Jorge Blass: "A muchos políticos se les ve el truco, lo bueno es que a los magos no"

Jorge Blas. Truco de magia
Jorge Blas. Truco de magia
Jorge Blas. Truco de magia
Jorge Blas. Truco de magia

El ilusionista Jorge Blass se puso un reto: hacer que su público flipe en pleno siglo XXI, en un mundo en el que todo el mundo parece estar de vuelta de todo. Así lo hace en Flipar, su espectáculo de gran formato que está en el Teatro Reina Victoria de Madrid hasta el 14 de enero. 

El espectáculo se llama Flipar, ¿es cada vez más difícil conseguir eso?Ese es el reto. Como ilusionistas tenemos un público muy avanzado, que tiene internet, que ve algo y lo puede googlear inmediatamente... Pero la magia tiene recursos como para seguir sorprendiendo. La gente en el fondo quiere creer. Yo estoy convencido que a la gente no le interesa tanto el secreto. Algún escéptico siempre hay, si hay por ejemplo algún ingeniero que está en el público, pero normalmente la gente disfruta con el misterio, con dejarse llevar. Yo noto a veces que en el inicio del show alguien frunce el ceño pero en enseguida, a los diez 15 minutos, ya le ves que ha entrado y que se deja llevar.

No ocultan lo que hacen, claro...Es honestidad, porque nosotros desde el inicio decimos “os vamos a engañar con una cosa ingeniosa que hemos pensado mucho, que hemos trabajado mucho y además va a ser muy agradable y vais a ilusionaros”. Al final no es un engaño porque está avisado, ¿no? No es como en la publicidad o en la política que te engañan sin tú saberlo. Aquí sabes que te van a hacer un engaño entre comillas, artístico. Es como un buen libro, como una buena peli, te lleva a un mundo que no existe y lo disfrutas.

¿Qué reacciones ve en los jóvenes, por ejemplo, que ven muchos trucos editados en redes?Es verdad, en redes hay mucha magia, pero está efectivamente muy posproducida. Cuando lo ves en directo ves que esto es de verdad y está delante de tus ojos. Yo creo que por eso la magia es tan potente vista en directo, porque porque se produce ese choque. El teatro tiene la maravilla de que hay actores de carne y hueso delante de ti y cada función es distinta. El cine tiene lo bueno de la fantasía, que te cambian los escenarios, los efectos especiales… La magia fusiona ambas cosas: la realidad del teatro y la fantasía del cine. Producimos cosas que son imposibles, como pasa en el cine, pero lo estás viendo en la realidad. Por eso yo creo que es un arte tan emocionante visto en directo.

Tardó tres años en crear este show, ¿cómo se crea un truco de magia?Hay varias formas. La inspiración surge en cualquier momento: viendo una peli, caminando por la calle... Primero tienes una idea, un esbozo de lo que quieres hacer y empiezas a trabajar. Yo tengo un muy buen equipo con el que trabajamos en las ideas.
Algunas se quedan a medio camino, no conseguimos materializarlas, pero otras sí tienen futuro, potencial. Luego hay temas técnicos de producir el material, de construirlo, probar, que no falle, volverlo a intentar... Es un proceso arduo, sobre todo cuando nos enfrentamos a un show nuevo. Es un proceso de dos o tres años hasta que cada pieza tiene su desarrollo y está perfectamente lista para ser presentada al público. Pero es un proceso que nos encanta y que estamos continuamente haciendo, no solo aquí en el teatro, también en el Festival internacional que hacemos en el Circo Price cada año, donde presento una ilusión nueva que no he hecho antes.

¿Es la disciplina es la verdadera virtud de un mago?Una de las más importantes, eso yo lo aprendí de niño, cuando era adolescente y empezaba en la magia y no me salía un juego. Algunos lo dejaban, pero yo era muy pesado, yo quería que me saliera y lo repetía, lo repetía y al final un día de pronto te sale, no sabes por qué. Y el secreto es la perseverancia, el no darte por vencido. Y a lo mejor hay una idea que se nos atasca, pero esperamos unos meses, la retomamos y al final sale. Y yo creo que sí, que como ilusionistas hay que ser muy perseverantes y y no darse por vencidos, volver a intentarlo desde otro ángulo, desde otra forma, con otro método.

Jorge Blass, en el Teatro Reina Victoria de Madrid.
Jorge Blass, en el Teatro Reina Victoria de Madrid.
JORGE PARÍS

¿Le gusta la palabra truco?Es aceptable, pero no me encanta. Igual que ‘mago’ no me encanta, me gusta más ilusionista. Es como cocinero y chef, puedes cobrar la entrada más cara si pones ilusionista que si pones mago (risas).

