País Vasco ya le ha dado la bienvenida a la Navidad. Como cada año, Bilbao, Donosti y Vitoria han celebrado su encendido de luces y han abierto sus mercadillos navideños para que tanto locales como visitantes compren adornos y decoración para sus hogares.
En estas fechas tan marcadas, los vascos cuentan con sus respectivas tradiciones. Una de ellas es la figura del Olentzero, el encargado de llevar los regalos a los más pequeños de las casas, tal y como hacen Papá Noel y los Reyes Magos.
En sus orígenes se caracterizaba por vivir en la montaña y tener 365 ojos y orejas para poder ver y escuchar a los niños durante todos los días del año. Según cuenta la leyenda, cuando se aproximaba la fecha que actualmente coincide con Nochebuena, entraba en las casas de los más traviesos para llevárselo a su cabaña y comérselos, por lo que era un personaje muy temido por la población.
Pero esta no es la única historia que corre bajo el nombre del Olentezero. Se dice también que este término se traduce al castellano como el tronco con el que se encendía el fuego en las chimeneas de los hogares durante Nochebuena y, al día siguiente, las cenizas que se había generado se esparcían en las puertas de las casas para protegerlas durante todo el año.
Esta idea se personificó en un carbonero que fumaba pipa y bajaba a los pueblos para celebrar la llegada del solsticio del invierno y, posteriormente, el nacimiento de Cristo. Esta tradición está recogida como una costumbre sincrética, ya que su origen es de carácter pagano, pero posteriormente se relacionó con el cristianismo.
El Olentzero en la actualidad
A partir del siglo XX, la figura del Olentzero fue incorporándose como un personaje más de la Navidad y adquirió el mismo trabajo que Papá Noel: entrar por la chimenea de las casas y dejar los regalos a los más pequeños de la casa la noche del 24 de diciembre.
En la actualidad, el mismo 24 de diciembre, algunos pueblos vascos organizan cabalgatas para representar al Olentzero. Para ello, se visten de caseros durante todo el día y recorren las calles cantando y bailando para ganarse el aguinaldo, ya que este término también se relaciona con los 'Oles', cánticos que se utilizaban para pedir dinero y comida.
Personajes relacionados con el Olentzero
Tal y como cuentan las diferentes leyendas, el Olentzero vivía en un caserío situado en la localidad de Mungia y estaba acompañado por Mari Domingi, su mujer, los galtzagorri, pequeños duendes que le ayudan, y los jentiles, un grupo de hombres fuertudos que construían dólmenes y cromlechs.
Esta residencia está abierta para todos los públicos y durante las navidades cuenta con una gran afluencia de visitantes que acuden a ella para conocer el pasado de Olentzero y de la cultura vasca.
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