Normalmente, los gatos callejeros suelen estar muy flacos, debido a la dificultad que encuentran para alimentarse. Por eso, el caso de Frosty, un gato estadounidense de dos años de edad, es especialmente curioso.

Frosty fue rescatado en Richmond, Virginia, y lo más sorprendente es que en el momento de ser recogido pesaba 13 kilogramos, como tres veces el peso medio de un animal de sus características.

Tal y como recoge el Mirror, Frosty fue llevado al refugio de Control y Cuidado de Animales de Richmond, donde fue bautizado con ese nombre. Según la protectora, el peso anormal del gato se puede deber a que merodeaba alrededor de una hamburguesería local.

Cuando el refugio compartió en sus redes sociales el caso de Frosty, se dispararon las ofertas: "Recibimos correos electrónicos de todo el país, gente interesada, gente que comenta", dijo la directora del refugio, Christie Peters.

En el anuncio se explicaba que Frosty tiene un poco de malhumor, pero pese a ello, ha encontrado un hogar. Maggie Thompson, una cuidadora de mascotas con dos hijos pequeños, adoptó al gordito. Thompson dijo que cuando vio a Frosty, supo que no saldría del refugio sin el gato: "Pensé: 'Oh, quiero ese gato. Se subió a mi regazo y empezó a ronronear'", dijo.

"Con los animales, te eligen. Tú sabes cuándo es el momento adecuado y ellos también lo saben", continuó Thompson, que tiene otros dos gatos, que han aceptado bien a Frosty, y que ya está a dieta.