¿Cuando se es ilusionista no se pierde un poco la ilusión de ver magia?Conoces métodos, pero te siguen sorprendiendo. Y todavía hay magia que no quiero saber cómo lo hacen. Me encanta esa sensación de no saber. Valoras otras cosas, como la puesta en escena, lo que han contado con esa magia, cómo lo han planteado, la presentación... Sí pierdes esa parte de la sorpresa muchas veces, pero con un buen fin, que es que eres también de los que ilusionan.

¿Y qué le ilusiona a usted que no sea la magia?Un bocata de jamón, por ejemplo (risas). Un viaje, un momento con amigos o con familia... El vino me encanta. Y trabajar en magia, ese proceso de desarrollo que es muy creativo y nunca se acaba. Este show llevará unas cincuenta funciones y hay magias que a lo largo de esos cincuenta pases se han transformado completamente. Escuchas al público: esto es muy largo, hay que acortar, esto tiene que ser más dinámico... El show para mí siempre está vivo, nunca se cierra, nunca dices esto es así, nunca más se cambia. Hay que mantener esa mente de aprendiz, de que siempre se puede siempre pulir y mejorar.

Empezó con seis años, con un juego de magia que le regalaron. ¿Fue entonces cuando sintió la llamada de la magia?Creo que fue cuando vi en televisión a Juan Tamariz hacer una magia con cartas, con un juego que de hecho está en el show, porque hago una versión de ese juego, ese primer juego que me hizo flipar. Lo hago y la gente flipa... fíjate, una magia hace 30 años ahora sigue haciendo flipar. Increíble. Eso demuestra que la magia es universal, que no importa los años, la tecnología… hay tanto ingenio detrás de la magia que sigue sorprendiendo al público del siglo XXI.

¿Cómo fue el proceso de estudiar o trabajar en otras cosas hasta que empieza a vivir de la magia?Es verdad que fue un proceso muy precoz el mío, porque a los 13 o 14 empecé a actuar, empecé a actuar en comuniones… iba al instituto y por la noche actuaba en Berlín Cabaret, en Madrid, en Galileo, en salas donde estaba prohibido que un niño de 15 años entrara, pero donde yo actuaba. A los 18 me empecé a profesionalizar un poco más. Entré en la universidad, estudié psicología tres años, pero desaparecí de la universidad al tercer año y ya me dediqué a la magia y empecé a hacer mis shows. O sea que, en realidad, yo nunca he trabajado de otra cosa. He sido siempre mago. Nos perdimos un psicólogo, pero ganamos un ilusionista.

¿Recuerda cuál fue el primer sueldo que tuvo como mago?Sí, en un cumpleaños en una urbanización de Aravaca, pero no me acuerdo del sueldo, la verdad... creo fueron 10.000 pesetas, que no estaba mal para un niño de 12 o 13 años. Pero me lo curré, hice una actuación larguita. Estaba muy nervioso.

¿Qué pone de profesión en los formularios?Pues es difícil, sobre todo cuando vas al banco y les dices que quieres que te den una hipoteca. Con esta profesión no se puede pedir una hipoteca (risas). Yo sí pongo ilusionista. Es más rollo en las aduanas, eso sí, porque ahí sí que te investigan a fondo y acabas haciéndole magia a la gente de las aduanas, a los policías...

¿Le ha sacado de algún apuro esa habilidad?La magia tiene muchos recursos… a veces sirve para conseguir una mesa en un restaurante o para saltarse una cola terrible y llegar al avión. Utilizamos a veces la psicología que hay detrás de la magia para la vida. Esto lo estamos viendo en los medios continuamente con la política. La desviación de la atención es de lo más usado.

¿Ve muchos recursos de la magia en la política?Sí, hay bastante titiritero… pero lo que veo más es que usan la desviación de la atención, algo que los magos usamos para crear nuestra magia. "Mira aquí te deslumbro con esto, pero por aquí está sucediendo otra cosa". Lo que pasa es que a muchos políticos se les ve el truco. Lo bueno es que a los magos no.

¿En qué nivel de magia está España en el ámbito internacional?Tenemos nivelazo y es una pena que en España no sea no se conozca tanto, pero la magia española está en el top mundial. Los últimos dos grandes premios mundiales son de Madrid. Hay magos españoles dando que hablar en todo el mundo y somos estudiados por los magos de Estados Unidos, de Asia... vienen a España a estudiar la magia española como la mejor del mundo. Festivales como el que hacemos en el Circo Price duran cinco semana y congregan a 30.000 personas. Eso no pasa en otras ciudades de Europa o de Estados Unidos.

