Es bastante curioso que no haya ningún musical que trate sobre espíritus extraños en una casa y cuya partitura esté compuesta y dirigida por Andrew Lloyd Webber. Sobre todo porque, según él mismo ha explicado, llegó a tener una experiencia paranormal en una de sus casas y tuvo incluso que pedir ayuda profesional.
En una entrevista que ha concedido al diario británico The Telegraph, el afamado creador de musicales como El fantasma de la ópera, Cats, Jesucristo Superstar o Evita ha explicado cómo vivió con un "poltergeist" en su casa del siglo XIX de Belgravia, un distrito en el centro de Londres, hasta que no tuvo más remedio que llamar a un sacerdote.
"Yo poseía una casa en Eaton Square que tenía un poltergeist", ha dicho ante la pregunta sobre si alguno de sus teatros ha estado alguna vez embrujado, dada la enorme mitología que existe en la capital inglesa hacia este tipo de percances esotéricos en los teatros —el término germánico "Poltergeist" designa a un "fantasma ruidoso" con el que explicar ciertos ruidos físicos —.
"Hacía cosas como coger mis guiones de teatro y ponerlos de manera ordenada en una pila en alguna otra habitación a oscuras. Al final, tuvimos que hacer que un sacerdote viniera a la casa y nos la bendijera. Y ya sí que se fue", ha explicado.
Sin embargo, y a pesar de que Lloyd Webber no recuerda una experiencia así en su larga trayectoria en los teatros, su colaborador, Cameron Mackintosh, sí que ha afirmado que en una ocasión, sobre el escenario del Teatro Real Drury Lane, el más antiguo de Londres —y que precisamente en la actualidad es propiedad de Lloyd Webber—, sintió una "presencia misteriosa".
Mackintosh se ha remontado a "la noche del estreno de Miss Saigon en el año 1989", en un momento en el que él subió "al enorme escenario" y se quedó hablando "con el diseñador John Napier". "Mientras estábamos mirando el hermoso auditorio vacío, sentimos un pequeño escalofrío y escuchamos unos leves sonidos sobre nuestras cabezas, en una rejilla. Incluso la luz que nos incidía pareció adquirir un matiz misterioso. En menos de un minuto todo se desvaneció, pero ambos habíamos sentido una presencia", ha narrado.
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