Estas no están siendo las Navidades deseadas para muchos de los personajes que habitan la famosfera patria. Algunos como el torero Juan Ortega estarían ahora saboreando las mieles de una boda que nunca llegó a producirse. Unas horas antes de dar el sí quiero, el diestro comunicó su decisión inamovible y dejó plantada a su novia. A pesar de que se comentó que la pareja se había reconciliado y que habían decidido retomar su relación, las cosas de palacio van despacio. Sí ha habido conversaciones entre ellos y todo parece indicar que tras las fiestas podría haber una segunda oportunidad. Habrá que esperar.

La que tampoco está disfrutando como imaginaba de estos días tan familiares es Bárbara Rey. Quienes la conocen afirman que su sufrimiento es tan mayúsculo que su salud se ha resentido notablemente. No solo la física –hace unos días padeció un desvanecimiento en un centro comercial marbellí– sino principalmente todo a nivel mental. Está realmente sobrepasada y no entiende el motivo por el que su hijo ha emprendido esta guerra mediática en su contra. Le saldrá caro, pues la vedette ya ha anunciado que llevará a Ángel a los tribunales para que, frente al juez, intente probar todas las acusaciones que ha vertido en su contra.

Los que sí están viviendo unas Navidades diferentes pero de ensueño son Tamara Falcó e Íñigo Onieva. Desde Miami, en compañía de los Iglesias-Preysler, están realmente felices y compenetrados. No hay ni un solo resquicio de disputa, bronca o crispación entre ellos. Los intentos desesperados de algunos por dinamitar su relación no han logrado separarlos sino unirles todavía más. Viven en una especie de burbuja en la que no todo el mundo es bienvenido. La complicidad se traslada también al resto de la familia. En este sentido, 20minutos descubrió hace unos días a Tamara y Carolina Molas, madre de Íñigo, de compras y muy bien avenidas. Hicieron parada en una boutique de bisutería de la que Falcó es imagen. Nuera y suegra se dejaron contagiar por la Navidad y recalaron en varios escaparates para ver la moda que viene.

La Nochebuena y la Navidad no fueron tampoco nada fáciles para Nuria González. La viuda de Fernández Tapias no solo ha tenido que hacer frente a sus primeras Pascuas sin el amor de su vida, sino que el enfrentamiento con los hijos mayores del empresario presagian un final de año muy movido. Hay todavía mucho que discernir en esta guerra económica y sentimental y todos son conscientes de que aunque ahora parece reinar una tensa cordialidad, lo cierto es que todo podría saltar por los aires en cualquier momento.

El cantante Bertín Osborne también está afrontando las fiestas navideñas de una manera muy particular. Es el primer año en que sus líos personales le han hecho ser protagonista de las principales revistas del corazón y en las tertulias se habla más sobre su vida personal que sobre sus conquistas profesionales. El cantante está a punto de ser padre a sus casi 73 años y Gabriela, la futura mamá, afronta la recta final del embarazo convencida de querer contar todo lo que lleva vivido desde que decidió romper su noviazgo con Osborne.

El que tampoco podría imaginar que tendría que pasar las Navidades entre Tailandia y Madrid es Rodolfo Sancho. El actor, que tiene a su hijo encarcelando por el asesinato de Edwin Arrieta, mantiene que Daniel no premeditó la muerte y lucha junto al despacho de abogados de Marcos García Montes para librarle de la pena capital. A su lado, incluso en la distancia, sigue estando muy presente Xenia Tostado, con la que lleva casi dos décadas de relación. Es su mayor refugio