Crónica

Delaporte, de hacer "bailar toda la noche" a Madrid hasta el poder sanador del techno

Delaporte, en un concierto en Madrid.
Delaporte, en un concierto en Madrid.
Mariano Regidor
Delaporte, en un concierto en Madrid.

Es tu turno. Ahora, la piedra está en tu tejado. Aquí, en La Riviera, saltarás hasta reventar el suelo, gritarás hasta desgañitarte y sudarás la pena sin pensar en nada más porque Delaporte te hará, quieras o no, "bailar toda la noche". Pero tú eso no lo sabes todavía, tan solo disfrutas de la electrónica refinada de Los Eclipses, los teloneros, a la espera de descubrir lo que te deparará la noche.

Este sábado, 17 de febrero, el dúo musical formado por Sandra Delaporte y Sergio Salvi demostró una vez más al público madrileño que "el techno cura", tal y como asegura en la penúltima canción de su disco Aquí y ahora (2024), donde el EDM y el techno más cañero son los protagonistas en una noche concebida para pasárselo bien y dejar atrás cualquier problema terrenal.

"Cierro los ojos y os juro que vuelo", se le oye decir a Sandra, la vocalista, justo antes de salir al escenario. De pronto, envuelta en un azul eléctrico y acompañada de efectos láser, la madrileña lo da absolutamente mientras interpreta fragmentos de temas como Me la pegué, su eterno Un jardín y Corre que te mato en una introducción de más de 15 minutos en la que la audiencia no ha tenido tiempo ni de respirar. "A partir de ahora, hacéis conmigo lo que queráis", asegura, haciendo sentir a los asistentes que forman parte de lo que está sucediendo y que son la tercera extremidad de Delaporte.

Y es que, en cierto modo, lo son, pues el verso "Muerte al que no me reviente el suelo" de Soy de aquí no tendría sentido alguno sin un público entregado que hiciese temblar verdaderamente los cimientos de la sala, saltando y botando al ritmo del sonido más ‘machacón’. Sin embargo, con el aumento de la temperatura en el ambiente, es preciso hidratarse si no queremos caer exhaustos–"¿Tenéis calor?"-.

Como en cualquier pista de baile, cuanta más gente haya en la fiesta, mejor. Y eso Delaporte lo sabe muy bien pues, poco después, hace subir al escenario a Alice Wonder para cantar Ángel caído, la única colaboración del disco, en un remix mucho más bailable. Quizá el momento más emocional (y divertido) de la noche llega cuando, después de habernos adentrado en la oscuridad con Los Lobos, el dúo ítalo-hispano pone la nota de luz con Fractal de coños, bailando en compañía de sus madres, pues "salí del coño de mi madre y mi madre de su madre…".

Aun así, para despegar definitivamente, para "cerrar los ojos" y volar durante la parte final del espectáculo, es necesario relativizar primero aquello que nos hace hundirnos. "No es el fin del mundo", nos recuerda Sandra, justo antes de interpretar una versión extendida de El techno cura, a la que siguen temas como Súbete la radio, El volcán y Bang bang que ponen de manifiesto que "bailar toda la noche" puede ser también algo sanador.

En lo que han parecido segundos en vez de una hora y media -paradójicamente, se escucha un loop del verso "Time goes by so slowly" de Madonna mezclada con Me la pegué-, la noche está a punto de llegar a su fin. "No me gusta cantar, prefiero bailar con vosotros", confesó Sandra que, mientras interpreta su exitoso Cariñito, pasada por un filtro drum and bass con Gasolina de Daddy Yankee, se atreve a saltar al vacío para ser alzada por un público que, a pesar de haber gastado prácticamente toda su energía, se eleva junto a ella entre luces, confeti y un poderoso espíritu festivo.

De esta forma, Delaporte volvió a hacer volar a Madrid durante su segundo sold out consecutivo en La Riviera con una enseñanza que pese a lo efímera -el "aquí y ahora" nunca "se repite" por mucho que queramos-, resulta de lo más inspiradora aquí, ahora y siempre.

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