La empresa privada está siendo el principal receptor de los fondos europeos de recuperación. La mayor parte del dinero que las administraciones españolas han logrado ejecutar y ha llegado ya a la economía real ha ido a parar al sector privado. Además, con una distribución muy desigual. Del medio millón de entidades que han recibido fondos —sin contar autónomos y personas físicas— el 42% de las licitaciones y subvenciones han ido a parar a un grupo de unas 150 empresas que lideran la ejecución. Dicho de otra forma, el 0,1% de los receptores de fondos se han repartido el 42% del dinero.
Esta es una de las conclusiones más llamativas del último informe de evolución de los fondos europeos que ha publicado este jueves EsadeEcPol, el centro de estudios económicos de Esade. Los investigadores que han participado en el estudio han peinado las bases de datos de subvenciones y licitaciones para seguir el rastro de todas las convocatorias que se han hecho con cargo al plan. Una información detallada que el Gobierno no ha difundido hasta ahora con tanta granularidad.
Los datos de Esade apuntan a que los grandes receptores finales de los fondos —es decir, las entidades que ganan las licitaciones y que se llevan las subvenciones que se convocan— se encuentran en el sector privado. En concreto, el 91% del dinero concedido de quien se conoce beneficiario ha ido a parar a entidades privadas. Se trata de 29.000 millones de euros, frente a otros 3.000 que se reparten entre empresas públicas, otras entidades y organismos locales.
De esos alrededor de 32.000 millones de euros ya concedidos, siete de cada diez han ido a parar a empresas privadas. Pero el reparto de esas cuantías no ha sido precisamente equitativo. El 10% de las empresas que más fondos se han llevado se reparten el 90% del pastel. Si seguimos afinando, se ve cómo el 1% de las firmas que más licitaciones y subvenciones se llevan concentran el 72% del dinero. Y si llegamos a los primeros puestos de la lista, se observa cómo el 0,1% de las compañías —unas 150— se ha embolsado el 42% de los fondos.
El destino final de los fondos de recuperación que España ha recibido de manos de la Comisión Europea ha estado plagado de incógnitas hasta hace no demasiado tiempo. La complejidad del mecanismo y la falta de detalle en los datos de ejecución que ha ido trasladando el Gobierno dificultaban bastante saber cómo estaba llegando el dinero europeo a la economía real.
La publicación por parte del Ejecutivo de la lista de los 100 mayores perceptores de fondos a exigencia de la Comisión Europea ya arrojó algo de luz, pero las cifras difundidas no eran suficientemente detalladas como para saber quién se estaba llevando realmente las licitaciones y las subvenciones que se iban publicando. De hecho, la lista del Gobierno señalaba que el 61% de los 100 mayores beneficiarios eran entidades públicas. No obstante, matizaba que, en el caso de las licitaciones, se identificaba al perceptor final como la entidad pública convocante.
En Esade señalan que su análisis sobre el destino del dinero contrasta con otros, precisamente porque se centran en los eslabones finales de la cadena de difusión de los fondos, que son las licitaciones y subvenciones. Por ello, señalan que "es esperable" que la proporción total de los fondos que ya se observa en manos de ejecutores —en su mayoría privados— suba.
Euskadi y Castilla-La Mancha, líderes
A nivel territorial, el reparto de los fondos es más o menos coherente con la población. Andalucía, Comunidad Valencia, Cataluña y Madrid son las comunidades que han ejecutado más fondos de los que les han asignado. Sin embargo, cuando se pone el foco en el dinero que se ha ejecutado por cada habitante, la imagen cambia. En este apartado, País Vasco (365 euros por habitante), Castilla-La Mancha (344 €), Aragón (329 €), Castilla y León (325 €) y La Rioja (308 €) son las comunidades que ocupan los primeros puestos en la lista.
Después aparecen, Baleares (274 €), Galicia (267 €), Comunidad Valenciana (251 €), Canarias (230 €), Asturias (223 €), Extremadura (222 €) y Cantabria (208 €). Por debajo de los 200 euros per cápita se encuentran Murcia (173 €), Cataluña (158 €), Andalucía (150 €), Melilla (142 €), Comunidad de Madrid (131€), Navarra (90 €) y Ceuta (18 €).
En lo que respecta a los sectores de la economía que están recibiendo más fondos, el principal protagonista es la construcción que concentra uno de cada cuatro euros adjudicados hasta la fecha (4.241 millones de euros). Después aparecen el comercio (2.688 millones) y en tercera posición el sector de la información y las comunicaciones (2.060 millones de euros).
"La distribución sectorial de los fondos revela una concentración significativa en la construcción, reflejando la prioridad dada a la infraestructura como motor de recuperación", señala el informe de Esade. A los investigadores les llama la atención cómo "sectores clave como la digitalización y la educación, a pesar de ser pilares del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), no lideran en términos de fondos recibidos, lo que señala áreas de potencial reajuste en futuras asignaciones".
Cumplido la mitad del plazo, se ha ejecutado el 42% del plan
El informe que publica Esade da una idea de cómo de avanzada va la ejecución del dinero europeo. La conclusión es que, de los 80.000 millones que corresponden a España por el plan de recuperación, se ha ejecutado ya el 41%. Es decir, 32.925 millones de euros, estima Esade. Los cálculos del Gobierno van en una línea similar. El martes, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, cifró el avance del plan en un 45%.
El ritmo de ejecución es una variable fundamental para medir el éxito del programa por una razón muy sencilla: todo el dinero que no se haya adjudicado el 31 de agosto de 2026 se perderá. Para los investigadores de Esade si el objetivo es llegar al 100%, "habría que acelerar tanto el ritmo de concesión como de adjudicación de forma considerable". En cualquier caso, señalan que la velocidad que ha alcanzado España ha alcanzado un nivel similar al que se podía esperar antes de la puesta en marcha del plan. Los fondos europeos son un instrumento muy complejo y cargado de burocracia, lo que dificulta que las administraciones con menos experiencia y medios ejecuten rápido.
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