En las entrañas de Cantabria se esconden tesoros ocultos esperando a ser descubiertos. Uno de ellos ha sido traído a la luz esta semana por un equipo de espeleólogos que, tras 28 años de investigación, ha informado de que han conseguido conectar más de 200 kilómetros de túneles y galerías que conforman la cueva más larga de España y la segunda de Europa.
Se trata del sistema de cavidades del Alto del Tejuelo, entre los valles de los ríos Miera y Bustablado. Allí, el club de Espeleología Sejca, en colaboración con profesionales de toda España y de Bélgica, han cartografiado sus 206 kilómetros de galerías, que unen una veintena de accesos desde el exterior, el pasado 13 de enero.
La exploración comenzó en 1996, cuando el club hizo su primer descenso por la Torca de Bernallán. "Empezamos por esa entrada porque buscábamos una cavidad con un buen desarrollo vertical, y esta tiene 450 metros de desnivel y galerías horizontales en su fondo", explica a 20minutos uno de los espeleólogos del Sejca, Miguel Ángel González-Gallego.
"Cuando la visitamos por primera vez nos llamó la atención que la topografía existente no coincidiese mucho con lo que estábamos viendo, por lo que decidimos hacer un nuevo levantamiento topográfico pidiendo permiso a la Federación Cántabra de Espeleología y al gobierno de Cantabria". A medida que fueron explorando y avanzando, fueron descubriendo nuevas cuevas y galerías que hicieron que la Torca de Bernallán pasara de los tres kilómetros de largo que se conocían, a los 25 kilómetros que se conocen actualmente.
A lo largo de los años, continuaron adentrándose en las entrañas del macizo cántabro, aproximándose a otras cuevas cercanas en los alrededores y uniéndolas con túneles. Y, tras casi tres décadas de trabajo, llegaron a conformar el "gran" Sistema Alto del Tejuelo que conocemos hoy en día.
"Un puzzle gigante"
Por su infinidad de galerías, túneles, pozos y cavidades, Miguel Ángel describe el sistema cántabro como "un puzzle gigante". "Las piezas son las cuevas, que hemos ido acoplando", ha explicado el investigador. Con él coincide su compañero David García, investigador de Proteus Huesca que también ha colaborado en la unión de las cuevas, las que califica de "laberínticas".
Con una profundidad de hasta 622 metros, el entramado alberga salas del tamaño de un campo de fútbol. "En algunas podría entrar el Estadio Santiago Bernabeu", asegura González-Gallego, quien además ha resaltado la dificultad de acceder a las cuevas porque todas las entradas son de caída vertical.
"No podría ser visitable por el público, como mucho por profesionales con experiencia. La caída vertical de los accesos llega hasta 200 metros en algunos casos", ha explicado el explorador de Sejca.
Avanzando "como hormiguitas"
Pero las cuevas podrían llegar a superar su longitud actual. El equipo de espeleólogos ha expresado su intención de continuar explorando para intentar unir el sistema con otras cuevas en el macizo que harían que el sistema cántabro llegara a los 300 kilómetros, según han anticipado.
De esta forma, González-Gallego resalta que este hallazgo sitúa al entramado del Alto del Tejuelo como uno de los más grandes del mundo, y que podría llegar a superar a la siguiente cueva europea, la de Hölloch, en Suiza. "Es difícil que lo consigamos porque las cuevas están lejos, pero avanzaremos como hormiguitas".
En este sentido, el espeleólogo de Proteus Huesca ha explicado que la dificultad de estas uniones nuevas en las que están trabajando se deben al grosor de las paredes que no saben si podrán penetrar. De conseguirlo, "se abriría otro terreno de juego igual de importante o más" que el actual.
Por ello, García ha afirmado que se están "dando de cabezazos" para conseguir atravesar esas paredes, y que si consiguen hacerlo, abrirían sectores "de unos 20 o 30 kilómetros" que se sumarían al sistema actual.
El "culmen" de un espeleólogo
Para Miguel Ángel, este descubrimiento ha sido el "culmen" de su carrera espeleológica. "Es un orgullo que jamás pensé que iba a conseguir", ha expresado emocionado el espeleólogo, quien ha explicado que, cuando empezaron las exploraciones "no se imaginaban que fueran a llegar a esto".
A 600 metros bajo tierra, en un lugar oculto al resto del mundo, estos espeleólogos han "dejado su huella" en la historia. "El sentimiento de saber que eres el primero en pisar el suelo de estas cuevas, y quizás también el último en hacerlo, es increíblemente emocionante", afirma Miguel Ángel.
Así, con una experiencia que va "más allá de las palabras", el equipo de espeleólogos firma los 206 kilómetros de cueva en la historia de Cantabria y se prepara para seguir explorando el Alto del Tejuelo.
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