La supuesta apropiación indebida de 147.000 euros de Luis Lorenzo y su posible relación con el caso de la tía de Arancha Palomino

Los forenses detectan cuatro tipos de psicofármacos en la sangre de la tía de Luis Lorenzo
El actor Luis Lorenzo.
Europa Press
Los forenses detectan cuatro tipos de psicofármacos en la sangre de la tía de Luis Lorenzo

El próximo jueves el actor Luis Lorenzo y su exnovia, la empresaria Mercedes García, se verán las caras en el Juzgado de Instrucción número 1 de Torrejón de Ardoz. Mercedes le acusa de haberse apropiado indebidamente de 147.000 euros que habría sustraído de las cuentas de una de las empresas de su propiedad. Una vista que coincide con la presencia, este fin de semana, de Arancha Palomino, esposa del actor, en el programa Fiesta de Telecinco. 

La ahora estudiante de Derecho se mostró efusiva y muy contenta porque la juez que investigaba la muerte de su tía, ocurrida el 21 de junio de 2021, no ha podido acreditar que fue ella quien terminó con su vida. Por otro lado, ocultó, minimizó o restó importancia a que ya se haya presentado un escrito de reformulación de la calificación de los delitos, algo por lo que en la actualidad podría enfrentarse a uno de abandono, otro de malos tratos y otro de secuestro

En la documentación que obra en poder de 20minutos se recogen los indicios, pruebas indiciarias y declaraciones que apuntan hacia esta dirección. Fueron muy tajantes las manifestaciones de los responsables de las empresas donde contrataron a las cuidadoras que se encargaban de atender a la anciana: "Estaba completamente desatendida, sin medicación, en estado de abandono, con falta de medicamentos, con piojos". 

Del mismo modo, uno de los responsables hizo partícipe a los investigadores de los mensajes remitidos por una de las empleadas y que refirieron total desatención incluso ante evidencias de haber sufrido un ictus: "Hace cuatro días estaba con la boca girada y muy rígida. Le faltan 21 tomas de una pastilla". La preocupación familiar era absoluta. A pesar de que Arancha afirmó en su entrevista televisiva que en todo momento permitió que su tía tuviera libertad de movimientos, la realidad resultó más bien distinta. 

En este sentido, constan diversas comunicaciones en las que los familiares asturianos de su tía Isabel le dijeron, en un tono de evidente alteración, que no podían hablar con ella y que estaban dispuestos a ponerlo en conocimiento de las autoridades: "Queremos saber cuándo va a volver Isabel. No somos capaces de hablar contigo. Vamos a tener que ir a la Policía". La propia Arancha confirmó entonces, cuando los agentes se personaron en su domicilio, que "su tía estaba enferma, necesitaba cuidados constantes y que no podía salir de la habitación".

Los vecinos de Arancha y Luis no solo confirmaron que era habitual ver a la octogenaria, vestida con pijama, hacer uso del baño que la comunidad tenía en el garaje, sino que los gritos y las peleas eran la tónica habitual en el domicilio: "La mujer se quería ir y la propietaria [Arancha] también quería que se fuera, pero parecía como si tuviera que quedarse por algo". La Guardia Civil pudo recoger varias grabaciones de audio en las que se escuchaban las fuertes y continuas discusiones.

Además, la investigación de la Guardia Civil también sirvió para descubrir que Isabel estaba en situación de desamparo y que, según los facultativos médicos, sufría demencia: "El 30 de marzo de 2021 se le diagnosticó una probable enfermedad de Alzheimer o demencia moderada". 

Prueba de su evidente deterioro cognitivo —cuyo primer diagnóstico está fechado en 2020 y así lo confirma Arancha ante el médico Enrique Monreal— fue lo ocurrido el 17 de abril de 2021, cuando la Policía municipal de Las Rozas (Madrid) tuvo que personarse en el restaurante Vips del centro comercial Heron City porque Isabel llevaba varias horas sentada en una de las mesas, visiblemente desorientada, y sin consumir.

Lejos de acudir a su rescate, Arancha no tuvo reparos a la hora de transmitir que estaba "haciendo gestiones" y que acudiría a por ella cuando se liberara de sus quehaceres, dejando claro en todo momento que su tía se encontraba bien. Según las fuentes consultadas por 20minutos, el matrimonio se encontraba en un parque de atracciones disfrutando y ajenos a la situación delicada de su familiar, a quien habían dejado en las instalaciones del centro. 

Demencia diagnosticada

El 22 de abril, solo una semana después de los hechos anteriormente descritos, se concluyó que Isabel sufría un "problema social por aislamiento" y que sus síntomas eran compatibles con un cuadro de "demencia degenerativa". Un diagnóstico que se le trasladó directamente a Arancha, quien, sin embargo, el 5 de mayo acompañó a su tía a modificar su testamento para nombrarla heredera universal.

Los investigadores consideraron en sus escritos que el referido comportamiento fue malicioso y que respondió únicamente a un interés por controlar el patrimonio y quedarse con él. Es precisamente otra de las visitas a un notario la que provoca un ingreso hospitalario porque "no le quisieron dar los papeles".

A partir de entonces, 20minutos ha podido comprobar, con documentación médica irrefutable, que el avance de la dolencia fue imparable: sufrió caídas y su estado físico fue cada vez más débil. No obstante, su delicada situación no fue impedimento para que el día 21 de mayo rubricara un poder notarial a favor de su sobrina. 

Un documento que sirvió para formalizar un seguro de vida y decesos de Catalana Occidente, cuya beneficiaria era ella. Según consta en el auto de registro, la mayor parte de los documentos sobre la enfermedad y su avance se encontraba escondida en el trastero de la vivienda

Un 'microblanding' sospechoso

Otro de los puntos que subraya la investigación y que describe la juez en su auto de reformulación de delitos es el posible mal uso del dinero perteneciente a su tía Isabel. Un total 22.952,25 euros de capital sospechoso que se transfirieron desde la cuenta de la fallecida a las cuentas de su sobrina y marido de esta. 

Estos pagos fueron diferentes a los gastos habituales, cuidados asistenciales o pagos médicos que también reflejan los movimientos bancarios. Así pues, según consta en la documentación, Arancha se gastó, por ejemplo, 800 euros en tatuarse las cejas y en irse de compras.

No solo eso, pues también son objeto de investigación los más de 147.000 euros en efectivo que se hallaron en el domicilio y que el matrimonio guardaba en diferentes lugares: en el mueble del salón, en el de la entrada, en varias prendas de ropa, etc. Según declaró Luis Lorenzo, este dinero provenía de un fondo de inversión que nunca pudo acreditar. Sorprende que sea la misma cantidad que le reclama su ex en los tribunales.

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