Los mercadillos navideños son una tradición entrañable en Europa que tienen sus orígenes en la Edad Media, cuando comenzaron a realizarse como parte de las celebraciones.
La primera mención a uno de estos mercados data del año 1294 y hace referencia al de Viena, en Austria. Pero pocos pueden compararse con la rica historia y la magnificencia del Christkindelsmärik de Estrasburgo, la capital de la región de Alsacia. Este evento anual, que data de 1570, no solo es uno de los más antiguos de Europa, sino que también es uno de los más grandes y emblemáticos.
Origen de este mercadillo navideño
En el corazón de la región de Alsacia, Estrasburgo alberga el mercadillo que ha visto pasar siglos y ha resistido desafíos históricos. El originalmente llamado mercado de San Nicolás tenía como propósito dar regalos a las niñas y niños de la ciudad.
Después de la Reforma Protestante de la región, el mercado de San Nicolás se convirtió en el Christkindelsmärik, que significa 'el mercado del niño Jesús'. Tras pasar por varias localizaciones diferentes a lo largo de los años, desde 1990 este mercadillo navideño se expande a toda la ciudad, con más de 300 casetas.
Con sus 453 años exactos de tradición, el Christkindelsmärik se ha convertido en el mercadillo navideño más antiguo de Francia y uno de los más antiguos, y grandes, de todo el continente europeo.
Una ciudad volcada en la Navidad
Durante un mes, desde el 24 de noviembre hasta finales de diciembre, el mercadillo de Estrasburgo se convierte en la capital de la Navidad. Las calles empedradas y las casas con entramado de madera se transforman en un cuento de hadas invernal, con un abeto gigante decorado, de más de 30 metros, en la plaza Kléber como símbolo de su máxima expresión.
El mercadillo es famoso por su artesanía. Desde juguetes tradicionales hasta piezas de cerámica, cada puesto ofrece regalos que encarnan la artesanía europea. Los visitantes pueden pasear entre los coloridos puestos, explorar antigüedades y llevarse a casa recuerdos navideños.
Las delicias culinarias también ocupan un espacio especial. Los aromas de las especialidades alsacianas llenan el aire. Desde el cálido vino especiado con canela, clavo y cítricos hasta los bredele (galletas alsacianas), los visitantes pueden experimentar de forma integral la experiencia navideña en Estrasburgo.
A pesar de los desafíos históricos, como las dos guerras mundiales, el Christkindelsmärik ha perdurado. Hoy en día, el mercado sigue creciendo y evolucionando. Aunque las tradiciones se mantienen fuertes, se han incorporado nuevas atracciones para adaptarse a los tiempos modernos. Espectáculos, conciertos y eventos temáticos aportan un toque contemporáneo a esta celebración centenaria.
Su impacto económico y cultural es innegable, consolidándolo como un pilar de la identidad alsaciana y un destino imperdible para los amantes de la Navidad.
Para saber más sobre este mercadillo navideño tradicional europeo se puede consultar la web oficial de la Oficina de Turismo de Estrasburgo y su Región haciendo clic aquí.
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