El drama de Al-Hol, un miniestado en pleno desierto para acoger a familiares de ISIS que ha acabado controlado por los islamistas

  • En teoría lo controla las Fuerzas Sirias pero se ha convertido en un núcleo de adoctrinamiento y reclutamiento.
  • Adolescentes casadas obligadas por sus familias, niños esclavizados... es ahora un "reino del miedo".
Campo de refugiados de Al-Hol.
Campo de refugiados de Al-Hol.
Carlos Gámez
Campo de refugiados de Al-Hol.

Al-Hol es una ciudad de la provincia oriental de Al-Hasakah, en el noreste de Siria, conocida por dar nombre a lo que era un campo de refugiados y hoy es según algunos testimonios un campo de concentración. Situado cerca de la frontera entre Siria e Irak, acoge a desplazados del Estado Islámico, aquel que llegó a establecer brevemente su propio califato, controlando entonces casi un tercio del territorio sirio y casi la mitad del iraquí.

Como campo para refugiados nació en 1991. Fue para los iraquíes que huían de la guerra del Golfo. Más tarde, Al-Hol se reabrió tras la invasión de Irak en 2003, como uno de los tres campos de la frontera entre Irak y Siria.

A la guerra de Irak le siguió años más tarde la de Siria, de modo que el campo volvió a ser ocupado en 2019 por familiares de milicianos de Estado Islámico. En teoría, Al-Hol está controlado por las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), respaldadas por Estados Unidos, pero en realidad gran parte está gestionado por los propios islamistas. Su gestión equivale a adoctrinamiento y reclutamiento.

Las mujeres y los niños del califato islamista

Desde 2019, cuando la coalición liderada por EE UU derrotó al Isis, decenas de miles de personas que habían estado viviendo bajo su dominio fueron reunidas en Al-Hol. Como cuenta Anand Gopal en The New Yorker, "aparecieron torres de vigilancia, vehículos blindados y muros coronados de concertinas, y los residentes ya no podían salir por la puerta".

Al principio, la población del campo era de unas 10.000 personas, mayoritariamente mujeres y niños procedentes de muchos países, principalmente de Siria e Irak. Pero a finales de 2019 ya eran muchos miles más. Según crónicas de The Washington Post de aquel momento, "alrededor de 20.000 mujeres y 50.000 niños que habían vivido bajo el califato" estaban retenidas "en condiciones terribles en el campamento, operado y vigilado por 400 soldados kurdos apoyados por EE UU".

Los residentes y las autoridades del campamento lo han llamado reino del miedo"

Ya entonces, miembros del Estado Islámico estaban imponiendo sus reglas, con restricciones de todo tipo y palizas a los considerados impíos. Habían logrado extender en Al-Hol "lo que los residentes y las autoridades del campamento llamaban un reino del miedo". Hay adolescentes casadas obligadas por sus familias y niños esclavizados por comandantes.

En octubre de 2020, en un intento de abordar la situación de superpoblación del campo, se anunció que las autoridades de la Administración Autónoma del Norte y Este de Siria (AANES) habían decidido liberar a todos los ciudadanos sirios del campo, que representaban aproximadamente la mitad de la población del campo. Aún quedarían en Al-Hol más de 25.000 iraquíes y 10.000 personas de otras nacionalidades. Así, a principios de 2022 aún vivían en el campo unas 56.500 personas.

El miniestado de Al-Hol

Pero algo no cambiaba en el interior del campo, al menos en buena parte de su territorio: los del Estado Islámico campaban a sus anchas. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos lo describió como el "miniestado de Al-Hol". Sólo entre enero y febrero de 2021, células islamistas mataron a 21 personas.

Soldado de las Fuerzas Democráticas Sirias, en el campo de refugiados de Al-Hol.
Soldado de las Fuerzas Democráticas Sirias, en el campo de refugiados de Al-Hol.
EFE

Hoy, hay unas 50.000 personas encarceladas en el campo. Más de la mitad son niños, la mayoría menores de doce años. Cada mes nacen decenas de bebés. Los habitantes de Al-Hol proceden de más de cincuenta países: China, Rusia, Suecia, Reino Unido, Trinidad y Tobago... pero sobre todo de Siria e Irak.

Muchos de los adultos se unieron al Estado Islámico o se casaron con alguien que lo había hecho. Pero muchos otros no: simplemente llegaron a Al-Hol huyendo de los bombardeos del Ejército norteamericano.

"Lacra para la conciencia de la humanidad"

Un campo de refugiados es (debiera ser) por definición un lugar de paso, pero los residentes en Al-Hol están detenidos de manera casi indefinida. "Imagínese que Guantánamo tuviera el tamaño de una ciudad y que la mayoría de los reclusos fueran mujeres y niños", escribe Gopal.

Imagínese que Guantánamo tuviera el tamaño de una ciudad y que la mayoría de los reclusos fueran mujeres y niños"

Pese a que la ONU califica a este lugar como "lacra para la conciencia de la humanidad". Resulta incomprensible que los islamistas impongan su ley porque en teoría el campo está bajo la tutela de una fuerza de combatientes, en su mayoría kurdos, respaldados por EE UU (aunque el Pentágono se niega a especificar cuánto gasta en Al-Hol).

Mujeres fanatizadas imponen la sharia

Los kurdos vigilan el perímetro del campo y administran el campo, coordinándose con las organizaciones de ayuda para distribuir raciones y prestar servicios básicos. Pero si se rasca un poco, debajo de esa apariencia de protección está el terror; el que imponen mujeres fanatizadas.

Campos de refugiados en Siria; localizador y datos de Al Hol y Al Roj
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HENAR DE PEDRO

La crónica del New Yorker se refiere a escuadrones femeninos de la policía religiosa que presionan a las mujeres para que se cubran de pies a cabeza con el negro niqab. Las que desobedecen son llevadas ante tribunales improvisados de la sharia, donde los jueces ordenan azotes y ejecuciones. Células de asesinato matan a tiros a reclusas acusadas de pasar información a las autoridades del campo.

Un plan contra el control islamista

Aunque lentamente y con pocos efectivos, se está intentando imponer justicia en Al-Hol y no justicia divina. Las Fuerzas de Seguridad Interna iniciaron en enero la tercera fase de la Campaña Humanitaria y de Seguridad. Detuvieron a varias personas sospechosas de colaborar con el Estado Islámico y en febrero, a un líder islamista del campamento, responsable de difundir su ideología entre los niños.

Han continuado las operaciones de peinado en el interior de Al-Hol, informa el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. Han encontrado armas, como granadas de mano, banderas del ISIS y chaquetas militares. También se han descubierto escondites y trincheras.

Repatriaciones a cuenta gotas

De entre los miles de mujeres y niños que pueblan el campamento, algunas están teniendo la oportunidad de salir a través de planes de repatriación. El pasado 21 de diciembre, 173 familias iraquíes fueron deportadas y la administración de Al-Hol está preparando el traslado de más familias a su país.

Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, las beneficiadas serán 150 familias. El primer grupo saldrá del campamento en los próximos días. Ocurre a la luz de los acuerdos firmados entre el Departamento de Relaciones Exteriores de la Administración autonómica y los países que tienen nacionales en zonas de la Administración autonómica.

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