso ya es un progreso y es un avance", resumió un ministro de Justicia que mandó también un aviso al PP: "Cumplir la Constitución y cumplir la ley no se pueden condicionar a nada".

Ambos lados del tablero, pero sobre todo los socialistas, parece que se conforman con lo mínimo: que las conversaciones sigan abiertas. Eso sí, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ya ha mandado un recado al líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, para que las negociaciones lleguen a buen puerto un lustro después de que haya caducado el mandato del CGPJ. El jefe del Ejecutivo cree que ya no hay lugar a más excusas, ha dado un ultimátum y ha dicho que debe llegarse a un acuerdo "sí o sí" durante abril. De momento en el PP se limitan a esperar.

La negociación, ya sin plazos, entra en una nueva fase y si tanto Génova como Ferraz dan el visto bueno será Jourova la que tome el mando en la mediación; Reynders se va sin conseguir el objetivo, un pacto. Y la realidad es que aunque no haya un calendario encima de la mesa el margen se estrecha porque quedan menos de dos meses para las elecciones europeas.

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