Israel anuncia que retira tropas del sur de Gaza mientras pierde apoyo de sus aliados y aumentan las amenazas de sus vecinos

Familias palestinas regresan a sus hogares entre los escombros tras la retirada de las fuerzas israelíes de Jan Yunis.
Familias palestinas regresan a sus hogares entre los escombros tras la retirada de las fuerzas israelíes de Jan Yunis.
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Familias palestinas regresan a sus hogares entre los escombros tras la retirada de las fuerzas israelíes de Jan Yunis.

La presión internacional y de sus propios ciudadanos comienza a pasar factura al Gobierno de Netanyahu. Cuando se cumplen seis meses del inicio de la ofensiva, el Ejecutivo israelí ha dado marcha atrás a sus objetivos militares sobre el sur de Gaza. Así lo demuestra el anuncio de este domingo de la retirada de la 98ª División del Ejército israelí tras varios meses atacando Jan Yunis, localidad en la que se encuentran la mayoría de refugiados palestinos que huyeron de los combates en el norte. El anuncio llega varios días después de que el Gobierno israelí se haya visto forzado a abrir dos puntos más para la entrada de ayuda humanitaria, después de que su tropas mataran en la madrugada de este martes a siete cooperantes internacionales.

En una semana en la que Netanyahu ha visto como las presiones le llegaban incluso por parte de sus aliados, su Ejército ha reconocido por primera vez que durante uno de sus ataques aéreos sobre Gaza mataron a un rehén israelí. Esto, unido a la falta de avances en las negociaciones, ha provocado un malestar que se ha traducido en movilizaciones masivas en el país. A ello se suma un tercer frente: el miedo a que la guerra se extienda en la región tras el bombardeo israelí sobre la Embajada de Irán en Damasco. Las autoridades iraníes han adelantado que este ataque no quedará sin respuesta e Israel asegura estar preparado. 

Netanyahu ha acusado a Irán de estar detrás de varios ataques contra Israel "a través de sus apoderados". El primer ministro israelí se refería así a las milicias de Hizbulá, el partido chií libanés, que desde que comenzó la invasión de Gaza han cruzado bombardeos casi a diario con Israel. De hecho, el Ejército israelí ha anunciado este domingo que ha completado la ampliación de sus almacenes operativos de emergencia en el norte del país ante la posibilidad de que termine de estallar un conflicto.

"Cualquiera que nos haga daño o planee hacérnoslo, le haremos daño. Ponemos este principio en práctica todo el tiempo y en los últimos días", ha añadido el mandatario. En este sentido, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, ha asegurado este domingo que Israel ha finalizado los preparativos para hacer frente a "cualquier escenario" contra Irán. Por el momento se desconoce cuáles son y el parte militar de este domingo únicamente ha hecho referencia a la retirada del sur de Gaza para que sus tropas "se recuperen y se preparen para futuras operaciones". 

Desde este domingo únicamente permanecerá en la zona la brigada Nahal, cuyo objetivo es asegura el corredor de Netzarim, que cruza Gaza y que Israel utiliza para sus operaciones en el norte y en el centro de la Franja. Pese al anuncio de esta retirada parcial, "un número significativo de tropas seguirá operando en la Franja de Gaza para mantener la libertad de acción del Ejército y su capacidad para llevar a cabo operaciones precisas basadas en datos de inteligencia". Gallant ha asegurado que la se debe a que Hamás ha dejado de funcionar en Jan Yunis y que "las fuerzas se marcharon para preparar la operación en Rafah".

Lo cierto es que el Gobierno israelí había insistido en que las tropas no se retirarían del sur hasta que "no entraran y completaran la victoria en Rafah", la localidad más cercana a Egipto y donde se encuentra el paso por el que circula la ayuda humanitaria. Sus aliados habían pedido que reconsideraran la decisión y, aunque Netanyahu parecía haber sucumbido tras la retirada de las tropas, lo cierto es que el ministro de Defensa ha confirmado que continúan queriendo atacar esta localidad, aunque sea con otra estrategia. Según Gallant, el Ejército actuará en Rafah como lo hizo en el Hospital de Al Shifa, atacando intensamente un objetivo concreto y después retirándose

Netanyahu, presionado dentro y fuera de Israel

Una de las principales voces en contra de la ofensiva sobre el sur de Gaza ha sido Estados Unidos. El propio presidente estadounidense, Joe Biden, ha discrepado públicamente con su homólogo israelí por este operativo y con el paso de los meses las críticas han sido más directas. Pese a ello, la Casa Blanca ha querido rebajar este domingo el tono, tras una semana de fuerte acción diplomática sobre Israel como consecuencia del ataque a los cooperantes extranjeros. El portavoz de Seguridad Nacional, John Kirby, ha asegurado que la reducción de tropas del Ejército israelí en Gaza parece ser un "descanso y reajuste", lo que no significa que acabe la ofensiva en la Franja.

A las llamadas de atención de su principal aliado se han sumado las condenas de países occidentales y organizaciones como la ONU. El Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas ha aprobado este viernes una resolución que exige a sus Estados miembro el cese de la venta de armas a Israel y que "condena las acciones israelíes que pudieran ser constitutivas de una depuración étnica" contra la población palestina.

El líder israelí ha criticado este domingo que la presión internacional se centre en su país. "En lugar de que la presión internacional se dirija a Israel, lo que sólo provoca que Hamás endurezca sus posiciones, la presión de la comunidad internacional debería dirigirse contra Hamás. Así se avanzará en la liberación de los rehenes", ha afirmado. Esta declaración llega tras la mayor protestas contra du Gobierno desde el atentado del grupo islamista el pasado siete de octubre que se saldó con más de 240 rehenes y 1.200 personas asesinadas.

Cerca de 100.000 personas han exigido este sábado en las calles de Tel Aviv un cambio de Gobierno y un acuerdo inminente para la liberación de los secuestrados que siguen en Gaza. Este domingo se está llevando a cabo una nueva ronda de negociaciones en El Cairo bajo la mediación egipcia y catarí, y con presencia de Hamás, Estados Unidos y, según medios israelís, también con representantes del Estado hebreo. Pese a que se ha especulado con una tregua al final del mes de Ramadán que termina este martes, por el momento no hay confirmación oficial.

Antes de que comenzara el dialogo de este domingo, Netanyahu ya insistió en las condiciones para poner fin a los ataques en Gaza. "Dejé (algo) claro a la comunidad internacional: no habrá alto el fuego sin el regreso de los secuestrados. Simplemente no sucederá", dijo Netanyahu, que también recordó que la Administración Biden comparte su misma opinión. "Ceder a las exigencias de Hamás le permitirá intentar repetir una y otra vez los crímenes del 7 de octubre, como prometió hacer", ha añadido. 

Desde que se produjo el atentado hace seis meses, los ataques israelíes sobre la Franja se han cobrado la vida de 33.170 personas y han provocado 75.886 heridos. Es ahora cuando las presiones empiezan a traducirse en pequeñas concesiones que hasta esta semana no parecían posibles; como la apertura de más pasos para la ayuda humanitaria o la retirada parcial de una parte de la Franja. Esto no significa que el conflicto comience un periodo de desescalada. El Gobierno israelí insiste en que no parará hasta acabar con Hamás. La única diferencia es que, medio año después, tiene más frente abiertos y aliados menos devotos. 

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