Pablo Muñiz vivía con su padre, lo decapitó cerca de su casa y recorrió 100 metros con su cabeza en la mano

El presunto parricida, de 46 años, no tiene antecedentes penales.
El presunto parricida, de 46 años, no tiene antecedentes penales.
El presunto parricida, de 46 años, no tiene antecedentes penales.
El presunto parricida, de 46 años, no tiene antecedentes penales.
Atlas

Los menos de 2.000 habitantes del concejo asturiano de Ribera de Arriba aún están tratando de asimilar que el lugar en el que viven sea noticia por un macabro suceso que se ha erigido ya en uno de los más truculentos que se recuerdan en España. 

Este lunes por la noche, algunos vecinos del concejo que circulaban por una rotonda cercana a la aldea de El Picón fueron testigos de cómo un hombre ensangrentado, semidesnudo y que portaba un hacha sostenía, pateaba y lanzaba la cabeza decapitada de quien horas después se descubrió que era su padre. Ello, a la vez que se acercaba, amenazante, a los conductores que se paraban estupefactos.

"Se puso delante de mí, se empezó a reír y me tiró la cabeza al capó. Al principio, no sabía lo que pasaba hasta que se dio cuenta que era la cabeza desmembrada de un hombre de verdad", relató Arancha Lomba, una de las conductoras atacadas, en declaraciones al medio asturiano La Nueva España.

El hombre, que permanece ingresado en el área psiquiátrica del Hospital Universitario Central de Asturias tras ser detenido, responde al nombre de Pablo Muñiz, tiene 46 años, trabajaba por temporadas en una empresa láctea y vivía en El Picón con su padre, Miguel Ángel, a quien asesinó esa noche. 

Según el diario El Comercio, que recoge diversos testimonios, Pablo era un hombre dedicado a leer, a caminar por el monte y que le gustaba sentarse a meditar. Jamás causó un problema ni tuvo disputa alguna con nadie

Según relatan algunos testigos citados por el diario asturiano, poco antes de las 22.00 horas de este lunes Miguel Ángel, de 73 años, salió corriendo despavorido y ensangrentado del domicilio que compartía con su hijo para pedir ayuda. 

Llegó a aporrear la puerta de dos vecinos, quienes no abrieron porque no sabían "quién era" y escuchaban "voces" que le provocaron "mucho miedo". Lo que sí hicieron fue llamar a la Guardia Civil. A escasos metros de esa casa, Pablo, que había salido tras su padre, lo interceptó y lo decapitó

En el lugar dejó el cuerpo de su padre, cogió su cabeza con una mano y, con el hacha en la otra, se encaminó hacia la rotonda de la carretera N-630, donde comenzó a aterrorizar a los conductores que se iba encontrando y fue finalmente detenido. 

"Esa imagen no la voy a olvidar en la vida", asegura a El Comercio un conductor a quien Pablo le clavó el hacha en el cristal del coche y le lanzó la cabeza al capó. 

Después de arrestar a Pablo, los agentes de la Guardia Civil siguieron el rastro que había dejado el hombre (regueros de sangre, ropa...) en los escasos 100 metros que recorrió con la cabeza de Miguel Ángel en la mano. Al llegar a la pequeña aldea de El Picón, encontraron el cuerpo del septuagenario decapitado. 

Los investigadores están ahora a la espera de que se le realice un examen psiquiátrico al detenido, quien no tenía antecedentes policiales ni médicos

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