Rusia celebra este finde semana las elecciones presidenciales en las que Vladímir Putin revalidará su liderazgo y comenzará su quinto mandato. El mandatario ruso estará seis años más en el poder y en 2030 podría volver a presentarte par un mandato más. Actualmente las perspectivas de cambio político son prácticamente nulas y la permanencia del actual presidente entrañan muchas incógnitas. ¿Cómo afectará al desarrollo de la guerra en Ucrania? ¿Continuará el Kremlin en su deriva autocrática? ¿Cómo debe responder la Unión Europea ante la perspectiva de doce años más de Putin en el poder?
El futuro de Rusia pasa por un reforzamiento del liderazgo personalista de Putin y de sus facciones más cercanas. Oleg Lukin, investigador de Diacronía y analista en El Orden Mundial, reconoce a 20minutos que no es descartable que se pueda dar una "remodelación del Gobierno y reemplazos de ciertos ministros y caras visibles". Lukin recuerda que, aunque la guerra ha reforzado la posición de Putin, el sistema autoritario que ha ido creando en estas dos décadas se está quebrando. "Intentará reforzar su poder, pero tanto el motín del Grupo Wagner y el posterior derribo del avión de Prigozhin como el asesinato de Navalni muestran las costuras del régimen. Que necesite aumentar la violencia y la represión para mantener el statu quo es un síntoma de debilidad", afirma.
Putin seguirá dando forma a un nacionalismo basado en figuras imperialistas y con tintes autocráticos. En estas elecciones se enfrentará a tres candidatos sin opciones. "Cualquier candidato alternativo que realmente sea una oposición, no como los que se han presentado, ha sido cancelado, está en el exilio o ha sido eliminado, como ha ocurrido con Alexéi Navalni", explica a este medio José Ángel López Jiménez, profesor de Derecho y Relaciones Internacionales de Comillas ICADE.
"La única opción real de ver una alternativa sería vía falta de participación", dice López Jiménez, que añade que no será fácil dada la "presión que están ejerciendo para forzar a que la gente vaya a votar incluso con sistemas de geolocalización".
Guerra de Ucrania y economía
Otra de las incógnitas que deja la permanencia de Putin en el poder es la invasión de Ucrania. Pese a las recientes victorias militares de Rusia en localidades como Avdivka, el conflicto lleva meses estancado. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha dejado claro en múltiples ocasiones que no va negociar mientras Putin esté al frente de Rusia. "Aunque al principio se habló mucho de una derrota rusa en la guerra, lo cierto es que no fue así. Ahora mismo Putin se siente fuerte militarmente y está dispuesto a asumir los costes que sean", asegura López Jiménez.
Además, las elecciones en Estados Unidos también tendrán una ramificación en el devenir del conflicto. La perspectiva de continuar la guerra provoca inevitablemente que en Rusia se hable desde hace meses de una nueva movilización, que se especuló que estaba retrasándose hasta después de las elecciones. "Es es una incógnita cómo va a reaccionar la población ante una nueva movilización. En su momento ya hubo una emigración masiva y fue un momento muy tenso internamente para Putin que se intentó silenciar y que todavía continúa", dice Lukin.
Relacionado con el conflicto está también la continuación de las sanciones sobre Rusia, un elemento que el Kremlin utilizó para alimentar el fantasma de la rusofobia y que en esta campaña electoral ha usado Putin como gran valor de su gestión, al defender que pese a ellas ha conseguido mantener la economía rusa a flote. El profesor López Jiménez recuerda que Rusia "ha aumentado su mercado de importación y según los datos recientes ha crecido su comercio, sobre todo con China" y su inflación ha comenzado a frenarse.
El papel de la Unión Europea
Pese a que en estos momentos la relación entre la UE y Rusia pasa por su peor momento y que los Veintisiete se han alineado en la defensa de Ucrania, lo cierto es que la perspectiva de 6 o 12 años más de Putin en el poder podría hacer replantear cuál es la mejor forma de enfrentar a su vecino. Mantener esa unidad frente al conflicto durante tanto tiempo no será sencillo. Europa ha sumido a la Rusia de Putin en el ostracismo político, pero continúa teniendo relaciones en materias de energía.
"Hay mucha hipocresía por parte de muchos Estados que aplican sanciones pero luego siguen aumentado la compra de gas a Rusia", añade López Jiménez. En 2021, solo un año antes de la invasión de Ucrania, el 40% del gas que se consumía en la Unión Europea procedía de Rusia. Este sigue siendo el gran problema de los Veintisiete, que ya asumen que los próximos años serán de choques constantes con Moscú.
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