Usted también da charlas a empresarios, ¿qué cosas de la magia le sirven a un empresario?Por ejemplo, a nivel creativo sí que hay muchos vínculos con el mundo de la empresa, cómo los magos llevamos al espectador a un lugar donde donde se entusiasman y se asombran, como como hace una buena empresa. Cuando Apple saca un nuevo dispositivo es un juego de magia, a nivel creativo trabajamos bastante similar. Los principios mágicos juegan con la mente del espectador. La memoria, por ejemplo, es algo que trabajamos mucho. ¿Cómo hacer que recuerden lo que estamos haciendo y que olviden otras cosas que no han pasado? Hay mucha psicología detrás de la magia que es aplicable al mundo de la empresa. Un mago piensa un juego de magia con el objetivo de ser recordado y que de trascender y eso para cualquier empresa y sus productos es algo muy útil.

Dice su currículum que superó la prueba de acceso a la Sociedad Española de Ilusionismo. ¿Cómo es esa prueba?Es una prueba en la que normalmente se pasan fatal. Yo tenía 12 años y me enfrentaba a un jurado que había allí de señores muy mayores, magos, todos de muchos años. Es una prueba de acceso donde tienes que hacer diez minutos de magia. Claro, ellos ya saben todos los trucos y es muy fuerte para un chaval que está empezando tener que hacer magia para gente que son maestros y encima que digan si eres apto o no para entrar. Lo sufrí bastante, pero me pasaron. Tuve algún fallo pero pero me aceptaron y mira, desde los 12 años yo estaba en ese club aprendiendo magia… y tengo mi carné de la Sociedad de Magos.

También se vuelca con los fines solidarios, ¿es magia poder ayudar a los demás?Sí, claro. Tenemos la Fundación Abracadabra, desde hace 16 años. Empecé a hacer en hospitales pequeñas visitas a niños, pero esporádicas y después cuatro o cinco magos nos juntamos y creamos esta fundación. Ahora somos más de 150 magos que en todas las comunidades visitan regularmente los hospitales, hacen magia y lo hacen de forma altruista. Hacen magia para los niños en la habitación o hacen talleres, no solo de hospitales, en residencias, en centros de discapacitados... Hemos viajado también a países como Nicaragua o Kenia… es una pasada porque ahí es donde te das cuenta que la magia puede ser terapéutica, puede llegar a ayudar, no curar la enfermedad, pero sí mejorar el estado de ánimo y darle recursos a los pacientes para que desarrollen psicomotricidad, comunicación, cosas que les ayudan también.

¿Qué poder o qué magia elegiría tener si fuera real?En el número hacemos un número en el que a dos espectadores les hacemos invisibles y cada día dos distintos. Suben y se hacen invisibles delante del público y de sus familias, que alucinan. Ese sería un buen poder, pero se utilizaría sobre todo para hacer el mal, porque nadie se hace invisible para hacer el bien (risas). Probablemente elegiría volar. Yo creo que volar sería el más útil, sobre todo para teletransportarme.

Protagonizó varias temporadas el programa Nada por aquí, ¿hay suficiente magia en la tele?La magia se tiene que servir en pequeñas dosis y la tele es una factoría de comer material y contenido. La magia nunca ha estado muy presente. Sí a veces con una serie o en El Hormiguero, pero no es tan fácil como la música a la hora de estar continuamente saliendo en la tele. Sí hemos hecho especiales. Ahora para Telemadrid estamos grabando un programa que se llama Gente con magia, donde yo hago entrevistas a personas de distintos ámbitos y saldrá dentro de poco. La televisión come y devora el contenido muy rápido y en la magia para crear un juego tiene que pasar mucho tiempo. Pero es verdad que es muy efectiva y que funciona muy bien en televisión.

¿Hay relevo generacional en la magia?Desde luego, al espectáculo vienen muchos niños que luego me dicen "yo empecé viéndote en la tele haciendo tal y cual" y me acuerdo de mi diciéndole lo mismo a Tamariz. Hay un relevo generacional importante que además está dando que hablar. Muchos hacen su magia en las redes y han aprendido en ese mundo y les va muy bien. Ahora mismo en Madrid hay ocho, o diez o doce shows de magia que se llenan. Ahora mismo en en Madrid hay magos de todo tipo que puedes ver desde una sala pequeña hasta un teatro grande como este, y eso es maravilloso.

¿Los números de magia se patentan, se venden y se compran?Sí, hay manera de registrar un guion y también una idea y patentarlos. Y se puede vender las ideas. Y además, los magos somos muy respetuosos en eso. Si vemos algo que ha hecho alguien no verás a otro que lo copia, sino que pide permiso, lo compra o negocia esa idea hacerla él. 

¿Qué tal le cae Harry Potter?Bueno, pues muy bien, es un personaje fantástico que ha conseguido que muchos niños lean.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento