Debido a la situación extrema de sequía que desde hace meses vive Cataluña, la posibilidad de que se transporte agua potable en barcos hasta Barcelona está cada vez más cerca. Ante esta opción, analistas en la materia han alzado la voz y han criticado que la medida comportará efectos colaterales muy caros para las familias y no revertirá la situación ambienta. A pesar de que todavía no hay fecha para dicha opción, es una opción real.
El mes pasado, la Agencia Catalana del Agua (ACA) anunció que no preveía recurrir al transporte de agua hasta el mes de marzo, aunque avisó de que todo dependería de “si llueve poco y del trabajo que hagamos entre todos para reducir el consumo”.
Ahora, semanas después, a pesar de los esfuerzos de las administraciones y ciudadanos para reducir el consumo y aumentar los recursos del agua, las reservas de las cuencas internas de Cataluña se encuentran bajo mínimos, situándose en un 17,6%.
De hecho, la comunidad ya se encuentra en una situación de preemergencia que la ACA ha definido como “paso intermedio” y de carácter “comunicativo y de conciencia” para preparar las medidas de ahorro y reducción de consumo que se tendrán que adoptar inevitablemente a corto plazo. Según las estimaciones del Govern, la declaración de emergencia no llegará “hasta finales de diciembre”, cuando prevén que las reservas lleguen a un 16%.
Aumento del precio
Ante esta situación y con la posibilidad del transporte de agua en barcos encima de la mesa, expertos en la materia consultados por Europa Press alertan de que sería un “parche necesario”, pero con efectos negativos para la población. El profesor del departamento de Geografía de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), David Saurí, señala que el agua transportada tendría un precio de entre 5 y 10 euros el metro cúbico, mientras que ahora se sitúa en torno a los 2 o 3 euros.
Esto supondría un incremento del precio del agua “inasumible para muchas familias”. Además, señala que, aunque cree que la medida es necesaria para paliar los efectos de la sequía, considera que no revertiría la situación actual.
Por su parte, el director del departamento de Ingeniería Civil y Ambiental de la Universitat Pilitècnica de Catalunya (UPC), Xavier Sánchez, explica que transportar agua en barcos “es bastante ineficiente porque se consigue poca agua y es muy cara”. Sánchez sostiene que, aunque se descargara un barco cada día en Barcelona, los recursos de agua potable solo aumentarían en un 2%. “Un 2% es más que un 0, pero es solo un 2%”, señala.
Además, dice que los barcos necesarios para transportar el agua deben estar bien preparados, ya que durante la sequía de 2008 “hubo algún intento y el agua olía a pintura porque lo acababan de fabricar”.
Posible puerto: Tarragona
En cuanto a la posibilidad de que Tarragona sea uno de los puertos de origen para transportar esta agua, su responsable, Dani Vera, explica a Europa Press que la instalación que se utilizaría para llevar a cabo las operaciones es la “antigua”. Una que la Empresa Municipal Mixta d’Aigües de Tarragona S.A. construyó durante el anterior período de sequía y cuyo tramo final se encuentra dentro del recinto portuario.
Según Vera, el agua vendría del río Ebro e iría directamente hacia el barco a través de un tubo de 500 milímetros de diámetro, que va a unas cuatro o cinco atmósferas de presión.
Asimismo, afirmó que el Puerto de Tarragona ha realizado una inspección para ver en qué condiciones se encuentra el tubo y que antes de Navidad se hará una prueba para “tenerlo todo a punto”.
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