La reunión de este lunes entre la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, con el conseller de Acción Climática de la Generalitat, David Mascort, ha de aclarar dos puntos esenciales para la sequía. De un lado, la aceleración de la construcción de las desaladoras de la Tordera II y la del Foix. Pero más urgente aún es concretar la llegada de barcos con agua a Barcelona desde la desaladora de Sagunto.
Este domingo, en una entrevista a la agencia EFE, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, prácticamente lo aseguraba ya que confirmaba que «alguna medida de emergencia probablemente tendremos que activar», tras descartar categóricamente el trasvase desde el Ebro. Aragonès ha anunciado que «los barcos tendrán que venir desde desalinizadoras que están fuera de Catalunya», y por este motivo, ha pedido la máxima colaboración al ministerio. El pasado jueves, David Mascort confirmó en rueda de prensa la buena «predisposición» de Ribera.
Según fuentes cercanas a la Generalitat, la llegada de agua en barcos a Barcelona no se producirá antes del mes de junio, y la adopción de esta medida dependerá de cuánto haya llovido hasta entonces. Las mismas fuentes concretan que llegarán dos barcos diarios, y que mientras uno descarga, el otro cargará en Sagunto. En la reunión de este lunes se decidirá cómo se paga una medida que en el 2008 costó alrededor de 17 millones de euros.
Socialistas y Comuns
Ante esta posibilidad, el primer secretario del PSC, Salvador Illa, ha señalado que poder traer barcos con agua desalinizada desde Sagunto es una muestra de “la España generosa y cohesionada territorialmente”. Tras agradecer al presidente de la Comunitat Valenciana, Carlos Mazón, la «mano tendida y la solidaridad», ha ofrecido al Govern de Aragonès apoyar “cualquier modificación del presupuesto relacionada con la sequía». Al mismo tiempo, ha recordado que «las cosas se podrían haber hecho de otra manera» y reclama que el Govern se comprometa a acelerar al máximo las inversiones.
La líder parlamentaria de los Comunes, Jéssica Albiach, por su parte, se ha mostrado este domingo muy crítica con la gestión que ha hecho el Govern de la sequía. Albiach ha subrayado que el Govern «llega tarde», y que el transporte de agua en barcos es la «viva imagen» de esta circunstancia. Albiach ha reprochado a la Generalitat haber estado 10 años «sin una política del agua que apueste por las infraestructuras», y ante la reunión entre Ribera y Mascort ha exigido que socialistas y ERC dejen de «jugar al pimpón» con la financiación de las desaladoras.
Aragonès se ha defendido de las críticas sobre la falta de inversiones argumentando que “si miramos atrás, podríamos repartir responsabilidades entre quienes han estado más tiempo asumiendo la gestión del agua”.
Ahorro en hoteles
Si no llueve, en verano se vivirán las peores consecuencias de la sequía, y uno de los sectores de actividad que más las sufrirán es el turismo. Entre las diferentes iniciativas que se están anunciando para intentar que estas repercusiones sean mínimas, los hoteles de Sitges están estudiando varias opciones para ayudar a reducir el consumo de agua.
Tras recordar que llevan años “muy concienciados con el medio ambiente”, los hoteleros del principal destino del Garraf están considerando la posibilidad de llenar piscinas con agua de mar o de instalar césped artificial. Así lo manifestó el presidente del Gremio de Hostelería, Oskar Stöber.
El municipio tiene un consumo medio de 246 litros por habitante y día, superando los 200 litros requeridos en la nueva fase de emergencia por sequía. “Llevamos años austeros y los clientes también lo son”, insiste Stöber. Desde el gremio se descarta una importante afectación en las piscinas porque el Gremio asegura que todos los negocios las tienen llenas y disponen de circuitos internos de mantenimiento. Por lo que respecta a los jardines, admiten que se exponen a perder la calidad de este entorno por no poder mantener el riego como hasta ahora.
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