Así se convive con el narcotráfico en el Campo de Gibraltar: "Para un chaval es muy tentador ganar 600 euros por vigilar si viene la Policía"

Desde el desmantelamiento del grupo OCON de la Guardia Civil, la fiscalía detectó menos incautaciones y una menor presión policial.
Desde el desmantelamiento del grupo OCON de la Guardia Civil, la fiscalía detectó menos incautaciones y una menor presión policial.
Desde el desmantelamiento del grupo OCON de la Guardia Civil, la fiscalía detectó menos incautaciones y una menor presión policial.
Un agente de la Guardia Civil en la zona de la Bajadilla en Algeciras durante la operación antidroga.
EP

El narcotráfico está enquistado en muchos pueblos del Campo de Gibraltar y se ha extendido a otros puntos de la costa gaditana e, incluso, de provincias limítrofes como Huelva o Málaga. La cercanía de Marruecos, principal productor de hachís del mundo, y las escasas perspectivas de futuro para muchos jóvenes en una de las comarcas más deprimidas de España son el caldo de cultivo perfecto para la proliferación de los clanes de la droga.

"Desde hace muchísimos años es un problema estructural. Las mafias van a zonas humildes, donde hay pobreza, paro y falta de oportunidades, y captan allí a los jóvenes porque nadie les ofrece otras alternativas", lamenta Francisco Javier Mena, presidente de la coordinadora Alternativas, que lucha contra la drogadicción y la exclusión social en el Campo de Gibraltar.

"Las mafias le pagan 600 euros a un chaval por hacer de 'aguador', que solo tiene que avisar si viene la Guardia Civil. Y ese es el eslabón más bajo de la cadena, porque si ya participa en una descarga de hachís en la playa, que tardan 15 minutos en hacerla, se puede llevar entre 2.000 y 4.000 euros. Esa cantidad de dinero ya es muy tentadora para cualquiera, pues imagínate para un chaval que está en el paro, con fracaso escolar, sin estudios y en situación de precariedad. ¿Qué alternativa tiene? ¿Trabajar de camarero con un sueldo precario?", dice Mena.

"Son jóvenes sin posibilidad de insertarse en el mercado laboral y se encuentran con que el narco les dice 'ven conmigo, que te voy a insertar laboralmente'", explica el presidente de Alternativas, quien aboga por soluciones más ambiciosas en la lucha frente al narcotráfico: "Esto hay que afrontarlo con integridad porque si solo se aborda policialmente, no se va a resolver en la vida".

"Es una comarca donde el paro juvenil ronda el 60% y el absentismo escolar es siete veces más alto que en el resto de la provincia de Cádiz. Hacen falta inversiones de todo tipo y hacer un trabajo en profundidad en los centros educativos. Hay que sentarse con sindicatos y empresarios, formar a la gente para que tenga una salida laboral... solo así la gente tendrá la posibilidad de decidir entre una vida honrada o una vida dedicada al mundo de la droga", afirma Mena, quien advierte de que "cuando un joven prueba el narcotráfico, jamás vuelve a una vida honrada".

Cuando un joven prueba el narcotráfico, jamás vuelve a una vida honrada"

Otro aspecto que sirve de paraguas a las mafias es que, a pesar de que el Estrecho es la gran puerta de entrada del hachís a Europa, no es visto como un problema cercano por muchos vecinos del Campo de Gibraltar: "La mayoría de estas mafias son españolas, pero no son los dueños del hachís, sino meros transportistas que cobran y pagan por kilo pasado. La gente de Marruecos lo produce y cuando llega aquí, el hachís va hacia Holanda, que es el gran centro de distribución de droga para toda Europa. La percepción social de la ciudadanía es, en general, que el narcotráfico no les afecta a ellos porque la droga que entra no es para que la consuman sus hijos y, además, el hachís no está tan mal visto como otras drogas más duras".

"En la Línea hay una zona conocida como 'Villa Narco', con mansiones espectaculares construidas en una zona no urbanizable y coches de lujo. Todo el mundo lo sabe, pero todo el mundo mira para otro lado", apunta.

"Solemos ver las narcolanchas al amanecer"

Pero el narcotráfico también afecta a otras zonas de la costa gaditana como Barbate, hecho que ha quedado patente con el asesinato de los dos guardias civiles arrollados por una narcolancha el pasado viernes. Tomás Pacheco, patrón de la cofradía de pescadores de Barbate, asegura que la falta de vigilancia ha atraído a los narcos hasta su localidad: "Los narcos no son tontos y buscan el puerto menos vigilado de la costa de Cádiz, que es el de Barbate, porque aquí la Guardia Civil no tiene ni siquiera una lancha".

Y recuerda que las narcolanchas que mataron a los dos guardias civiles "llevaban desde el día anterior en el puerto de Barbate refugiadas del temporal sin que nadie hiciera absolutamente nada". "Los narcos entran con total impunidad en el puerto. Los pescadores llevamos tiempo pidiendo más presencia de la Guardia Civil y el cierre del puerto por las noches, porque no queremos vernos involucrados en sucesos tan desagradables como el que ha ocurrido ahora", afirma.

Los pescadores llevamos tiempo pidiendo más presencia de la Guardia Civil y el cierre del puerto por las noches"

Denuncia, además, que los narcos "alguna vez han provocado daños y vandalizado barcos amarrados en el puerto y también han robado alguna embarcación del puerto deportivo porque hay muy poca vigilancia y también hay miedo a denunciar", añade. "Aquí solo hay vigilancia cuando la Guardia Civil hace inspección pesquera a los que salimos a faenar, pero a los narcos, ningún tipo de control", se queja.

Pacheco asegura que los pescadores están acostumbrados a convivir con las narcolanchas en el mar: "Solemos verlas al amanecer, cuando llegamos a puerto después de haber faenado por la noche. También hemos tenido encuentros esporádicos con lanchas saliendo a toda velocidad cuando se retiran después de una descarga o vemos cómo les llevan gasolina para repostar".

"A los pescadores no nos afectan directamente porque no se meten con nosotros y nunca ha habido colisiones, pero sí nos afecta de forma indirecta porque a veces te ves rodeado o te cruzas con una lancha que escapa de una persecución. Pueden causar problemas o que se presente un helicóptero de la Guardia Civil donde estás faenando y complique el trabajo", dice.

No obstante, este armador asegura que Barbate "es un pueblo eminentemente pesquero, de familias muy humildes y sacrificadas, que se han dedicado al mar toda la vida" y que la inmensa mayoría de los vecinos no tienen nada que ver con el narcotráfico: "Puede haber gente que se dedique a la droga, pero como en todos los pueblos".

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