2023 fue un año récord para el sector turístico. España acogió 85,1 millones de visitantes extranjeros, una cifra sin precedentes en la serie histórica. Nunca antes habían llegado al país tantos turistas internacionales en un solo año, lo que demuestra no solo la recuperación del sector tras la pandemia, sino también su pujanza. El crecimiento de las llegadas se disparó especialmente en la recta final del año. En verano España recibió apenas un 0,68% más de turistas extranjeros que en 2019, mientras que en los tres últimos meses del año el volumen de viajeros aumentó un 11,96% con respecto a antes de la pandemia. Este tirón fuera de la temporada alta esboza la desestacionalización de la actividad a la que aspira el sector para ganar estabilidad y garantizar su sostenibilidad.
Según los datos publicados este viernes por el INE, en 2023 llegaron a España un 18,7% más de turistas internacionales que en el año anterior. El coletazo de las restricciones impuestas por la covid impidió pasar de los 71,7 millones de visitantes en 2022, de manera que hubo que esperar un año más para que se produjera la completa recuperación del sector. En 2019, se registraron 83,5 millones de llegadas, una cifra récord que ha sido sobrepasada en el último año con un alza del 1,85%.
Los 85,1 millones de turistas recibidos en 2023 se concentraron, como es habitual, en los meses de verano. El 34,13% de los visitantes extranjeros eligieron los meses de julio, agosto y septiembre para venir a España, frente a un 27,95% llegados entre abril y junio, un 21,78% entre octubre y diciembre y un 16,14% entre enero y abril. La predilección por el verano casa con el atractivo tradicional de España como destino de sol y playa.
"Históricamente el turismo en España se ha concentrado mucho en el sol y playa, pero las instituciones y empresarios persiguen la desestacionalización para que los recursos disponibles se exploten más allá de la temporada alta", explica Pablo Díaz, profesor de los Estudios de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). "Muchos trabajos dependían del verano y eso creaba cierta insostenibilidad económica. Desde hace mucho tiempo se está trabajando en desestacionalizar, aunque no es algo fácil", añade Diego Santos, experto en turismo de EAE Business School.
El boom del turismo en 2023 avanza hacia esa desestacionalización. Si se observan los datos mes a mes, en el arranque del ejercicio el número de llegadas se resistió a alcanzar las cifras prepandemia. En el primer trimestre, entre enero y marzo, visitaron España 13,7 millones de turistas internacionales, todavía un 3,52% menos que en el mismo periodo de 2019. El sorpasso de los datos precovid llegó finalmente en abril, con el estímulo de la Semana Santa, cuando visitaron el país mediterráneo 7,2 millones de turistas extranjeros, un 1,25% más que en 2019. El crecimiento volvió a repetirse en los meses de mayo y julio -con alzas del 3,78% y 2,62% respectivamente-, aunque al final del verano los registros se mantuvieron muy parejos a los del año anterior a la pandemia.
Entre julio y septiembre, España recibió el año pasado 29 millones de turistas, un 12,93% más que en 2022, pero apenas un 0,68% más que en 2019, cuando se superaron los 28,8 millones. Frente a ese tímido incremento, una vez finalizada ya la temporada alta, el número de visitas registró un significativo empujón tras el verano. Entre octubre y diciembre, visitaron España 18,5 millones de turistas extranjeros, un dato un 11,96% por encima de los 16,5 millones de viajeros acogidos en 2019. De hecho, solo en el mes de diciembre llegaron 5,2 millones de turistas internacionales, lo que supone un 20,97% más que antes de la pandemia, el mayor alza comparando mes a mes.
El potencial del turismo nacional
El sprint final de llegadas se refleja también en la ocupación hotelera, que en los dos últimos meses de 2023 batió sendos récords para los meses de noviembre y diciembre al llenarse el 52,49% y 49,72% de las plazas. Según la encuesta de ocupación hotelera del INE, se hospedaron en estos establecimientos 6,8 millones de viajeros en noviembre y 6,6 millones en diciembre. Más de la mitad de estos huéspedes procedían de dentro de España.
"El turismo nacional ayuda a desestacionalizar lo que el turismo internacional estacionaliza mucho", señala Díaz, que apunta a un cambio en los hábitos de consumo turístico. "Ya no se concentran tanto las vacaciones en verano, sino que hay más escapadas repartidas a lo largo del año", agrega. En el conjunto de 2023, el número de residentes alojados en hoteles creció un 3,63% con respecto a 2019
"El turismo internacional también se intenta atraer fuera de temporada, pero es complicado. Veremos a ver si no es el cambio climático lo que termina desestacionalizándolo, porque los turistas británicos o alemanes prefieran venir en primavera que en verano", augura el profesor de la UOC, que menciona también el nuevo nicho de mercado abierto por los nómadas digitales a la hora de atraer turistas foráneos fuera de la temporada alta.
Diversificar para crecer
En todo caso, la desestacionalización del turismo pasa por diversificar la oferta. "Algunos destinos, por su propia naturaleza, tienen más factores de atracción que el sol y playa, con iniciativas como grandes eventos, conciertos…", afirma Santos. "A nivel de país, se está diversificando mucho la oferta desde hace años. De hecho, con el sol y playa no se hace marketing desde hace mucho tiempo, vamos a cuestiones más culturales, gastronómicas, turismo de negocios...", señala, al mismo tiempo que ejemplifica el atractivo de las grandes ciudades por esa oferta variada. "En general todos los destinos son conscientes de la importancia de llevar a cabo estrategias para depender menos de la temporada de verano. Se tienen que tener en cuenta la situación y qué se puede ofrecer", añade.
"A nivel económico, la sostenibilidad del sector pasa por la desestacionalización y a nivel social también, porque la masificación en momentos puntuales genera bastantes problemas. Lo ideal sería no tener unos volúmenes de turistas muy altos nunca, sino tener siempre unos números armónicos", valora el profesor de EAE Business School. "Si seguimos concentrando estacional y geográficamente el crecimiento del turismo, las tensiones se van a multiplicar. Una desestacionalización al mismo tiempo que una diversificación geográfica es necesario", coincide Díaz.
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