Juan Luis Saldaña Periodista y escritor
OPINIÓN

Qué sabrá el padre Pacho

El de la derecha de la imagen está pensando "qué sabrá el padre Pacho".
El de la derecha de la imagen está pensando "qué sabrá el padre Pacho".
Pexels
El de la derecha de la imagen está pensando "qué sabrá el padre Pacho".

Hace unos cuantos años, en el colegio de los Jesuitas de Tudela tuvo lugar la siguiente escena: un joven alumno, de apellido Mirazo, se acercó al Padre Larrañaga y le preguntó si era cierto que los niños que llevaban tirantes no crecían. Aquella afirmación, al parecer, procedía del padre Pacho. El padre Larrañaga, poco sorprendido y algo desencantado, impuso su autoridad y respondió al pequeño con una frase mítica: "¡Qué sabrá el padre Pacho! ¡Qué sabrá el padre Pacho!".

Mi señor padre fue testigo de este pequeño acontecimiento y lo almacenó en algún rincón de su memoria infantil. Por misteriosos azares del destino y también por el insondable y peculiar funcionamiento de la mente que registró y guardó aquella historia, esa frase afloró muchos años después en forma de conjuro eficaz contra los que parecen saber mucho, se creen en posesión de la verdad o van de listillos.

Cualquier afirmación, explicación, teoría o idea que se expone en mi casa puede ser contrarrestada con esta frase que no admite réplica, prueba en contrario y que, por supuesto, agota vía administrativa. No digamos si el que habla sale por la tele, la radio o en algún vídeo de Internet. Qué sabrá el padre Pacho y a correr. Existen también algunas frases de menor nivel que sirven para poner en su sitio a otro tipo de pesados de menor calado y que son "qué más dará" o "qué sabrá ese". Mi padre pertenece, casi sin saberlo, a la escuela escéptica.

Cualquier afirmación, explicación, teoría o idea que se expone en mi casa puede ser contrarrestada con esta frase que no admite réplica, prueba en contrario y que, por supuesto, agota vía administrativa.

El escepticismo del padre Pacho hunde sus raíces en la antigua Grecia y también en la India. Jenófanes, Demócrito, Gorgias, Sócrates y Pirrón de Elis son algunos de sus máximos exponentes, aunque hay muchos más. Si lo analizamos en profundidad, el escepticismo de mi padre sería científico, estético y filosófico en la vertiente clásica, ya que mi padre sí que cree en algunas entidades, sobre todo en Dios y en su mujer.

Hoy es un día especial, ya que el fundador de la Escuela Escéptica del padre Pacho cumple años. Lo hace rodeado de su familia, con una vitalidad a prueba de bomba. Seguro que recibe algún regalo para, como dice él, hacerse el jovenzano y hablar con alguna garrilarga. Y cuando le pregunten los años que le caen, le digan que tiene que cuidarse y hacer esto y lo otro, ya sabemos lo que estará pensando. Qué sabrá el padre Pacho. Felicidades.

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