La revista Hola ha publicado un extenso reportaje en el que se detallan fotos y datos de la gran fiesta española que el rey Juan Carlos tuvo por su 86 cumpleaños el pasado 5 de enero, en Abu Dabi, donde reside. En concreto, el monarca vive en la isla Zaya Nurai, a donde se llega en barco desde Abu Dabi.
La fiesta fue planificada por sus íntimos amigos, el empresario Pedro Campos (que le acoge en su casa de Sanxenxo, Pontevedra); el odontólogo Eduardo Anitua; el abogado Jerónimo Páez y el dueño del restaurante Flanagan de Palma, Miguel Arias.
Sus dos hijas, Elena y Cristina, viajaron un día antes del festejo para ayudar con los detalles organizativos. Junto a ellas estuvieron los dos hijos de la primera, Victoria Federica y Froilán Marichalar (que reside en ese país), y dos de los hijos de Cristina: Irene y Pablo Urdangarin, este con su novia, Johanna Zott, estudiante de Medicina.
Ni Felipe ni Letizia ni Sofía ni las hijas de los reyes acudieron, aunque se supone que estaban invitados. Sí había miembros del cuerpo diplomático, pero no español, y no acudió nadie de la embajada de España en ese país.
La celebración se desarrolló en la casa que ocupa el emérito desde hace cuatro años y es la primera que tiene lugar en los últimos seis años y la primera fuera de España.
Los invitados se encontraron al rey, sus hijas y sus nietos, dispuestos en fila, saludando a todo aquel que llegaba, delante de un gran árbol de Navidad decorado en blanco y rojo, y una bandera de España flanqueando la puerta.
El flamenco y la música la pusieron Los del Río, que amenizaron con La Macarena, bailada por todos los asistentes, en particular por las hijas del homenajeado y por sus nietas, las más marchosas (y jóvenes) del evento.
La tarta llevaba una sobrecubierta de chocolate fondant que reproducía el escudo de armas de Juan Carlos I y que este cortó con un sable. Debajo, había una foto de él a bordo del Bribón, su gran pasión.
La cena se disfrutó en mesas dispuestas entre el porche y la terraza de la mansión y con enormes centros florales, con un cóctel seguido de un bufé de producto local hecho por una empresa de catering de Emiratos.
La revista da cuenta de que todos los asistentes se costearon su viaje hasta Emiratos Árabes, como muestra de sincero afecto y admiración al homenajeado. Sus hijas fueron las más efusivas, con constantes apretones de manos y gestos de amor. Son las únicas, de hecho, que le han visitado en su larga residencia, ya en Emiratos Árabes, desde hace cuatro años.
La infanta Elena, la más unida a Juan Carlos, leyó el discurso de homenaje a su padre, quien a su vez, viajó a Madrid el pasado 20 para celebrar el 60 de su hija mayor
El dres code era sencillo, de hecho, casi todos los caballeros acudieron con americana pero sin corbata, incluyendo al festejado. Las damas iban con vestidos Midi. Elena llevaba un collar de su madre, una de las grandes ausentes, y Cristina lucía su anillo de casada, aunque lleva ya dos años separada de Iñaki Urdangarin y el divorcio está cada día más cerca.
Antes de la cena flamenca, hubo un almuerzo en el lujoso hotel Four Seaons de Abudabi, frente a la isla donde vive el emérito. De allí, todos se desplazaron en una travesía en barco a la casa donde se viviría la gran fiesta. Desde allí, Cristina regresó a Suiza, donde vive, y Elena a Madrid.
Comentarios