La enemistad entre el príncipe Harry y Donald Trump es conocida. Por supuesto, tiene una base ideológica, pero con el paso del tiempo se ha recrudecido hasta el punto de que, una vez que sacó el hijo del rey Carlos III de Inglaterra su libro de memorias, el expresidente y ahora nuevamente candidado amenazó con deportarle de Estados Unidos.
Ahora ha vuelto a insistir en que, si es reelegido para la Casa Blanca, el duque de Sussex y, casi por ende para que la familia se mantenga unida, Meghan Markle y sus dos hijos, deberán abandonar el país norteamericano. Y todo proviene de la confesión en su autobiografía En la sombra de que había consumido drogas cuando era más joven.
Trump ha hablado sobre ello en el canal GBN con el exdiputado británico y ahora comentarista político Nigel Farage, quien fuera responsable del Brexit. El candidato republicano, aunque aún quedan meses para las elecciones, ha especificado que no le piensa dar un trato especial a Harry y que todo dependerá de si mintió o dijo la verdad en su visado de entrada a EE UU.
Porque el príncipe Harry fue muy sincero sobre su consumo de drogas en el pasado, admitiendo o bien haber probado o bien tomado con cierta regularidad cocaína, marihuana y hongos psicodélicos. Y aunque aquellas prácticas sean antiguas, ello no exime que, técnicamente, pueda convertirse en alguien no apto para el visado.
Y es aquí donde quiere entrar Trump. Porque ahora todo el mundo siente mucha curiosidad por saber lo que Harry puso en la documentación pertinente para recibir el visado: si fue sincero, poco podrá hacer el candidato; pero si mintió, ha prometido tomar medidas, si bien ha preferido no decir cuáles serían estas.
Por ahora, el príncipe Harry reside en Los Ángeles gracias a este visado, ya que aún no se ha convertido en ciudadano estadounidense, algo que asegura todavía está considerando. Meghan Markle, por su parte, sí es ciudadana estadounidense de nacimiento así como sus hijos, Archie y Lilibet, tienen ladoble ciudadanía.
Comentarios