Familiares de las víctimas de la residencia catalana donde murieron 64 personas por la covid: "Era la casa de los horrores"

Evaristo Saura, familiar de una víctima.
Evaristo Saura, familiar de una víctima.
Evaristo Saura, familiar de una víctima.
Evaristo Saura, familiar de una víctima.
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Los familiares de las víctimas de la residencia Fiella de Tremp han declarado este lunes por primera vez ante el juez por la causa de homicidio imprudente. Evaristo Saura, hijo de uno de los 64 residentes muertos por la covid de un total de 142, ha descrito la situación que él vivió en la residencia como "la casa de los horrores" y ha ratificado el "descontrol total" que narran los informes de la fiscalía y los Mossos. Saura ha denunciado la carencia de comunicación por parte de la residencia y ha narrado que al entrar en el centro se encontró a su padre "atado a la cama y tapado con tres mantas". Este familiar se ha mostrado contundente y ha afirmado que "dejaron morir" a los residentes.

Este lunes han comparecido siete de la veintena de familiares que tienen que pasar por el juzgado de Tremp esta semana para declarar.

Las familias han asegurado que hubo falta de atención a los residentes. Aseguran que detectaron falta de agua y comida. Saura ha narrado que durante días no se le informó del estado de su padre y el primer día que recibió una llamada fue para comunicarle su defunción. Los familiares han pedido justicia en la salida del juzgado.

Gente por los pasillos gritando "socorro"

El abogado de la acusación particular, Xavier Prats, ha explicado que las declaraciones de los familiares han sido "muy claras" para entender la situación que se vivió en la residencia. Sobre todo, de tres personas que entraron al centro los días 28 y 29 de noviembre de 2020. Prats ha dicho que uno de los familiares ha descrito la situación como "fantasmagórica" y "de abandono total".

Prats ha narrado lo descrito por un familiar ante el juez la noche del día 29: tuvo que entrar solo, sin ningún control, y solo con la ayuda de la luz de la linterna del teléfono móvil, habitación por habitación, para buscar su familiar ya muerto. El abogado ha dicho que los residentes "no estaban en la habitación que les correspondía" y la situación vivida fue "dantesca".

Según el abogado, los familiares que entraron en el centro se encontraron a gente por los pasillos gritando "socorro", en un ambiente "cargado", con mucho calor y "olor de muerte".

Los familiares han denunciado carencia de comunicación y Prats ha añadido que la dirección se limitó a crear un grupo de WhatsApp donde informaba de los positivos y negativos por covid y "poca cosa más".

El abogado de las familias ha lamentado que la fase de instrucción se esté alargando y que cuatro años después de los hechos todavía esté en proceso.

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