La pelea de Alejandra Rubio y Carlo Costanzia con una periodista callejera ha pasado factura a la imagen que la pareja intenta proyectar públicamente. A pesar de que hay quien ha intentado suavizar lo ocurrido, lo cierto es que ha supuesto un duro mazazo para Terelu. Aunque la expresentadora no se pronuncia en público, lo cierto es que ha llamado al orden a su hija para que en lo sucesivo rebaje la tensión con los medios.
Ella, que lleva conviviendo con los reporteros asfálticos toda la vida, es consciente de que Alejandra tiene que cuidar la relación con los paparazzi porque, ahora que ha decidido formar parte de la mal llamada caja tonta, lo suyo con los periodistas será de por vida.
Convivir con las preguntas incómodas de quienes intentan inmiscuirse en su parcela más íntima es la única incomodidad que lleva implícita el disfrutar de las mieles de los cachés televisivos y de un estatus al que no habría llegado de otra manera.
Alejandra es inteligente y exigente, pero tiene talante cuando las arenas movedizas empiezan a engullirla. Sabrá capear las embestidas mediáticas e impedir que la situación afecte a su relación con Carlo.
Aunque dicen que entre ellos ya ha habido tensiones, no cabe duda de que a él le viene bien que se hable de su idilio con Alejandra para que su paso por la cárcel y las idas y venidas con sus padres queden reducidas a un recuerdo desdibujado por el paso del tiempo.
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