Proyecto Hombre alerta de consumo de pornografía y el uso compulsivo de redes sociales entre jóvenes

Un menor delante de una pantalla de ordenador usando unos cascos.
Un menor delante de una pantalla de ordenador usando unos cascos.
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Un menor delante de una pantalla de ordenador usando unos cascos.

La organización Proyecto Hombre Madrid ha alertado este domingo, Día mundial de la salud, del incremento de patologías relacionadas con la salud mental de los más jóvenes, incidiendo especialmente en el consumo de pornografía y el uso compulsivo de las redes sociales. Los jóvenes acceden por primera vez a contenido pornográfico en torno a los 12 años, advierte la organización, y casi un 30% de los jóvenes de entre 14 y 18 años lo consumen semanalmente. Esta es una de las principales "preocupaciones" de Proyecto Hombre Madrid, junto al "uso compulsivo" de las redes sociales que hacen el 23,5% de los menores en esta misma franja de edad. 

Es preciso "incidir en la importancia" del bienestar mental de los menores, recuerda la organización, dado que entorno al 25% de los adolescentes presenta síntomas de depresión moderada. Un 15% padece ansiedad grave y cerca del 5% ha intentado quitarse la vida, cifras que "evidencian la importancia de cuidar la salud mental de los jóvenes". 

Estos cuidados pasan por identificar "comportamientos y síntomas" que puedan esconder un problema psicológico, pero también requieren un trabajo específico a la hora de abordar "aquellos aspectos que más preocupan a los jóvenes" y que pueden resultar más difíciles de identificar para los adultos. Entre ellos, apunta el servicio de asesoramiento a menores de Proyecto Hombre Madrid, dos asuntos clave son el porno y las redes sociales. 

Entre los jóvenes que consumen contenido pornográfico, la mayoría lo hace en plataformas gratuitas "donde cerca del 90% de las escenas son agresivas o violentas". "La capacidad crítica y de comprensión de los menores, debido a su momento madurativo, no es suficiente para entender y procesar adecuadamente estos contenidos", subraya la organización. Esto, además, "dificulta la adquisición de una sexualidad sana y no agresiva en edades adultas, así como relaciones afectivas saludables, y normaliza algunas prácticas no satisfactorias o de riesgo".

Es decir, que consumir pornografía a edades tempranas puede provocar adicción a estos contenidos y también al sexo, así como disfunciones sexuales, hipersexualización o malestar psicológico derivado de "la presión de seguir ciertos roles o realizar prácticas no deseadas". Por eso hay que limitar el acceso de los jóvenes al porno y "acercarles" a una educación sexual adecuada que les permita hacer frente a la influencia que estos contenidos pueden tener en ellos. "La formación e información es el recurso que tenemos para acompañarles, para que puedan entender el contenido que consumen, diferenciar entre realidad y ficción", defiende Proyecto Hombre Madrid. 

Paralelamente, la organización pone de relieve la necesidad de controlar el uso que los jóvenes hacen de internet, una herramienta que utiliza el 97% de los españoles de entre 14 y 18 años. El 10% de las demandas de tratamiento recibidas por Proyecto Hombre Madrid guardan relación con "el uso inadecuado de las pantallas". Las redes tienen un "elevado" impacto en la vida de los menores cuando no se asegura un uso adecuado de las mismas, dado que "no están preparados para diferenciar entre lo que es real y lo que no". 

"Existe una sobreexposición que les lleva a comparar su estilo de vida y su físico, entre otros, con el de los demás, y a tener una gran presión por asemejarse a esos patrones inalcanzables", explica la organización, que hace hincapié en "el uso de filtros de belleza" y "la creación de perfiles utilizando inteligencia artificial" y el "impacto" que tienen en el autoestima de los menores. Para combatir los peligros que pueden suponer las redes en los jóvenes, Proyecto Hombre Madrid recomienda establecer límites de horario y contenido, informarles y acompañarles.

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