El nuevo paso para ahorrar agua en Barcelona es aprovechar la que se utiliza en las duchas y bañeras para la cisterna del váter. Así lo indica el Ayuntamiento, que ha empezado a tramitar la ordenanza que obligará a aprovechar las aguas grises (OAG) en nuevas construcciones y grandes rehabilitaciones. Las aguas grises son las que se generan al ducharse o bañarse y que, con un tratamiento, se pueden recuperar para otros usos.
Según el consistorio, esta medida permitirá un “importante ahorro de agua potable, sobre todo en el ámbito doméstico” y es rentable en edificios de más de 16 viviendas o aquellos que tengan un consumo mínimo de agua anual de 500 metros cúbicos. Asimismo, apunta que la inversión en este sistema es “mínima” y se recupera rápidamente.
En cuanto al ahorro, el gobierno municipal señala que según estudios previos, el reaprovechamiento de aguas grises supondría reducir en cinco años el consumo de agua potable hasta un 30%, lo que representa un ahorro potencial de 300.000 metros cúbicos de agua potable a la ciudad. Para los ciudadanos, comporta una reducción de 90 euros al año por vivienda en edificios de 16 pisos y de hasta 170 al año por vivienda en edificios con 50 pisos. Además, beneficios directos al medio ambiente.
Proceso participativo
El próximo paso que prepara el Ayuntamiento es un proceso participativo que permitirá elaborar la normativa y nutrirlo con las aportaciones que salgan de las sesiones.
En él participarán aquellas personas que estén interesadas, desde asociaciones de vecinos, entidades vinculadas al agua, equipamientos deportivos y restauradores hasta promotores de viviendas y profesionales de la construcción.
Asimismo, todo aquel que quiera aportar su opinión también podrá hacerlo a través de Decidim.Barcelona, el espacio online del Ayuntamiento. El objetivo con el que trabaja el gobierno municipal es aprobar el texto a finales de este año.
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