Escribir una novela con el móvil o contar una historia con mensajes de voz: así emplean varias autoras los nuevos soportes narrativos

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El formato libro compite ya con los móviles y otros dispositivos.
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Entre los lanzamientos de 2024 escritos en soportes no convencionales, se encuentra Rom Com (Caballo de Troya), de Claudia Muñiz (La Habana, 1985), una novela escrita íntegramente en el móvil.

 "Lo compuse entre mi cell y mi tablet. Las notas las iba tomando en el cell, y luego escribía en Word en la tablet. Pero sin teclado ni nada. Era casi como seguir escribiendo en el cell. De hecho, era la primera vez que escribía en Word en mucho tiempo", nos cuenta Muñiz, graduada de interpretación por la Escuela Nacional de Arte de Cuba y el Instituto Superior de Arte. 

"Todo empezó un día en que iba en una guagua y empecé a tomar notas en el teléfono para un texto de mi columna y terminé escribiendo el texto completo ahí. Descubrí que el soporte modificaba el lenguaje y me fasciné con esto. Desde ese momento, los textos de mi columna, con la excepción de uno, los he escrito en la sesión de notas de mi tablet", detalla la también periodista y guionista.

Claudia Muñiz escribió íntegramente su novela en el móvil.
Claudia Muñiz escribió íntegramente su novela en el móvil.
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Cuando Claudia Muñiz empezó a escribir la novela no tenía computadora. "Nunca he tenido una propia. Pienso en Virginia Woolf y su Habitación propia. Nunca tuve ese privilegio. Ahora tengo un Chromebook por trabajo, pero no lo he usado para escribir. Antes escribía en computadoras prestadas. Y, bueno, ese día por necesidad tuve que escribir con el cell y me enamoré del resultado. Fue una mezcla de necesidad y epifanía", plantea. 

En el debut en la novela de esta escritora cubana afincada en Madrid, se mezclan mensajes de texto, intercambios sexuales virtuales y conversaciones familiares.

Tener la carne (Reservoir Books), la disparatada historia de una mujer que asesina a su novio y se pasea con su madre y el cadáver por la costa de Almería, en pleno verano, no funcionaría igual si se hubiera narrado de manera convencional. Pero para contarla, Carla Nyman (Palma, 1996) escogió un monólogo desquiciado: el que la protagonista mantiene con el buzón de voz del juez que instruirá su caso. Todo el libro está basado en esos mensajes sin interlocutor. "Tenía claro que la protagonista no podía recibir una respuesta o una interacción clara de nadie, más que de su madre, que viene a ser el subrayado de su propio hilo de pensamiento. No podía tener un interlocutor que le replicara o contradijera porque esto supondría una sanción, el derrumbe definitivo de la lógica de su relato", explica Nyman, poeta, guionista y directora escénica.

Tener la carne, una divertida historia de Carla Nyman.
Tener la carne, una divertida historia de Carla Nyman.
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"Al fin y al cabo, conocemos la historia a través de la palabra unidireccional de la protagonista. Ella misma es la que pregunta y responde. Así es como entramos en su razonamiento. Si existiera ese otro, nos expulsaría decisivamente de su psique", insiste.

 La estrategia cuaja y el lector se ve arrastrado por un relato, que en un principio iba para obra de teatro. La novelista Carme Riera leyó el manuscrito y apostó por él.

Cuando preguntamos a Carla Nyman por artistas que admira y que hayan contribuido a contar de historias desde otro lugar, dispara una retahíla: "Martin Crimp, Ariana Harwicz, Virgilio Piñera, Charlotte Roche, Chris Krauss, François Rabelais, Nikolái Gógol, Simon Stephens. Creo que todos ellos comparten la neurosis, un equilibrio lúcido entre el humor y la perversidad".

Virginia Lockwood, autora de Poco se habla de esto.
Patricia Lockwood, finalista del 'Booker' y del 'Woman Prize'.
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Y es que no solo la lectura nos permite preguntarnos cosas, la escritura supone plantearse preguntas sin parar. "Siempre me ayuda acudir a manifestaciones artísticas figuradamente opuestas o lejanas. Creo que esa aparente desconexión es lo que me inquieta y me empuja a escribir. Estar en permanente duda y excitación me lanza a ese proceso de descubrimiento que es la escritura y a interrogarme sobre la naturaleza del texto que estoy trabajando", explica.

En Poco se habla de esto (Alpha Decay), la primera novela de Patricia Lockwood (Ohio, 1982), finalista del Booker y el Woman Prize, y seleccionada como uno de los diez mejores libros del año según el New York Times, la protagonista es una mujer adicta a portal, una red social. Las posibilidades que ofrecen las redes sociales para "chapotear con el lenguaje", como le gusta remarcar a la autora, las convierten en un modo de retorcer las palabras y de innovar.

Poco se habla de esto, de vvv
Poco se habla de esto, de Patricia Lockwood.
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