Khamlichi se desnuda en su nuevo libro tras varios intentos de suicidio: "Una depresión es una guerra civil en la que tú eres el enemigo"

La artista Rebeca Khamlichi, durante una entrevista concedida a '20minutos'
La artista Rebeca Khamlichi, durante una entrevista concedida a '20minutos'
SERGIO GARCÍA
La artista Rebeca Khamlichi, durante una entrevista concedida a '20minutos'

Como lo sintió Francisco Umbral con la enfermedad y la muerte de su hijo Pincho, y como así lo expresó en Mortal y rosa, también el horror llegó a ser de alguna manera confortable para la artista Rebeca Khamlichi. La joven madrileña de 34 años se dio cuenta de que podía vivir en él. Y no solo que podía, sino que debía hacerlo para nunca dejar de buscar la luz, como le demostraron sus seres queridos, esos a los que ella llama "pequeños cabrones" porque nunca le dejaron quitarse la vida.

"El horror era el estado permanente. No hay ningún minuto de relax en tu cerebro y todo lo que imaginas es lo más terrorífico que pueda ocurrir", cuenta en una entrevista concedida a 20minutos. Desde hace cuatro años Khamlichi libra "una guerra civil" en su interior. "En una depresión se lucha contra uno mismo. Es como si estuvieras en un cuerpo que quiere vivir con una mente que quiere estar muerta o como estar atrapada en la nostalgia constante. Muchas veces sientes que estás haciendo las cosas por última vez o que no volverás a hablar con la persona con la que estás hablando".

La artista acaba de publicar Sanatorio, su segunda inmersión en la literatura después de su ópera prima, Las hijas de Antonio López, un libro ilustrado en el que aborda la abrupta infancia que vivió junto a su hermana. En Sanatorio, Khamlichi se desnuda sin pudor para relatar sus entradas y salidas de plantas psiquiátricas y sanatorios tras innumerables intentos de suicidio

Una de las ilustraciones que recoge 'Sanatorio'.
Una de las ilustraciones que recoge 'Sanatorio'.
REBECA KHAMLICHI

No rehúye de lo explícito, no teme el impacto que puede ocasionar en el lector si lo que consigue es que este abra los ojos: "El suicidio es una realidad. Once personas se suicidan al día en España, pero continúa siendo tabú, predomina el silencio. La sanidad pública apenas tiene psicólogos ni psiquiatras, y los familiares no saben cómo actuar ante un intento de suicidio de algún ser querido porque falta información", señala a este medio.

Un libro al que acercarse para entender

Khamlichi no quiere que quienes se acerquen a su libro lo hagan movidos por el morbo, sino por el afán de comprender, entender y concienciar.

"Creo que este tema continúa abordándose desde un punto de vista cotilla más que con la verdadera intención de informarse para saber cómo actuar y tratar con quien está enfermo. Es más el morbo de decir: ‘A alguien se le ha ido la cabeza, vamos a enterarnos de qué ha pasado’. Y al final, los científicos coinciden en que las mentales serán las enfermedades que nos coman en el futuro”. Efectivamente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que los problemas de salud mental son ya la principal causa de discapacidad en el mundo.

Sanatorio fue concebido de manera paralela a las sucesivas crisis que Khamlichi ha vivido en estos cuatro años. Por sus páginas discurren duras confesiones e impactantes ilustraciones que revelan los diferentes estados de la artista. Algunas emergen con líneas indecisas, trémulas e inacabadas; otras aparecen trazadas con determinación, con conciencia del trabajo que se hace, sin titubeos. 

fotografo: Sergio García Carrasco [[[PREVISIONES 20M]]] tema: Entrevista a Rebeca Khamlichi
La artista Rebeca Khamlichi, durante una entrevista concedida a '20minutos'.
SERGIO GARCÍA

"Hay dibujos hechos en momentos muy duros. Si conoces el resto de mi obra, es todo superlimpio, superpuro, las líneas son perfectas. Este libro es un cajón de sastre. Las líneas están supermovidas. Todo está hecho de primeras, sin revisión, pero el hecho de que no haya decidido mejorarlos creo que hace que todo sea mucho más real", explica.

La joven madrileña relata en su nuevo libro una época oscura que, no obstante, contrasta con la vivacidad de los colores que ha empleado en sus ilustraciones y que, influenciada por el pop art y el arte naíf, está presente en toda su obra. 

"Todos los artistas que me escuchen decir esto me odiarán, pero me encanta KAWS. También [Takashi] Murakami. Para mí, en mi obra el color lo es todo. Siempre uso colores muy encendidos y muy enfrentados. Por ejemplo, este libro tiene muchísimo rojo y verde, que son colores opuestos en el círculo cromático, para conseguir que se enciendan más uno al lado del otro. Si perdía los colores, me había perdido del todo".

El humor para hacer todo más soportable

Como en el horror llegó a sentirse de alguna manera confortable, Rebeca Khamlichi se permitió reírse de él. Sanatorio ofrece momentos hilarantes que demuestran que en situaciones y espacios tristes y sombríos se antoja indispensable la tregua. 

Otra de las ilustraciones que recoge 'Sanatorio'.
Otra de las ilustraciones que recoge 'Sanatorio'.
REBECA KHAMLICHI

El patio de un centro psiquiátrico, por ejemplo, lo define como "el puto Tinder" del lugar, relata con comicidad el proceso de búsqueda de sanatorios en los que ingresar guiándose por las surrealistas reseñas que escribían los usuarios, comparte con el lector una desternillante obsesión coyuntural con los polvorones o cuenta cómo en una ocasión, en una carretera rural, una amiga pensó que quería abalanzarse sobre un coche cuando, sin previo aviso, salió disparada del suyo porque vio unas cabras que quería acariciar.

"Lo que cuento en el libro es algo muy oscuro. Si no le ponía humor era insoportable, tanto para mí como para el lector", expresa Khamlichi, quien cuenta que el proceso de creación de Sanatorio supuso en ocasiones "un dolor de muelas", pero que para ella fue más una "catarsis". Un proceso trabajoso, especialmente a partir de que comenzase a someterse a métodos de electroshock para tratar su depresión. "Me mandaba mails a mí misma para que quedase constancia del trabajo que había hecho y poder retomarlo porque el tratamiento me hacía perder la memoria a corto plazo".

"La vida es una maleta extraña: cuanto más vacía está, más pesa", reza uno de los pasajes de Sanatorio. Khamlichi empieza a ver su maleta "cada vez más llena". "Pero me ha costado mucho. Han sido unos años durísimos. Lo cuento con mucho humor, riéndome mucho de mí, de lo que pasaba, del entorno, pero es horrible. En una depresión nada de lo que te gustaba te gusta, nada de lo que te interesaba te interesa", afirma.

En su antebrazo derecho asoma un tatuaje de un corazón rojo que enmarca el rostro de una joven rodeado de flores. Debajo hay una leyenda: "12 de agosto de 2020. I’m lucky". Es la fecha en la que intentó suicidarse por primera vez.

Are you lucky?

Rebeca ríe.

- Sí, I’m lucky. Soy afortunada de seguir con vida.

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