Día histórico el de este lunes en Montcada i Reixac. Tras más de 30 años de reivindicaciones del Ayuntamiento y los vecinos del municipio, empiezan los trabajos para soterrar las vías de la línea R2 de Rodalies a su paso por la localidad. Es después de que ya se hayan cobrado la vida de casi 180 personas, las unas porque las cruzaron sin la suficiente precaución y las otras, porque las utilizaron para suicidarse.
Los trabajos empezarán en el barrio de la Ribera con las primeras calas e irán avanzando en dirección a Francia. Se alargarán "seis o siete años", informó el alcalde, Bartolo Egea, y costarán 540 millones de euros. Incluyen la construcción de un túnel de cuatro kilómetros a 35 metros de profundidad y también servirán para hacer una tercera vía para ampliar la capacidad del sistema. Además, se invertirán 30 millones de euros más en adecuar la estación de Montcada Bifurcació.
Desde la Plataforma Tracte Just Soterrament Total, avisan de que las obras comportarán molestias para los vecinos, como cortes de calles y polvo, pero celebran su inicio. Egea, por su parte, destaca que las actuaciones, además de para dar respuesta a una reivindicación histórica y evitar muertes, servirán para cohesionar y recoser la ciudad. Y es que a ambos lados de las vías se distribuyen equipamientos municipales y comisarías.
Para hacer un seguimiento de los trabajos, se creará una oficina municipal que se encargará de velar porque se siga el calendario previsto, así como de recoger las inquietudes del vecindario. Contará con la participación de cargos electos del Ayuntamiento, tanto del gobierno municipal como de la oposición, así como de entidades de la localidad.
Montcada i Reixac celebró el pasado miércoles el comienzo de las obras con un acto en la confluencia de la calle Bogatell con uno de los pasos a nivel de la R2. ‘Ahora sí! Soterramos!’, se puedo leer en una pancarta con la que vecinos y Ayuntamiento mostraron su alegría por el inicio de los trabajos.
Demanda desde los 80
La reclamación de soterrar las vías de la R2 en Montcada i Reixac se remonta a las postrimerías de los años 80, tras el restablecimiento de la democracia. En 1989, el pleno del consistorio se lo planteó a la Generalitat por primera vez, como condición para que la alta velocidad pasara por el municipio.
Dos años más tarde, en 1991, el Govern aprobó el proyecto del AVE con las propuestas de Montcada. En 1993, sin embargo, se presentó un documento en que no constaba el soterramiento total de la R2, que el Ayuntamiento rechazó. No obstante, la línea de alta velocidad, que cruza Montcada i Reixac, entró en funcionamiento en 2013, sin que se hubiera avanzado para hacer pasar la de Rodalies por el subsuelo.
En 2015 el Gobierno incluyó una partida en las cuentas generales del Estado para hacer un nuevo estudio de viabilidad. Luego, en 2017, Fomento anunció que el soterramiento de la R2 en Montcada i Reixac empezaría en 2020. No fue así y, ese año, el proyecto se incorporó al Pla de Rodalies 2020-2030.
En 2022, el Consejo de Ministros aprobó el soterramiento y Adif licitó las obras por 465 millones de euros. Finalmente, el Consejo autorizó un gasto superior, y el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) adjudicó las obras el pasado septiembre.
Los maquinistas, los otros afectados
Los vecinos y el Ayuntamiento no han sido los únicos que han pedido cambios en el paso de la R2 por Montcada, sino también los maquinistas, asimismo, afectados.
El pasado septiembre se hizo público en Tik Tok un vídeo en el que se podía oír a uno de ellos abroncar a personas que cruzaron las vías en el municipio cuando las señales lo impedían. "Un poco de respeto a los muertos, no cuesta tanto esperar dos minutos a que pase el tren", dijo a través de megafonía.
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