Helena Resano Periodista
OPINIÓN

Amor anónimo

Dos personas ancianas caminando por un parque, a 29 de noviembre de 2023, en Madrid (España). Las pensiones contributivas subirán un 3,8% en 2024 con la fórmula de revalorización recogida en la ley de reforma de las pensiones en la que se tiene en cuenta, como referencia para determinar la subida de estas prestaciones, el IPC interanual promedio de doce meses. El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha publicado el dato adelantado del IPC de noviembre, con lo que es posible anticipar cuánto se revalorizarán las pensiones contributivas en 2024 haciendo la media de los doce meses anteriores. El cálculo obtenido es del 3,76%, porcentaje que se redondeará al 3,8%, con lo que las pensiones contributivas subirán el próximo año en esa cantidad. 29 NOVIEMBRE 2023;PENSIONES;REVALORIZACIÓN;REFORMA;IPC;INE;RECURSOS;ANCIANOS Gabriel Luengas / Europa Press (Foto de ARCHIVO) 29/11/2023
Dos personas caminan por un parque de Madrid
Gabriel Luengas / EP
Dos personas ancianas caminando por un parque, a 29 de noviembre de 2023, en Madrid (España). Las pensiones contributivas subirán un 3,8% en 2024 con la fórmula de revalorización recogida en la ley de reforma de las pensiones en la que se tiene en cuenta, como referencia para determinar la subida de estas prestaciones, el IPC interanual promedio de doce meses. El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha publicado el dato adelantado del IPC de noviembre, con lo que es posible anticipar cuánto se revalorizarán las pensiones contributivas en 2024 haciendo la media de los doce meses anteriores. El cálculo obtenido es del 3,76%, porcentaje que se redondeará al 3,8%, con lo que las pensiones contributivas subirán el próximo año en esa cantidad. 29 NOVIEMBRE 2023;PENSIONES;REVALORIZACIÓN;REFORMA;IPC;INE;RECURSOS;ANCIANOS Gabriel Luengas / Europa Press (Foto de ARCHIVO) 29/11/2023

Hoy viviremos invadidos por el amor. El amor en un único sentido: el romántico, el de pareja, el de dos almas que se necesitan y se adoran sin límites. Amor que te corta la respiración, un amor de película simbolizado, cómo no, en rosas rojas, en regalos con corazones, rojos por favor, y en muchos emoticonos, de corazones, of course. Un San Valentín que obliga a quien tiene pareja a hacer algo, porque si no, parece que tu amor es menos amor que el que ves alrededor, que el de las redes, que el de tus amigos o amigas... Pero ¿qué pasa con todos los otros amores, con esos que no se dicen en un "te quiero" metido en una rosa o en una caja de bombones? ¿Qué pasa con todas esas personas que necesitan amor incondicional, amor del que cuida, del que acompaña, del que calma el alma y los miedos?

De ese amor no celebramos días porque no monetiza. Porque ese amor no se puede rentabilizar en regalos con un corazón estampado ni en grandes campañas publicitarias en las que se vende mucho, lo que sea, cada una tiene su propio producto. Ese otro amor se trabaja día a día, en cada gesto, de forma tranquila, sin grandes canciones ni películas. Ese amor se puede dar sin pedir nada a cambio, sin tener mariposas en el estómago, es menos espectacular, seguro, pero mucho más gratificante. Te calma el espíritu. Te hace sentirte mucho más vivo.

Ese amor anónimo es el que le faltó a la mujer que ayer localizaron muerta en su piso de Madrid. Con 87 años murió de hambre y de sed. De hambre y de sed. Nadie reparó en su soledad, en que no estaba atendida. Quien la cuidaba, su hijo de 54 años, murió de un accidente tonto en casa: parece que se resbaló cuando estaba en la cocina. Se hizo una brecha enorme en la cabeza y ahí se quedó. Su madre le esperaba en la cama, no podía moverse. Ella esperaba a que le llevara la cena, la comida, el agua, las pastillas… Pero nadie acudió. Y ella seguramente tampoco supo qué pasó. Simplemente esperó. Hasta que se murió.

Los vecinos avisaron a la Policía y a los servicios de emergencia. Llevaban semanas sin verlos y esa fue la pista definitiva, del piso salía un olor terrible. Era el de los dos cuerpos descomponiéndose, porque ambos llevaban semanas muertos, semanas. A él lo encontraron en la cocina, a ella en su habitación, en su cama.

Una historia triste para un día de mucho color, ya lo siento si usted me está leyendo camino del trabajo o de esa cita del día de San Valentín. Aquí no hay rojo a tope de power. Aquí hay una historia de soledad, en un barrio de una gran ciudad. Un barrio como el suyo o como el mío. Con gente que nos cruzamos todos los días, pero a los que apenas miramos a los ojos. Hoy es un buen día para hacerlo. Mire a quien se cruce en el portal, dígale "hola". No sabe si esa persona hoy necesita un poco de ese amor anónimo.

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